El seguimiento del embarazo en una mujer con cáncer de mama debe ser multidisciplinar

Aunque los datos varían según las series publicadas, en 1/3000 embarazos puede haber un cáncer de mama, que es el proceso oncológico más frecuente en la mujer gestante. Su diagnóstico se realiza en estadios más tardíos. Juan Antonio León, jefe de Sección de Ginecología y Obstetricia del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, explica a El Médico Interactivo que su incidencia va en aumento, debido a dos hechos que están directamente relacionados: por una parte, el retraso en la edad de inicio de la maternidad, por lo que las gestantes con más de 40 años han pasado del 3 al 6% en la última década, y, por otra, estudios recientes muestran que la incidencia de cáncer de mama en mujeres jóvenes está aumentando.

Por eso, el embarazo en una mujer que ha tenido o tiene cáncer de mama debe de catalogarse de alto riesgo y, por tanto, “el control prenatal y la planificación del parto se debe realizar en un centro de referencia que garantice un enfoque multidisciplinario, donde estén presentes oncólogos, obstetras, neonatólogos y cirujanos, entre otros”, detalla el especialista, quien asegura que tras el diagnóstico es fundamental conocer el estadio oncológico, la diversidad histológica, los marcadores asociados y enfocar el abordaje terapéutico. Según el ginecólogo, la edad gestacional al diagnóstico es relevante en cuanto a las posibles repercusiones del tratamiento sobre el feto y el control fetal, centrado en controlar el crecimiento fetal, la aparición de insuficiencia placentaria o de malformaciones asociadas a algunos tipos de quimioterapia.

El momento del parto debe ser valorado según el protocolo de tratamiento oncológico, la edad gestacional y la maduración fetal, con el objetivo de evitar los riesgos de morbimortalidad añadidos por la prematuridad, por lo que debe intentarse alcanzar un embarazo a término. Para la finalización del embarazo y tomando en cuenta el estadio tumoral, en los casos más incipientes se recomienda la inducción del parto y el intento de alcanzar un parto vaginal.

Tratamiento quimioterápico

En estos casos, la paciente no debe recibir ningún tratamiento quimioterápico, al menos en las últimas tres semanas previas al parto para evitar problemas relacionados con la supresión hematopoyética (hemorragia, infección, anemia) tanto en la madre como en el feto, así como las potenciales complicaciones de sepsis y muerte. Además, “es necesario revisar siempre la placenta tras el parto para descartar metástasis,que se han descrito en algunas pacientes”.

El diagnóstico del cáncer de mama durante el embarazo es un evento dramático que plantea grandes dilemas e incertidumbres en la paciente y su familia. Por ello, es importante también que la paciente tenga soporte psicológico adecuado.

El especialista hace hincapié en tener en cuenta los cambios fisiológicos que se producen en la mama durante la gestación, así como la secreción por el pezón pueden enmascarar la clínica del cáncer de mama y producir un retraso en el diagnóstico de esta enfermedad.

La presentación clínica más frecuente es un nódulo palpable no doloroso. Por eso, es imprescindible profundizar en el estudio de todo nódulo mamario de reciente aparición durante la gestación o puerperio que persista más de dos semanas. “Aunque se estima que el 70-80% de las masas detectadas durante la gestación son benignas la confirmación mediante pruebas de imagen y/o estudio histológico es necesaria”, apunta el ginecólogo del Hospital Gregorio Marañón.

Lactancia

Respecto a la lactancia, las pacientes deben ser advertidas de que muchas drogas citotóxicas pueden secretarse por la leche materna y exponer así al feto a esos fármacos, por lo que no está recomendada durante la quimioterapia.

Tras el parto, se continuará con el tratamiento oncológico. En el caso de que la finalización de la gestación sea mediante cesárea, el inicio del tratamiento oncológico se reiniciará una semana después de la cirugía.

Con respecto al tratamiento quimioterápico, hay que tener en cuenta que en el periodo previo a las 12 semanas es el momento de mayor susceptibilidad en el que pueden aparecer desde la pérdida fetal a posibles anomalías asociadas. Existen medicaciones totalmente contraindicadas, como ejemplo el metrotrexate que debe evitarse durante todo el embarazo por su lenta eliminación del tercer espacio (líquido amniótico) y su potencial efecto abortivo y teratogénico.

