Cuando el tejido de determinadas células crece de manera descontrolada, se forma un tumor que daña los órganos. El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer más habituales entre las mujeres, ya que su fácil proliferación ayuda a que se extienda a otros órganos y células.
Un diagnósitoco precoz es esencial para comenzar el tratamiento cuanto antes y tener más probabilidades de curación. Por eso, antes que cualquier médico, eres tú quien debe saber cómo hacerte una exploración para determinar si hay algún indicador de la aparición de un posible tumor.
1. Masas en el pecho
La aparición de pequeños bultos en los senos y las axilas es una señal que debe analizarse de forma minuciosa, así que si que en el caso de detectar algún nódulo es necesaria la ayuda de un médico. Si aparece algún bulto inusual, no significa que el tumor sea maligno: existen quistes benignos causados por infecciones o quistes.
2. Pérdida de peso sin explicación
Las pérdidas repentinas de peso afectan a la vitalidad de nuestro cuerpo y se producen por deficiencias nutricionales. Si el cansancio no tiene explicación y cada vez es más recurrente, es síntoma de que algo no funciona bien en el cuerpo. Unos análisis médicos puedes ayudar a aclarar su origen.
3. Secrecciones
Las mujeres que no están embarazadas no tienen por qué tener secrecciones en el pecho. Si es de color blanca o amarillenta y tiene un olor desagradable, es un síntoma de la enfermedad en avanzado estado
4. Hundimiento del pezón
Observar los cambios en nuestro cuerpo es indispensable para determinar cuando ir al médico. Si se detecta alguna anormalidad en los pezones, como la retracción o el hundimiento de uno o ambos, es un síntoma evidente de tumores en la mama.
5. Extrema sensibilidad
El dolor en los senos no aparece hasta que el cáncer está muy desarrollado. Sin embargo, es un factor a tener en cuenta. Cabe destacar que el dolor en los senos puede darse por otros síndromes, como el premenstrual o los cambios hormonales bruscos.
6. Cambios en la piel
Si la piel que cubre los senos presenta alteraciones, hay que prestar atención a las rojeces, a los cambios de color o textura.
7. Cambios de tamaño
El crecimiento anormal de uno o ambos pechos puede ser un síntoma, así que aunque el cambio sea leve, conviene acudir al médico para una revisión.
8. Sangrados
Los desequilibrios hormonales pueden acarrerar sangrados inusuales. Si aparecen en los pezones, es necesario acudir al especialista para una revisión de inmediato.
9. Cansancio y debilidad
Cuando el cansancio aparece sin justificación, puede que algo no funcione correctamente. Mantener unos hábitos de vida saludables es clave para mantener sanos cuerpo y mente.
Desde su creación en 1995, el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama ha promovido la investigación clínica, epidemiológica y traslacional, así como el estudio, la formación médica continuada y la divulgación de todo lo referente a este tipo de tumor y a su tratamiento.
Tras más de 20 años de andadura, GEICAM ha realizado más de un centenar de estudios en los que han participado más de 46.000 mujeres y sus trabajos han sido publicados en revistas internacionales de máximo impacto que han sentado nuevos estándares internacionales de tratamiento en cáncer de mama.
Esto lo ha convertido en el grupo académico de investigación clínica, epidemiológica y traslacional en cáncer de mama más importante de nuestro país, cooperando con los grupos internacionales punteros en prevención, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
Pero ser un grupo académico significa colaborar con las personas que se ven directamente afectadas por el cáncer de mama, es decir, las pacientes. En este sentido, GEICAM y los profesionales que lo integran trabajan para poder ofrecerles terapias más eficaces e individualizadas que contribuyan a disminuir las toxicidades y aumentar la supervivencia, redundando en una mejora en la atención a las pacientes y en su calidad de vida tras el diagnóstico.
Un Comité Científico para seguir avanzando
El Comité Científico de GEICAM nace con la vocación de discutir de forma multidisciplinaria diversas ideas que permitan seguir avanzando y mejorando en el conocimiento y tratamiento del cáncer de mama además de incorporar estudios moleculares en los ensayos clínicos que promovemos, con el objetivo de obtener más información acerca de la naturaleza de esta enfermedad y conocer las vías moleculares que condicionan la supervivencia de las pacientes y ofrecer tratamientos personalizados de acuerdo a las características moleculares de su tumor.
