Un estudio demuestra que la combinación de dos fármacos podría reducir o incluso erradicar el cáncer de mama HER2+ en 11 días

Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Manchester y presentado en la X Conferencia Europea sobre Cáncer de Mama celebrada en Ámsterdam, muestra cómo la combinación de dos fármacos –lapatinib y trastuzumab– logra reducir significativamente, o incluso erradicar, el cáncer de mama HER2+ en tan solo 11 días en hasta un 25% de mujeres que aún no han sido sometidas a quimioterapia o cirugía.

Nigel Brunded, director de la investigación, «nuestro estudio nos ha permitido identificar a un grupo de pacientes que han visto desaparecer sus tumores en 11 días tras ser tratadas únicamente con una terapia anti-HER2 y que, probablemente, no necesiten ser tratadas con quimioterapia. En consecuencia, nuestro estudio nos ofrece la oportunidad de ajustar el tratamiento de forma individual para cada paciente».

En solo 11 días

 En el estudio participaron 130 mujeres tratadas con trastuzumab, con lapatinib o con placebo durante 11 días tras el diagnóstico del cáncer de mama HER2 positivo operable y antes de ser sometidas a cirugía. Sin embargo, y dadas las recientes evidencias que sugieren que la combinación de trastuzumab y lapatinib es eficaz en este tipo de tumor, el estudio contempló una segunda fase, en la que 127 pacientes con un diagnóstico similar fueron tratadas con trastuzumab, con la combinación de lapatinib y trastuzumab o con placebo durante el mismo período de tiempo.

Los investigadores realizaron biopsias del tumor al inicio de cada fase del estudio y durante la cirugía con objeto de evaluar las alteraciones en los niveles de proteína Ki76 (un indicador de proliferación celular). También, llevaron a cabo un análisis anatomopatológico del tejido tumoral durante la cirugía, clasificando a las pacientes en función de que mostraran una ‘respuesta patológica completa’  (que no tuvieran células tumorales activas), una enfermedad mínima residual (que el tumor se hubiera reducido hasta tener un tamaño inferior a 5 mm) u otro tipo de respuesta.

Los resultados de la segunda fase del estudio mostraron un descenso significativo de los niveles de proteína Ki67 en las pacientes tratadas con la combinación de trastuzumab y lapatinib. Además, el 11% de las participantes había alcanzado una respuesta patológica completa, es decir, el tumor había desaparecido y el 17% una enfermedad mínima residual.

Debe destacarse entre las pacientes que respondieron a la combinación se encontraban mujeres con cáncer de mama HER2 en fase 2 –es decir, en la que el tumor ya se había expandido a los ganglios.

Lo que sucedió con las participantes incluidas en los otros grupos de tratamiento, fue que los porcentajes de respuesta patológica completa y de enfermedad mínima residual se establecieron, respectivamente, en el 0% y el 3% en el grupo de trastuzumab y resultaron absolutamente nulos en la rama placebo.

En definitiva, destaca Judith Bliss, co-autora del estudio, «los resultados muestran cómo en las pacientes en las que se administra la combinación podemos alcanzar una respuesta patológica en solo 11 días y en ausencia de quimioterapia. Y si bien es necesaria la confirmación de este hallazgo, sospecho que la emoción que supone ver la velocidad con la que desaparecen los tumores hará que se realicen muchos más estudios para confirmar los resultados».

 

Nuevo estudio dirigido al cáncer de mama en hombres.

El cáncer de mama es el tipo de tumor más común en las mujeres, pero no exclusivo, ya que en torno a 1 de cada 100 pacientes de cáncer de mama son varones. En general, los hombres son diagnosticados más tardíamente de la enfermedad, por lo que su riesgo de expansión a otros órganos y de mortalidad es significativamente mayor. Debido al bajo porcentaje de casos, los varones han sido excluidos de la mayoría de los ensayos clínicos. De ahí la importancia del nuevo estudio dirigido por investigadores del Centro Médico Erasmus en Rotterdam (Países Bajos), en el que se analiza el cáncer de mama en varones y, en el que se constata cómo el tumor presenta importantes diferencias biológicas con respecto al de las mujeres.

