Una mujer de 32 años que ha superado un cáncer de mama y que se sometió a una técnica de vitrificación ha podido, tras superar la enfermedad, dar a luz a su hijo, el primer caso en la sanidad pública catalana.
El pasado 3 de abril, Clara dio a luz a un niño sano que ha sido fruto de la vitrificación de óvulos a la que se sometió en 2010 gracias al Programa de Reproducción Asistida de la Fundación Puigvert y del Hospital de Sant Pau (PRA), ha explicado la médico adjunta y especialista en ginecología y en obstetricia, Susana Peón.
El programa de la Fundación Puigvert y del Hospital de Sant Pau ha completado desde su creación en 2009 un total de 146 ciclos de vitrificación de óvulos de 122 mujeres con enfermedades que afectan a su fertilidad, aunque éste ha sido el primer caso de embarazo con éxito.
“La preservación de la fertilidad es posible en mujeres con cáncer”, ha asegurado Peón.
En 2010, el mismo día que Clara fue informada de que padecía cáncer de mama, conoció a la especialista Susana Peón, quien le informó de todas las posibilidades que tenía para poder ser madre en un futuro una vez que hubiera superado su enfermedad. Tras ser informada del cáncer que padece actúan rápido para la preservación.
“Recuerdo perfectamente conocer a Susana, fue dos horas después de mi diagnóstico”, ha descrito Clara, quien después de superar su cáncer de mama se puso en contacto con su oncóloga y otros especialistas del Hospital Sant Pau para “volver a su vida normal” en la que ser madre formaba parte del plan inicial.
Para realizar una vitrificación de óvulos a pacientes con enfermedades que afectan a su fertilidad hay que someterse a un tratamiento hormonal diario que dura entre 10-15 días.
Este procedimiento puede interferir con el inicio de los tratamientos de quimioterapia, por lo que hay que “contar con una visión multidisciplinar del caso”, ha dicho la oncóloga del Hospital Sant Pau Teresa Ramón y Cajal.
El tratamiento es inmediato, consiste en retrasar el tratamiento oncológico un máximo de 17 días con una terapia hormonal que empieza el mismo día del diagnóstico del cáncer y una vez el ovario está preparado, los especialistas realizan la extracción de los óvulos en una operación ambulatoria y los congelan de forma ultrarrápida (vitrificación) “para evitar la aparición de hielo durante la congelación”, ha detallado la médico adjunta al PRA, Aurora García.
Antes del desarrollo de esta técnica, los óvulos se congelaban de forma lenta y no se evitaba la formación de hielo, por lo que la supervivencia posterior de los óvulos era sólo de un 60 o 70%.
“Ahora enfriamos los óvulos súper rápido”, lo que “aumenta su supervivencia un 90% y permite conseguir un embarazo en un 45% de los casos”, ha asegurado Aurora García.
Las únicas limitaciones de este programa son la edad, ya que se hace hasta los 40 años, y los tiempos en los que la enfermedad puede recurrir, por lo que se espera a que terminen para comenzar con el embarazo.
En la actualidad, en el marco de este programa, otra mujer está embarazada tras someterse a la vitrificación de sus óvulos, y sus responsables esperan que en breve aumente el número de mujeres que puedan beneficiarse de esta técnica en la sanidad pública.
“Los programas de reproducción asistida deben de ser accesibles para todos”, ha destacado Peón.
“El tratamiento da la posibilidad de ser madre y te da esperanza para vivir y superar la enfermedad”, ha concluido Clara, que en un futuro le contará a su hijo que “nació de una manera muy especial”.
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