Miguel Martín, presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM). Foto GEICAM
En este sentido, la expresión génica en cáncer de mama ha permitido identificar subtipos de tumores mamarios con un comportamiento diferente, reconociéndose que el cáncer de mama no es una enfermedad única sino un conjunto de ellas.
Esta nueva visión de la enfermedad ha sido fundamental para el desarrollo de la medicina de precisión, uno de los campos más prometedores de la última década, que es y seguirá siendo posible gracias a los grandes avances en la biología del cáncer, la inmunoterapia, la bioinformática y el desarrollo de nuevas tecnologías como la secuenciación masiva o la biopsia líquida.
El perfil pionero e investigador de GEICAM, en el que participan más de 180 hospitales de toda la geografía española y la colaboración con los principales grupos de investigación internacionales, dotan a nuestro grupo de gran potencial para perseguir y alcanzar grandes hitos en esta enfermedad.
Integrado por un equipo multidisciplinar al que, además de oncólogos, se han incorporado nuevos perfiles profesionales como biólogos, patólogos, bioinformáticos o inmunólogos de referencia en España, la misión de este Comité es convertirse en el timón del grupo, el organismo encargado de marcar las líneas estratégicas de trabajo que debemos desarrollar a futuro.
Así, profundizar en el papel de la inmunoterapia en cáncer de mama, cuya importancia ya se ha establecido en otras neoplasias como el melanoma, el cáncer de vejiga, el cáncer de riñón o el cáncer de pulmón, es una de las líneas prioritarias.
También lo es acercar a la clínica los resultados del laboratorio, sobre todo en lo relacionado con los mecanismos de resistencia en las pacientes, para poder validar las observaciones experimentales y, si procede, diseñar futuros ensayos clínicos basados en nuevos biomarcadores de respuesta o resistencia al tratamiento.
Emplear tecnologías de alto de rendimiento en proyectos innovadores para desentrañar los mecanismos implicados en la heterogeneidad tumoral y sus consecuencias a nivel clínico, estudiando los tumores primarios y sus correspondientes metástasis, es otra de las líneas de trabajo establecidas.
Por último, destaca el papel y la importancia de la biopsia líquida que ya estamos incorporando en nuestros ensayos clínicos, bien desde el estudio de células tumorales que circulan en la sangre, o bien, analizando pequeños fragmentos de ADN tumoral circulante.
La investigación es cosa de todos
Aún queda mucho camino por recorrer y hemos de tener claro que la investigación es una responsabilidad social compartida que requiere del esfuerzo e implicación de todos los agentes sociales.
La sociedad civil debe tomar conciencia de que los avances en el tratamiento del cáncer de mama proceden de la investigación básica y clínica y de que ésta precisa de mayores recursos económicos. Es una realidad que la puesta en marcha de proyectos de investigación tanto básicos como clínicos y traslacionales necesita de fondos privados.
Lamentablemente y, a diferencia de los países anglosajones, el mecenazgo en España goza de pocos estímulos fiscales, una situación que debería ser abordada por nuestros gobernantes con urgencia.
No debemos olvidar que las donaciones destinadas a entidades sin ánimo de lucro pueden suponer un notable ahorro de costes a la Administración pues se encargan de realizar aquellas labores que ésta no puede asumir.
Por tanto, la continuidad de la investigación oncológica de excelencia depende irremediablemente de un cambio legislativo en la práctica del mecenazgo privado.
Resulta imprescindible impulsar una Ley de Mecenazgo Nacional de cara a la investigación académica en oncología que cuente con los recursos públicos suficientes para no detener proyectos de investigación de importancia crucial para los pacientes ante la falta de financiación.
Porque detrás del cáncer de mama, que continúa siendo el tumor con más incidencia en las mujeres, están siempre las pacientes que lo padecen. Gracias a la investigación, a día de hoy 8 de cada 10 mujeres en nuestro país superan la enfermedad a los cinco años del diagnóstico.
Por ello debemos seguir avanzando y contar con los recursos necesarios, tanto económicos como humanos. Si queremos alcanzar la superación del cáncer de mama, la investigación es el camino.
El Hospital Universitario de La Ribera, Valencia, ha puesto en marcha una técnica de biopsia rápida para cáncer de mama que permite conocer el resultado de la prueba en apenas 30 minutos, informa el centro sanitario.