Como explica Carolien van Deurzen, directora de esta investigación, presentada en la X Conferencia Europea sobre Cáncer de Mama celebrada en Ámsterdam, «además de las características convencionales del tejido tumoral, como son el subtipo y el grado, también hemos examinado otros aspectos adicionales, y hemos observado que el tejido conectivo fibroso y la densidad de linfocitos infiltrantes de tumor se encuentran fuertemente asociados al pronóstico de los varones de cáncer de mama. Y asimismo, que no sucede así con el grado del tumor, comúnmente utilizado para establecer el pronóstico en las pacientes femeninas. Un aspecto, sin duda alguna, muy interesante»

Tumores diferentes

En el estudio, los investigadores examinaron 1.203 muestras tumorales de un total de 1.483 varones diagnosticados de cáncer de mama de 9 países.

Los resultados mostraron que, contrariamente a cómo sucede en el caso del cáncer de mama en mujeres, no tiene una influencia significativa en el pronóstico de los varones.

Como indican los autores, «la razón para la ausencia de una asociación entre el grado y el pronóstico se explica, por la diferente distribución de los subtipos de cáncer de mama en varones. Por ejemplo, los tumores lobulares, ciertamente comunes en las mujeres, son muy raros en los hombres».

Mientras en las mujeres el subtipo más común de cáncer de mama es el HER2 positivo, en los varones son en su mayoría luminales o con receptores de estrógeno positivos –por lo que la privación de estrógenos podría ser una estrategia terapéutica eficaz.

Carolien van Deurzen destaca que, «el subtipo de tumor no parece resultar útil para la clasificación del riesgo en varones. Quizás la realización de pruebas adicionales que se utilizan habitualmente en las mujeres, incluidas aquellas para evaluar el perfil de expresión génica, nos permitirá identificar marcadores pronósticos más precisos y, así, ofrecer a cada varón la mejor opción de tratamiento».

En definitiva, se necesita una mayor participación de los varones en los ensayos clínicos. Como incide la directora a de la investigación, «es importante que los varones con cáncer de mama participen en los generales sobre la enfermedad, pues dado que es difícil llevar a cabo ensayos clínicos solo con hombres dada la rareza de este tumor en la población masculina. De hecho, los varones han sido persistentemente excluidos de estos estudios sin que hubiera una razón científica para ello».

Como concluye David Cameron, de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) a propósito de los resultados, «siempre se ha asumido que los hombres con cáncer de mama deberían ser tratados de la misma forma que las mujeres. Una asunción que se ha basado en la información, muy limitada, con la que hemos contado. Pero este estudio con más de 1.000 casos ha dejado claro que no es así».

 

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Ácidos omega-3, beneficiosos en mujeres obesas para reducir el riesgo de cáncer de mama.

Una investigación llevada a cabo por el Colegio de Medicina de Penn en Hershey, Pensilvania (EE.UU.) ha concluido que las mujeres obesas pueden reducir el porcentaje de riesgo de cáncer de mama gracias a los ácidos grasos omega-3, presentes principalmente en el pescado azul. El estudio ha sido publicado en la revista Cancer Prevention Research.

Se contó con la participación de 266 mujeres posmenopáusicas con alta densidad mamaria, las cuales se dividieron en 3 grupos: con peso normal, con sobrepeso y con obesidad. Su objetivo era medir el cambio en la densidad de la mama de las participantes durante más de 2 años (la alta densidad de mama parece ser un factor de riesgo para el cáncer de mama, según el Instituto Nacional del Cáncer, ya que las mujeres con grandes mamas tienen de 4 a 6 veces más riesgo de desarrollar la enfermedad).

Las 266 participantes se distribuyeron aleatoriamente en cinco grupos con diferentes tratamientos. Dos grupos recibieron diferentes dosis de raloxifeno (60 mg y 30 mg), un grupo recibió cápsulas de omega-3 (4 g) y otro grupo 30 mg de raloxifeno combinados con 4 g de omega-3. Un grupo de control no recibió ningún tratamiento.