Pero antes de plantearse un embarazo, hay que considerar que algunos tratamientos se pueden asociar a toxicidad sobre el ovario, por lo que debe de considerarse uno u otro protocolo terapéutico en función de los deseos gestacionales. De igual forma, tras el uso de algunos fármacos no se recomienda a la paciente quedarse embarazada en los siguientes 6-12 meses.

 

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«El cáncer de mama es un privilegiado en investigación gracias al papel de la mujer»

La médica e investigadora en oncología Ana Lluch (València, 1949) fue investida la semana pasada como doctora honoris causa de la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló. A su labor como investigadora en el cáncer de mama se suma su incansable lucha por mejorar la comunicación entre profesionales sanitarios y pacientes oncológicos. Defensora a ultranza de los ensayos clínicos, los define como una oportunidad para enfermos presentes y futuros.

¿Qué supone este reconocimiento y cuál es su relación con la Universidad Jaume I de Castelló?

Que la UJI te nombre honoris causa es algo muy importante y que da valor y visibilidad a que las mujeres también podemos tener una visibilización en este mundo de la universidad, de la docencia y de la investigación. La universidad de Castelló es de una alta calidad, que se está haciendo las cosas muy bien en el ámbito sanitario.

¿En qué momento se encuentra la investigación en el campo sanitario?

Estamos en un momento muy importante de la investigación y, sobre todo, en el campo de la oncología. Hemos progresado y estamos, desde hace diez años, en un momento de progresión que ha hecho que la investigación oncológica haya sido muy importante. Sobre todo, debido a los avances en biología molecular, en tecnologías y en el conocimiento del genoma. Todo eso ha hecho que los progresos que hoy tenemos en el campo del diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades oncológicas sea un momento muy importante. Se han conseguido tratamientos mucho más adaptados, personalizados a lo que es la persona y más específicos, tanto para la enfermedad como para la persona, y no tratamientos inespecíficos que teníamos antes.

¿Qué se ha hecho bien en el cáncer de mama para reducir tanto la mortalidad que no se ha hecho en otros tipos de cáncer?

El cáncer de mama afecta a una gran cantidad de mujeres en el mundo. Es el cáncer más frecuente en las mujeres y, por tanto, se ha invertido mucho en investigación. Eso ha hecho que hoy estemos en un momento en el que, prácticamente, se cure el 80 por ciento de los casos, cuando se diagnostican precozmente. Pero, por otro lado, la suerte del cáncer de mama es que es un tumor externo, que está en la mama, y tenemos la mamografía, una prueba que no es molesta, y que sirve para diagnosticar cualquier alteración antes de que aparezca. Por tanto, se puede hacer un diagnóstico precoz. En otro tipo de tumores, como el de pulmón u ovarios, no tenemos una herramienta tan importante como es la mamografía y, cuando se diagnostican, están en fases más avanzadas. Por otro lado, la gran suerte que tenemos es que, se ha investigado tanto en el cáncer de mama, que hoy entendemos las alteraciones biológicas y tenemos tratamientos específicos para las alteraciones que presentan las células del tumor.

¿Se podría considerar que el cáncer de mama es un privilegiado en inversión en investigación?

Sí, es un privilegiado porque las mujeres en la sociedad han hecho que el cáncer de mama sea un problema de salud pública por el número tan elevado de mujeres a las que afecta. También por haber conseguido ayudas para investigar de forma tan importante. Aquí en Castellón está la Fundación Le Cadó que consigue mucho dinero para proyectos de investigación en cáncer de mama. Toda la provincia de Castellón colabora en este proyecto.

¿Cómo ha evolucionado la comunicación entre el personal sanitario y la persona enferma?

En ese aspecto necesitamos mucha mejora. Yo soy muy reivindicativa de la comunicación. Se necesita saber comunicar mejor al enfermo y a su familia de los procesos. Por eso pienso que en el currículo de Medicina debería haber una asignatura de comunicación, porque nos falta conocer mejor las bases para poder hacerla mucho más real y que ayude a enfermo a desarrollar todo el proceso de una manera mucho más clara. Los enfermos nunca saben qué habrá después y todo es por culpa de esa falta de comunicación del médico y el enfermo. Por eso tenemos que enseñar mejor a las nuevas generaciones de médicos y sanitarios a saber comunicar.