Es posible gracias a la incorporación de un nuevo equipo de preparación de muestras por criogenización llamado Prestochill y que convierte al Hospital de Alzira “en uno de los primeros centros de España en utilizar este equipo para las biopsias de mama”, destacan.
La biopsia rápida ha permitido al Hospital poner en marcha un nuevo protocolo médico que posibilita acortar el circuito diagnóstico de cáncer de mama. Un protocolo que requiere la coordinación entre los servicios de Radiodiagnóstico, Anatomía Patológica y Oncología.
La agilidad del protocolo permite reducir al máximo el periodo de incertidumbre diagnóstica, una de las etapas de mayor estrés por las que pasa la paciente a lo largo de la enfermedad.
Así, el procedimiento clásico, que suele alargarse entre 2 y 5 días, se reduce en el Hospital de La Ribera a 30 minutos.
En muchos de los casos, el resultado de la biopsia es negativo, es decir, de benignidad, y se le comunica de inmediatoa la paciente, lo que evita sufrimientos innecesariosa la espera de un resultado.
En caso de que el resultado sea positivo, es decir, de malignidad, “este procedimiento permite agilizar la consulta con el oncólogo y las pruebas complementariasnecesarias para definir mejor la estrategia terapéutica que se va a seguir en cada caso”, señala la doctora Bernet, patóloga del Hospital de La Ribera, a través de un comunicado.
Así, en caso de que el patólogo diagnostique un cáncer de mama, este mismo profesional le explica a la paciente, de manera inmediata, qué tipo de tumor tiene, sus características y pronóstico. Una vez la paciente es conocedora de las características de su enfermedad, es explorada por un oncólogo médico, quien solicita las pruebas complementarias necesarias.
Una vez realizadas las pruebas, el caso es evaluado por el Comité de Tumores del Hospital de La Ribera, que se reúne semanalmente, con el fin de determinar e individualizar el mejor tratamiento para la paciente.
De esta forma, con la incorporación de la biopsia rápida, el Hospital de la Ribera prevé “acortar el tiempo entre el diagnóstico y el inicio del tratamiento a 20 días”, ha destacado Bernet, quien ha recordado que “actualmente, la media de inicio de tratamiento en los hospitales de la Comunitat Valenciana se sitúa en torno a las 8 semanas”.
Desde la puesta en marcha de este circuito rápido, “en cuyo diseño y puesta en marcha ha participado activamente la doctora Julia Camps, jefa del Servicio de Radiodiagnóstico de nuestro Hospital”, han sido estudiadas un total de 99 mujeres, de las que un 47% han sido diagnosticadas de cáncer de mama. Está previsto que entre 8 y 10 pacientes a la semana se beneficien de la puesta en marcha de este estudio rápido.
Según la doctora Laia Bernet, “la puesta en marcha de este nuevo circuito requiere una gran coordinación entre los profesionalesque integran la Unidad de Mama del Hospital (patólogos, radiólogos, oncólogos, cirujanos, enfermeros)”.
Para la especialista, “con este nuevo protocolo se está mejorando la calidad de vida de la paciente, que desde el mismo momento del diagnóstico, se convierte en el objetivo primordial del equipo multidisciplinar que abordamos el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama”.
Tendrías que hacerte un chequeo. Es una recomendación que suelen hacernos a menudo y que pocas veces cumplimos. Y ¿con qué edad deberían ser frecuentes los reconocimientos médicos? Los profesionales de la sanidad y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan hacerse un chequeo a partir de los 45 años, aunque esta edad cambia dependiendo de si hay antecedentes por enfermedades.
No es preciso, salvo indicios que nos hagan pensar que padecemos alguna dolencia, hacernos chequeos antes de esa edad. El director médico de la Clínico Premium Marbella, Gonzalo Sanz, explica que los hombres, a partir de los 45 deben controlar tres aspectos: cardiología (corazón y pulmón), digestivo (cáncer de colon) y urología (cáncer de próstata, vejiga y riñón). En las mujeres se cambia la urología por la ginecología(cáncer de mama, útero, cérvix). Si hay un antecedente familiar positivo, y sin duda si hay dos de primer grado, habría que adelantar el chequeo a los 40 años.