Tras 2 años, se halló una asociación entre el aumento de los niveles de ácidos grasos omega-3 en la sangre y una reducción de la densidad de mama, pero únicamente entre el 20% de las participantes que eran obesas.

Según la hipótesis, la asociación estaría motivada por el aumento de los niveles de inflamación asociados con la obesidad que conduce al cáncer de mama: “Los ácidos grasos Omega-3 tienen un efecto anti-inflamatorio, por lo que esa es una de las razones por las que sospechaba que podían ser particularmente eficaces en las mujeres obesas”, explica Andrea Manni, líder del estudio.

El hallazgo apoya la idea de que los omega-3, son preferentemente de protección en las mujeres posmenopáusicas obesas. Esto representa un ejemplo de enfoque personalizado para la prevención del cáncer de mamaconcluye Manni.

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Investigaciones en ratones con déficit de vitamina D demuestran que podría contribuir a la propagación del cáncer de mama.

Según un estudio preliminar realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, los tumores de mama en ratones de laboratorio deficientes en vitamina D crecen más rápido y son más propensos a la metástasis que los tumores en ratones con niveles adecuados de vitamina D. La investigación relacióna los niveles circulantes de vitamina D y la expresión de un gen llamado ID1 , asociado con el crecimiento tumoral y la metástasis del cáncer de mama.

Aunque la investigación se llevó a cabo principalmente en ratones y en células de ratón, los autores vieron en un estudio de 34 pacientes con cáncer de mama que los niveles circulantes de vitamina D estaban inversamente correlacionados con los niveles de expresión de la proteína ID1 en sus tumores y confirmaron que un metabolito de la vitamina D controla directamente la expresión del gen ID1 en una línea celular de cáncer de mama humano.

Brian Feldman, autor principal del estudio nos dice, “Aún se tiene que llevar a cabo mucha investigación, pero este laboratorio sugiere que las personas con riesgo de cáncer de mama deben conocer sus niveles de vitamina D y tomar medidas para corregir cualquier deficiencia”

Los investigadores enfatizan que sus resultados no implican que más vitamina D sea siempre mejor. Corregir una deficiencia es muy diferente de tomar más de la dosis recomendada

La vitamina D,  puede ser ingerida a través de los alimentos y suplementos nutricionales, nuestro cuerpo también puede producirla con la ayuda de los rayos ultravioletas del sol, por lo que es difícil saber exactamente la cantidad que cualquier individuo puede tener que tomar y esa cantidad puede variar a lo largo del año.

Una vez ingerida o fabricada por el cuerpo, la vitamina D se convierte en el calcitriol, que se une a una proteína en las células llamada receptor de la vitamina D, que entonces entra en el núcleo de la célula para controlar la expresión de una variedad de genes, incluyendo los implicados en la absorción de calcio y la salud de los huesos.

Hay una relación entre la vitamina D y el metabolismo del calcio, pero recientemente los investigadores han empezado a sospechar que la vitamina D puede afectar a muchos otros procesos biológicos importantes, incluyendo la progresión del tumor. Sin embargo, no está claro exactamente en qué paso del desarrollo del cáncer puede afectar la vitamina D.

En el nuevo estudio, los científicos investigaron si los niveles de vitamina D afectan a la capacidad metastásica de las células de cáncer de mama de ratón implantadas en la almohadilla de grasa mamaria de ratones de laboratorio. Se alimentó a un grupo de diez ratones con una dieta carente de vitamina durante diez semanas y otros diez recibieron una dosis normal en su comida.

Los roedores alimentados con una dieta deficiente en vitamina D desarrollaron tumores palpables siete días antes que sus compañeros y después de seis semanas de crecimiento, esos tumores fueron significativamente mayores en tamaño que los de los animales con niveles adecuados de vitamina D.