¿Y qué características debería tener esa comunicación para que sea más fluida?

Una comunicación real, una comunicación fundamentada en la situación real. No decir que no pasa nada, sino explicar muy bien al enfermo cómo se ha desarrollado la enfermedad que tiene, si se sabe. En ocasiones, el médico tampoco sabe las causas, que es lo que quiere saber el enfermo, pero sí que sabemos cómo se va a desarrollar, cómo tenemos que atacarlo, cuál es el proceso para llevarlo a cabo. Hay que hacer una hoja de ruta a cada enfermo de su proceso y comunicarle a qué se va a tener que enfrentar y cómo enfrentarse a ello.

¿En qué medida repercutiría esa mejora comunicativa en el paciente?

Tanto en el paciente como en la familia, te das cuenta de que cuando hay una comunicación buena y hay buen «feeling» las cosas van mucho mejor y fluyen mucho más, y el enfermo no se encuentra en un túnel negro que no tiene salida.

¿Cuáles son los ensayos clínicos en los que está trabajando actualmente?

Siempre estamos trabajando en ensayos clínicos porque nuestra misión es intentar mejorar lo que tenemos. Y la forma de mejorar, tanto los diagnósticos y los tratamientos, es mediante los ensayos clínicos. No es hacer que el enfermo se sienta como un conejillo de indias sino algo que le pueda aportar algo mejor que los medicamentos estándar. Por tanto, hay que animar a todos los enfermos a que cuando se les ofrece participar en un ensayo clínico piense que eso es bueno para él y para los enfermos que vendrán después. Actualmente, tenemos más de treinta ensayos abiertos para cáncer de mama y estamos trabajando en nuevos fármacos y tratamientos del conocimiento de esa biología del tumor para poder tratar mucho más específicamente y sin efectos secundarios a los enfermos.

 

https://www.levante-emv.com/castello/2018/11/18/

La Unidad de Reconstrucción Mamaria del Hospital de Elche sienta las bases de una técnica pionera a nivel mundial

La Unidad de Reconstrucción mamaria del Hospital General Universitario de Elche ha sentado las bases de estandarización de una técnica pionera internacional de reconstrucción mamaria para pacientes que han sido tratadas con radioterapia.

Tal es la importancia de esta estandarización, que el trabajo de los profesionales del hospital ilicitano ha sido seleccionado finalista en los prestigiosos premios internacionales otorgados en el ‘London Breast Meeting’, celebrado en Londres el pasado mes de septiembre, donde quedó finalmente en tercer lugar.

El doctor Mario Márquez, del servicio de Cirugía Plástica del Hospital General Universitario de Elche, miembro de la Unidad de Reconstrucción Mamaria y líder del estudio que ha sentado las bases de la técnica a nivel mundial, fue el encargado de recoger el tercer premio tras haber sido seleccionado el trabajo entre los 10 mejores del mundo y tras pasar una selección previa en la que se presentaron un total de 600 trabajos internacionales provenientes de reconocidos hospitales.

Además, han aceptado la comunicación del trabajo completo del hospital en el Congreso Internacional de Cirugía Plástica que se ha celebrado recientemente en Miami, y la revista más prestigiosa a nivel mundial, ‘Plastic Reconstructive Surgery journal’, va a publicar los artículos de la investigación.

Técnicas de reconstrucción mamaria Tal y como explica el doctor Márquez “la importancia del trabajo premiado radica en que con esta técnica se puede reconstruir la mama de las pacientes tratadas con radioterapia sin tener que utilizar colgajos ni microcirugía, que es como se suele hacer habitualmente. La nueva técnica se realiza además de manera ambulatoria, ahorrando así a las pacientes intervenciones más complejas y días de ingreso”.

Las pacientes con cáncer de mama que han sido tratadas con radioterapia y a las que hay que realizarles una reconstrucción mamaria suelen ser intervenidas mediante los denominados colgajos, que consisten en la extracción de tejido y músculo de la espalda de la paciente para ponerlo en el área radiada de la mama, o mediante microcirugía, en la que se extrae tejido del abdomen con la misma finalidad.

Ambas intervenciones son complejas, largas, presentan secuelas como cicatrices y requieren bajas prolongadas.