Tras el primer chequeo que nos realicemos, nuestro perfil determinará con qué frecuencia debemos repetir los reconocimientos. Aquellos pacientes sin antecedentes, ni factores de riesgo pueden volver al médico a los dos años. Si nos han detectado un problema urológico, por ejemplo que el marcador de tumor de próstata sea alto, las revisiones se acortan cada seis meses. En cardiología es muy variable, pero se recomienda la revisión cada año. Y para cuestiones digestivas, como éstas implican la realización de una colonoscopia (examen del cólon), el periodo es de dos años, “porque es una prueba que no se deba hacer a la ligera”, advierte el doctor Sanz.
En el caso de los niños, la revisión pediátrica anual hace la función de chequeo. Sanz aclara que los pediatras que hacen el seguimiento de los niños advierten si hay problemas de crecimiento, si tienen el desarrollo genital completo, desnutrición…
Los niños que practican deportes federados están obligados a presentar al inicio de cada temporada un reconocimiento médico. Para que este sea correcto, y no un simple trámite, debe incluir un electrocardiograma, analítica general y exploración física. “El 99% de los niños no presenta ninguna anomalía tras estas exploraciones a no ser que presente alguna incorrección y se deriva al especialista”, señala el médico.
Entre los 20 y los 35 años no son precisos los exámenes médicos, pero dependiendo de la profesión, de si se fuma, o si se tiene un ritmo de vida muy sedentario, sí es recomendable un perfil metabólico para conocer el azúcar, el colesterol, los triglicéridos. A estas edades los médicos no suelen prescribir colonoscopias “porque el riesgo es tan bajo que las propias pruebas suponen más riesgo que el beneficio que obtendrían estadísticamente para detectar enfermedades”, comenta Sanz.
Los chequeos son, en muchas ocasiones, instrumentos de economía sanitaria. Podría pensarse que a mayor número de exámenes, mayor será la detección de enfermedades en estadios precoces y por lo tanto mayor la prevención y menor el gasto en el tratamiento de una patología más desarrollada. Pero un chequeo a fondo, con pruebas específicas puede salir caro.
El cáncer de próstata y de colon son los que se detectan con más frecuencia en una tasa de unos 10-15 casos por cada 100.000 habitantes. La hipertensión es muy frecuente pues la padece el 30% de la población por encima de los 50 años y a través de los chequeos es muy fácil detectarla para evitar infartos.
¿Cuantas enfermedades podríamos prevenir invirtiendo en chequeos?Para los facultativos hay dos pruebas que indiscutiblemente son rentables y dan excelentes resultados: las mamografías, para prevenir el cáncer de mama, y la sangre oculta en heces, para el cáncer de cólon. Son pruebas baratas y rentables desde el punto de vista diagnóstico.
Pero muchas veces, una simple visita a nuestro médico de cabecera y una charla contándole cómo nos encontramos es más que suficiente para gozar de salud.
Mientras que la mayoría de nosotros asocia un bulto, una hinchazón o un cambio de tamaño o forma del pecho con el cáncer de mama, no siempre se presenta de esa manera. Éste fue el caso de Sherrie Rhodes, una madre de tres hijos cuyo diagnóstico comenzó con un hoyuelo.
Después de ver un post en Facebook que decía que los hoyuelos eran un síntoma del cáncer de mama, Rhodes decidió visitar su médico ya que ella tenía dos abolladuras a un lado de su seno derecho, informa The Independent.
Tras ver a su médico, le enviaron a un clínica especializada en cáncer de mama y fue allí donde le dieron las devastadoras noticias. Pero a pesar de la conmoción, Rodhes sabía que tenía que advertir a otras mujeres y compartió una imagen de los hoyuelos de su pecho en Facebook.
“Ayer me diagnosticaron cáncer de mama”, escribió. “Fue un shock total, ya que este hoyuelo (en la foto) es el único síntoma que tuve. Yo no estaba muy preocupada ya que no había bulto ni nada. Por desgracia, resultó ser cáncer de mama. Por favor revise su pecho con regularidad y no ignore nada que sea diferente. Si no hubiera visto un post como este antes, no habría sabido que este hoyuelo era un signo de cáncer.
Por favor, compartid y aumentad la conciencia [sobre los síntomas de la enfermedad]”.