“Nuestro estudio muestra que la deficiencia en los niveles de vitamina D o una incapacidad de las células tumorales para responder apropiadamente a la presencia de la vitamina D es suficiente para activar las células cancerosas no metastásicas para convertirse en metastásicas”, dice Feldman. “Es suficiente para acelerar significativamente la progresión tumoral en nuestro modelo de ratón. Se necesitan más estudios, pero esta asociación directa entre los niveles de vitamina D y la expresión ID1 es muy interesante para nosotros”, concluye.

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Pendiente de aprobación en Europa, Palbociclib de Pfizer, en cáncer de mama avanzado

La Agencia de Medicamentos Americana, por sus siglas en inglés FDA, ha aprobado una nueva indicación de palbociclib en combinación con fulvestrant como terapia innovadora para el tratamiento del cáncer de mama avanzado o metastásico con receptores hormonales positivos y receptor 2 del factor de crecimiento epidérmino humano negativo (RH+/HER2-) en mujeres pre y postmenopáusicas en las que la enfermedad haya progresado tras recibir tratamiento endocrino.

Esta nueva indicación de palbociclib ha sido evaluada y aprobada por la FDA tras la designación de este medicamento como terapia innovadora y bajo el procedimiento de revisión acelerada, tras los resultados del estudio fase IIIPaloma-3. Este estudio se realizó en mujeres pre y postmenopáusicas con cáncer de mama metastásico cuya enfermedad hubiese progresado durante o tras la terapia endocrina en adyuvancia o para la enfermedad metastásica.

Palbociclib ya está aprobado desde el pasado año en Estados Unidos en combinación con letrozol como tratamiento hormonal inicial en mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama avanzado o metastásico RH+/HER2.  Este producto es el primer y único inhibidor de la quinasa dependiente de ciclina 4/6 (CKD 4/6) que está aprobado por la FDA. Y que ha obtenido esta designación basandose en los datos preliminares de un estudio fase 2 de este tipo de pacientes . En Europa, se presentó a la EMA para su evaluación el pasado año y todavía está pendiente de aprobación.

“Esta noticia ofrece a más mujeres con cáncer de mama metastásico la oportunidad de poder beneficiarse de un medicamento primero en su clase”, asegura Liz Barret, directora  mundial de Oncología de Pfizer. En esta misma línea, José Alonso, director de la Unidad de Oncología en Pfizer España, comenta: “la aprobación de palbociclib hace un año marcó un hito y un paso importante hacia adelante en nuestro compromiso para responder a las necesidades médicas no cubiertas en cáncer de mama metastásico”.

 

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Se probará en pacientes el antitumoral PM184 contra el cáncer de mama

La empresa biofarmacéutica PharmaMar, del grupo Zeltia, iniciará el estudio en fase II con pacientes de cáncer de mama para evaluar la eficacia y seguridad de su compuesto antitumoral PM184, y que tendrá una duración aproximada de 12 a 18 meses

En un comunicado remitido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía precisa que se estudiará en pacientes con cáncer de mama localmente avanzado y/o metastásico positivo para receptores hormonales y  negativo para HER2 y que presentan una progresión de la enfermedad tras haber sido previamente tratados con antraciclinas y taxanos.

 El objetivo del estudio es comprobar la supervivencia libre de progresión (que mide la cantidad de tiempo durante y después de la medicación o tratamiento en el que el cáncer no empeora) a los cuatro meses, así como encontrar una manera más cómoda de suministrar PM184 y sus tasas de respuesta globales.
Arturo Soto, director de desarrollo clínico de la unidad de oncología de PharmaMar, , apunta que el ensayo incluirá 106 pacientes distribuidos entre 10 centros de la Unión Europea y supondrá un importante paso para la empresa en el “abordaje del cáncer de mama”.
Ha explicado también que PM184 es un “compuesto de origen marino” y un “inhibidor de la función microtubular” (la mitosis o reproducción celular) del que esperan obtener “resultados muy novedosos”.

PharmaMar está especializada en oncología y es la compañía que fabrica el antitumoral Yondelis.

 

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