Técnica pionera Hace varios años se puso en marcha una nueva técnica que consiste en reconstruir la mama mediante injertos de grasa de la propia paciente, extraídos de la zona baja de la espalda, algo que se realiza de forma ambulatoria y permite a la mujer que se reincorpore a su vida normal y laboral en 48 horas.

Estos injertos de grasa o lipoinjertos, han resultado ser muy efectivos ya que son ricos en células madre y consiguen regenerar el área radiada de las pacientes antes de proseguir con la reconstrucción mamaria.

Tal y como explica el doctor Márquez, “Se crearon 3 grupos en el mundo, uno americano y dos europeos en uno de los cuales está el Hospital de Elche, para poner en práctica esta técnica pionera. El problema es que se desconocía qué cantidad de volumen de grasa necesitaba cada paciente y en cuantas ocasiones era necesario realizar los lipoinjertos”.

“Eso fue lo que me llevó en el año 2009 a reunir toda la bibliografía existente sobre la técnica y a intentar dar con el volumen adecuado y la metodología de la técnica”, continúa el especialista.

Resultados del estudio Tras años de investigación, el grupo liderado por el doctor Márquez ha averiguado como determinar el volumen mínimo necesario de grasa que hay que injertar a cada mujer para que el tejido dañado por la radioterapia se regenere, con las ventajas que ello conlleva.

En ese sentido, el grupo del doctor Márquez ha descubierto un factor matemático (0’635) que multiplicado por el área radiada de la mama, da como resultado el volumen exacto de grasa que la paciente necesita.

Además, los especialistas han conseguido demostrar científicamente que repartiendo ese volumen adecuado en tan solo dos intervenciones ambulatorias es suficiente para que se regenere la zona quemada por la radioterapia.

Ventajas de la técnica, de esta forma la mujer pasa de tener que ser intervenida en una media de cinco ocasiones mediante la técnica de colgajos o microcirugía, a tan sólo tener que realizarse tres intervenciones y de forma ambulatoria.

Así, a la paciente se le realiza una primera intervención ambulatoria en la que se le inyecta la mitad del volumen de grasa necesario, se espera tres meses a que hagan efecto las células madre del lipoiinjerto y entonces en una segunda intervención, también ambulatoria, se coloca el expansor de la mama y se le inyecta la segunda mitad del volumen de grasa necesario. Tres meses más tarde, se cambia el expansor por la prótesis mamaria también de forma ambulatoria.

El doctor Márquez mantiene que los resultados “son sorprendentes hasta el punto de que se ha hecho seguimiento de hasta ocho años de algunas de las pacientes tratadas en el Hospital General Universitario de Elche con esta técnica y nos hemos dado cuenta de que el dolor postoperatorio en la mastectomia que sufren algunas pacientes por la radioterapia desaparece de forma precoz en tres semanas comparado con las anteriores intervenciones, y que además disminuye considerablemente la probabilidad natural de que se presente contractura en la mama, incluso por debajo de los casos de las pacientes con cáncer de mama que no han recibido radioterapia”.

Unidad de Reconstrucción Mamaria Un centenar de mujeres ya han sido tratadas con esta técnica en el Hospital General Universitario de Elche.

La Unidad de Reconstrucción Mamaria es una unidad multidisciplinar formada por el doctor Álvaro Rodríguez Lescure, Jefe de Servicio de Oncología Médica; la doctora Pilar Cansado, de Cirugía General; la doctora Ángela Pomares, de Oncología Radioterápica; la doctora Laura Heredia, de Anatomía Patológica; el doctor Manuel Montes de Radiología, y los doctores Francisco Solesio, Raquel Rubio y Mario Márquez, de Cirugía Plástica.

 

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Las emociones y el cáncer de mama

El proceso del cáncer pasa por un gran abanico de emociones, y éstas juegan un papel casi tan importante como la propia medicina. Esas emociones pasan de la negación de la enfermedad a la comprensión y aceptación del problema. Pero ¿cómo una persona puede adaptarse al cáncer? ¿Cómo impacta la enfermedad en la imagen corporal? ¿y en el ámbito familiar? ¿Cómo se pueden gestionar esas emociones?