El post de Facebook ha sido compartido desde entonces más de 400 veces y una ingente cantidad de mujeres la elogiaron por este acto tan valeroso, con el que ha dado a conocer un síntoma no muy conocido del cáncer de mama.
“Ayer me toqué los pechos por primera vez en años y fue porque vi esta publicación de mi amiga Sherrie”, escribió una persona. “Gracias Sherrie por sensibilizar tan pronto después de su diagnóstico. Ya me has inspirado más de lo que crees”. “La detección temprana significa mejores resultados del tratamiento. Bien hecho Sherrie “, dijo otro.
Otros posibles síntomas de cáncer de mama incluyen un bulto, un cambio en el tamaño o la forma de uno o ambos pechos, secreción en un pezón, un bulto o hinchazón en la axila, hoyuelos en la piel de la mama, una erupción en o alrededor de un pezón, o un cambio en la apariencia de un pezón, como por ejemplo un hundimiento.
El Hospital Ramón y Cajal es líder en España en micropigmentación de aureola y pezón, con más de 2.000 pacientes de cáncer de mama tratadas desde el año 2010 y una media de 350 casos anuales ofreciendo un tratamiento integral a las afectadas.
Esta técnica consiste en un tatuaje que reproduce la aureola y pezón extirpados y, a diferencia de los tatuajes habituales, se hace en la piel a menor profundidad y usando una pomada anestésica, explica el hospital en un comunicado.
En esta micropigmentación, realizada por un equipo de Enfermería, se emplean tonos marrones y rojizos que imitan el color de las aureolas y buscan un resultado armónico con la piel de la paciente.
Hace siete años el servicio de Cirugía Plástica del hospital puso en marcha esta unidad, que además forma a otros centros de España y se ha convertido en Unidad de referencia en reconstrucción de aureola en pacientes mastectomizadas.
“Esta es la mejor técnica que se puede ofrecer a la paciente con cáncer de mama, el mejor tratamiento que hoy en día puede recibir tras haber sufrido esta enfermedad”, asegura el jefe de Cirugía Plástica del hospital, el doctor Pablo Benito.
La reconstrucción de la mama puede hacerse bien durante la intervención de mastectomía o con posterioridad. En ambos casos, el proceso finaliza con la creación de “un nuevo pezón y areola con el consiguiente beneficio -sobre todo psicológico- para la paciente”.
En la primera cita se hace una valoración por la enfermera, una prueba de sensibilidad a los pigmentos y se explica, al tiempo que se cumplimenta, el consentimiento informado.
En una segunda cita, al mes, se selecciona el color, así como el diseño y la técnica. El proceso finaliza dándole a la paciente una serie de recomendaciones al alta, y es a los 6 meses cuando se lleva a cabo una tercera cita, con el fin de ver el resultado y valorar posibles retoques de la pigmentación.
La micropigmentación es menos invasiva porque se realiza sobre la epidermis, la capa más superficial de la piel, y los pigmentos utilizados son inorgánicos de colores terciarios “muy semejantes a los de la piel, que si bien pueden perder algo de intensidad con el tiempo, también se rediseñan con más facilidad” si fuera necesario, concluye el hospital.
Las elevadas tasas de curación frente al cáncer conseguidas, tras una serie de importantes avances terapéuticos y diagnósticos, invitan a plantearse cuestiones tan importantes para las pacientes como ser madres tras el tumor. «La incidencia en nuestro país se sitúa en 86 casos nuevos por 100.000 habitantes y año, algo inferior a la observada en la denominada zona euro en que llega a 108 casos nuevos por 100.000 habitantes y año. En el caso de las mujeres, aumenta sensiblemente a partir de los 40-44 años y es máxima en la década de los 60 años», apunta Fernando Colmenarejo, ginecólogo en Hospital Quirónsalud Zaragoza. Por eso, los médicos contemplan todo tipo de soluciones ad hoc para cada una. En este sentido, Antonio Urries, biólogo y director de la unidad de reproducción asistida de Hospital Quirónsalud Zaragoza explica que «existen distintas opciones en dependencia a la situación personal de cada paciente. Actualmente la más frecuente es la criopreservación de óvulos extraídos antes del comienzo del tratamiento oncológico. Ello posibilita el guardar estos gametos, congelados en un momento óptimo, hasta que la mujer decida que quiere ser madre una vez superada la enfermedad».
Antes de ponerse «manos a la obra» contra el tumor, se diseña todo un plan de contingencia que incluye la posibilidad de ser madre tras la terapia. «Para valorar si una paciente es candidata a un tratamiento de conservación de la fertilidad se tienen en cuenta varios aspectos: de una parte, las posibilidades de curación que tiene la paciente a priori y, por otro lado, la probabilidad de que la técnica sea exitosa», detalla Elena Aguirre, oncóloga en Hospital Quirónsalud Zaragoza. Además, «en el primer punto se valoran el tipo de tumor y los factores clásicos pronósticos (edad, tamaño, afectación o no de la axila, subtipo intrínseco etc) y en el segundo apartado la edad de la paciente, la reserva ovárica que tenga, el tipo de técnica que se puede plantear, etc. Otros factores a discutir con la paciente, la pareja y el resto del equipo son la demora de tiempo para iniciar el tratamiento oncológico (en general asumible), si la mujer ya ha tenido o no descendencia o el momento en el que se iniciará en el futuro la técnica de reproducción asistida», añade Aguirre.
Paso a paso
Como explica la oncóloga del hospital maño, «el único factor que se debe tener en cuenta es que el tratamiento de conservación no demore demasiado el inicio del tratamiento sistémico. Hoy en día, con la introducción de tratamientos de estimulación rápidos, podemos tener buenos resultados demorando la quimioterapia tan solo 12-14 días lo que es perfectamente asumible». Junto a ello, se debe pensar qué estrategia es la mejor, por eso Urries apunta que «en caso de tener pareja estable también puede optarse por criopreservar embriones directamente, con la ventaja de que la tasa de supervivencia de los embriones criopreservados es superior a la de los óvulos. Otra técnica muy prometedora, pero que actualmente aún está en desarrollo, sería la criopreservación de tejido ovárico especialmente indicada en chicas prepúberes de las que es imposible aún obtener óvulos».
Sin embargo, ante este abanico de opciones la preocupación de muchas mujeres en torno a si ser madres podría empeorar el tumor o poner en peligro la vida de ambos anula sus expectativas. Por este motivo Aguirre aclara que «el embarazo, tras un diagnóstico de cáncer de mama, no empeora el pronóstico de la enfermedad. De hecho, hay algún estudio que ha mostrado que las pacientes que consiguen un embarazo tras un diagnóstico de cáncer de mama tienen, en general, una supervivencia mejor de las que no lo consiguen. Si bien estos trabajos pueden tener un sesgo evidente de selección, nos dan suficiente información como para no contraindicar un embarazo después de haber padecido un cáncer de mama tras un periodo que puede ir desde los dos hasta los cinco años dependiendo del tipo de cáncer de mama y el tratamiento que se aplique».
En este sentido, Colmenarejo explica que «las tasas de curación del cáncer de mama están en función del estadio en el que ocurre el diagnóstico. El estudio Eurocare pretende estimar las tasas de curación del cáncer en Europa y describe un descenso de la mortalidad del cáncer de mama en España situándose en índices de supervivencia en el 85,2% de nuestras pacientes a los cinco años, si bien en casos de detección precoz en estadios iniciales la supervivencia puede llegar a superar el 95%.
La decisión de abortar cuando se diagnostica un cáncer de mama durante el embarazo no mejora el pronóstico de las pacientes. Esa es una de las conclusiones a las que ha llegado la Dra. Cristina Saura, (investigadora principal del Grupo de Cáncer de Mama y Melanoma del Vall d’Hebron Instituto de Oncología) quien ha publicado recientemente una tesis doctoral en la que expone los resultados de su estudio sobre el tratamiento de la enfermedad en mujeres embarazadas.
El trabajo recoge los casos de más de cincuenta pacientes, a quienes se había diagnosticado cáncer de mama durante el embarazo y que han sido tratadas a lo largo de varios años en el Hospital Universitario Vall d’Hebron. Tras examinar todas las historias clínicas, Saura ha llegado a la conclusión de que estas pacientes no necesitan interrumpir su embarazo para hacer frente al tratamiento de la enfermedad, pues esto, no aumenta las posibilidades de éxito.
En el estudio se llega a la conclusión de que el tratamiento de estos casos debe ser lo más parecido posible al de una paciente no embarazada: “cirugía, cuando fuese precisa, en cualquier momento del embarazo; quimioterapia con antraciclinas y/o taxanos, a partir del segundo trimestre”. Aunque resulte sorprendente, “la quimioterapia —indica el trabajo— no produce ninguna alteración neuropsicológica posterior del neonato, ni tampoco cardiológica, por el hecho de exponer los fetos a la quimioterapia intrauterina”. “Lo que sí se debe desaconsejar —sin embargo— es el uso de radioterapia o fármacos biológicos, y aquellos de los que no se tenga información en cuanto a posibles interacciones durante el embarazo”, señala el estudio.
El cáncer de mama es el de mayor recurrencia entre las mujeres y la principal causa de fallecimiento, con una media de mil muertes anuales. Es el tipo de tumor más diagnosticado en la franja de edad comprendida entre los 25 y los 69 años. El retraso cada vez mayor en la edad del primer embarazo en los países desarrollados y el incremento del cáncer entre las mujeres con edades comprendidas entre los 30 y los 45 años ha provocado un aumento progresivo de los cánceres de mama que se diagnostican durante el embarazo. Las cifras hablan de que, en la franja de edad comprendida entre los 25 y los 29 años, uno de cada cinco casos de cánceres de este tipo diagnosticados, se dan asociados a un embarazo, ya sea durante el mismo, o en el año posterior a este.
La mastectomía con preservación del pezón disminuye el riesgo de recaídaen cáncer de mama, según ha mostrado un estudio llevado a cabo por investigadores del Massachusetts General Hospital en Boston (Estados Unidos) y que ha sido publicado en la revista del Colegio Americano de Cirujanos. A diferencia de una mastectomía estándar, que elimina la totalidad de la mama y la piel del pecho incluyendo el pezón, la mastectomía con preservación del pezón elimina el tejido mamario pero deja intacto la piel del pezón, el pezón y la areola. De hecho, esta técnica cada vez es más solicitada por las pacientes, si bien los médicos siguen siendo reacios por miedo a las recaídas.
Según los autores, las mujeres con cáncer de mama son candidatas para someterse a este procedimiento a menos que tengan cualquiera de las siguientes condiciones: evidencia clínica o de imagen de la afección cancerosa del pezón y la areola; cáncer de mama localmente avanzado que afecta a la piel; cáncer de mama inflamatorio; o senos muy grandes o flácidos.
En este estudio, revisaron los registros médicos, de junio de 2007 a diciembre de 2012, de 297 pacientes cuyo cáncer de mama fue tratado con este procedimiento, con el fin de analizar las tasas y los patrones de recaída. Más de tres cuartas partes de las mujeres tenían cáncer de mama de estadio 0 o etapa 1, y el resto tenían cáncer de estadio 2 o 3, informaron los investigadores.
El carcinoma ductal in situ afectaba al 23 por ciento de las participantes, y el otro 77 por ciento tenía cáncer invasivo. Asimismo, los resultados de la biopsia del pezón encontraron cáncer en 20 de 311 senos (6,4 por ciento), requiriendo la extirpación posterior del pezón o complejo pezón-areola.
Las tasas de seguimientode los pacientes oscilaron entre 4 y 101 meses después de la mastectomía con preservación del pezón, y la mayoría de los pacientes realizaron exámenes de seguimiento con sus oncólogos u otros médicos durante al menos tres años.
Supervivencia sin recidivas en el complejo pezón-areola
Según los investigadores, latasa de supervivencia libre de enfermedad fue del 95,7 por ciento a los tres años y del 92,3 por ciento a los cinco años. Además, el cáncer de mama se repitió en 17 pacientes a los 51 meses de seguimiento mediano y, de ellas, diez pacientes presentaron recaída local-regional; dos tenían recidiva local-regional y distante; y siete tenían recidivas lejanas solamente.
De hecho, ninguna paciente tuvo una recidiva que involucrara el complejo pezón-areola. En este sentido, los investigadores informaron de que ningún cáncer de mama se desarrolló en el pezón en ninguno de los otros 1.871 procedimientos de mastectomía con preservación del pezón realizados en su hospital entre 2007 y 2016 para el tratamiento del cáncer o como una mastectomía profiláctica.
Uno de los beneficios del ejercicio tras la cirugía de cáncer de mama es recuperar el movimiento del hombro y del brazo y evitar la debilidad, efectos secundarios de este tipo de intervención quirúrgica. El ejercicio ayuda a reducir el riesgo de linfedema o hinchazón del brazo. Hacer ejercicios después de la cirugía es también importante si se ha sometido a radioterapia.
¿Cuál es el ejercicio recomendado después de una operación de cáncer de seno? El primer paso es consultar con el médico para saber cuál es el plan de ejercicios más adecuado y, sobre todo, cuánto tiempo hay que esperar después de la cirguía para empezar con el ejercicio. No todos los ejercicios son aptos para realizar al principio, siendo recomendable en algunos casos esperar una o varias semanas.
¿Cuándo empezar a hacer ejercicio después de una cirugía?
Entre el tercer y séptimo día después de la cirugía ya se pueden realizar algunos sencillos ejercicios, siempre consultando previamente al médico. Hay que tener en cuenta que después de la cirugía la mujer puede notar sensación de opresión en el pecho y en la axila, cosquilleo o dolor en la parte trasera del brazo o en el toráx.
Cualquier signo o molestia extraña que notemos al hacer ejercicio, comunicar al médico. De igual manera, recordar que el ejercicio se debe realizar con suavidad, sin movimientos bruscos o estiramientos forzados.
Podemos empezar por estos ejercicios para realizar tumbadas, recomendados por expertos en Oncología de la American Physical Therapy Association:
Colocar el brazo del lado de la cirugía sobre un cojín o almohada ayuda a reducir la hinchazón. La posición correcta es mano ligeramente más elevada que la muñeca y codo un poco más que el hombro.
Tumbada, elevar el brazo del lado de la cirugía por encima del nivel del corazón durante unos 40-45 minutos. Durante este tiempo, abrir y cerrar la mano (15-20 veces) y, a continuación, doblar y estirar el codo. Conviene repetir tres veces al día para ayudar a drenar el líquido linfático del brazo.
Los ejercicios de respiración profunda ayudan a relajarse. Tumbada boca arriba, respira despacio y profundamente, inhalando todo el aire que puedas y exhalando a continuación. Repetir entre 4-5 veces. Se pueden hacer varias veces al día.
Ejercicios después de cirugía de senos
Estos son algunos de los ejercicios más eficaces para hacer a partir de la primera o sucesivas semanas después de la cirugía. Será el médico el que determine cuándo se puede empezar.
Ejercicio con vara
Una vara o el palo del cepillo sirven para hacer este ejercicio que estimula la movilidad de los hombros. Sujetamos la vara con las dos manos a la altura de la cintura y la elevamos por encima de la cabeza, hasta donde notemos un estiramiento del brazo del lado de la cirugía. Mantener la posición durante unos segundos, bajar lentamente los brazos. Repetir 5-7 veces.
Ejercicio de codo
Ejercicio para favorecer el movimiento del brazo y la parte frontal del tórax. Se puede realizar tumbada al principio (y a medida que ganemos movilidad sentada o de pie). Colocamos las manos con los dedos entrelazados detrás de la cabeza, con los puntos en dirección al techo. Mover los codos hacia arriba y abajo. Repetir 5-7 veces.
Ejercicios del omóplato
En este caso nos sentamos en una silla delante de una mesa, con la espalda bien recta. Colocar el brazo del lado contrario a la cirugía en la mesa, con el codo doblado y la palma hacia abajo. A continuación, colocar el otro brazo, con el codo en posición recta y la mano hacia abajo. Mover hacia adelante este brazo, sin que el resto del cuerpo lo haga, hasta sentir un ligero estiramiento del omóplato. Repetir 5-7 veces.
Ejercicio de flexión
Para hacer este ejercicio, colocarse en una silla, con las manos entrelazadas a la altura de la cintura. Elevar los brazos sobre la cabeza y, a continuación, flexionar el cuerpo hacia el lado derecho hasta la cintura. Mantener unos segundos y recuperar la posición inicial. Repetir con con cada lado entre 5-7 veces.
Ejercicio de hombro
Para realizar este ejercicio, nos ponemos de pie con las manos apoyadas en la pared. Con los dedos vamos subiendo hasta que notemos un ligero estiramiento. Recuperar la posición inicial. Repetir de 5-7 veces.
http://www.ellahoy.es/salud/articulo/
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