Tics

1-No tapar las emociones: Es normal sentir miedo, incertidumbre o rabia. Hay un acontecimiento (el cáncer) que ha cambiado tu vida, permítete estar mal pero no te enganches a ellas.

2-Infórmate por profesionales: Cuidado con internet, puede producir el efecto contrario que queremos, es decir, en lugar de tranquilizarte generar más estrés y ansiedad.

3-Dedícate tiempo a ti: Haz actividades que te resulten agradables y enriquecedoras.

4-Disfruta del presente: No busques en ideas de futuro cómo estarás porque no lo sabemos, no podemos predecir qué sucederá. El presente es tu día a día, valóralo.

5-Actúa con naturalidad ante la enfermedad: No te recomiendo que intentes ocultarla, déjate apoyar y ábrete a los demás.

Es muy importante que el paciente y su familia reciban toda la información necesaria respecto a la enfermedad y sus consecuencias físicas y psicológicas para manejar el estrés, la ansiedad, la depresión y la falta de autoestima, muy presente en esta patología.

Al principio, tras el diagnóstico es normal estar en estado de shock, sin saber qué pensar ni cómo actuar. A posteriori se suele presentar negación, culpa, resentimiento y miedo.

Durante el tratamiento habitualmente el paciente presenta sentimientos de ansiedad y culpa.

Una actitud positiva y de aceptación fortalece a la persona que padece cáncer de mama

Tras superar la enfermedad suelen aparecer sentimientos de miedo a que vuelva a presentarse la enfermedad, enfado y culpa por la experiencia vivida y depresión. Hay pensamientos sobre el futuro, dudas e incertidumbres, como sobre el tipo de vida que se tendrá y su calidad.

Por ello es importante que el paciente gestione desde el primer momento las emociones y si necesita ayuda, la demande. La enfermedad y su transcurso cambiará muchos aspectos no sólo físicos como hemos comentado, sino psicológicos: su forma de pensar, de sentirse, etc. Es un momento para gestionar y afrontar la vida desde otra perspectiva.

Una actitud positiva y de aceptación ante el proceso fortalece a la persona que padece la enfermedad de forma significativa.

La enfermedad y su transcurso cambiará muchos aspectos físicos y psicológicos

Para finalizar, las emociones activan cuerpo y mente, lo que necesitamos es reconocerlas, aprender a escucharlas para saber qué es lo que nos están pidiendo y ponernos en acción para liberarlas sanamente. Éstas no son buenas ni malas sino que son mecanismos de supervivencia, que pueden llevarnos a la trascendencia, al dar, al servir o bien pueden ser feroces enemigas y llegar a destruirnos.

Como dijo el psiquiatra y fundador de la logoterapia, Viktor Frankl: «Las circunstancias no me determinan, soy yo quien determino si me someto a ellas o las desafío».

 

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Sanidad asumirá el tatuaje de los pezones tras una operación de cáncer de mama

La sanidad pública correrá con los gastos de la micropigmentación de las areolas mamarias y los pezones en aquellas mujeres mastectomizadas, que se han sometido a una reconstrucción mamaria para superar un cáncer.

Así lo anunciaron ayer fuentes del ministerio tras concluir la maratoniana sesión del pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud CISNS, con 26 puntos.

La medida atiende la petición unánime lanzada por todos los grupos del Congreso el año pasado. Además de garantizar su aplicación en la cartera común del sistema nacional (ahora hay algunos hospitales públicos que lo hacen motu proprio), en el CISNS se aprobó también incluir en la cartera común de servicios el cribado poblacional del cáncer de cérvix (cuello de útero) al igual que se hace con el de mama y que, actualmente es voluntario.

Los expertos acogieron la semana pasada con alegría esta última medida. «Ya era hora. Lo llevábamos demandando años», aseguró el ginecólogo de la unidad de Patología Cervical del Hospital La Fe, Fernando Ruiz. «Ahora el cribado es oportunista y lo mismo hay mujeres que se hacen un seguimiento anual como otras que hace años que no lo hacen. Con un programa de cribado se podrá tener a toda la población controlada por encima de los 25 años», explicó.

En el consejo interterritorial se aprobó, además, el primer calendario vacunal común para todas las edades de la vida y que fusiona los calendarios infantil y de adultos que venían funcionando en casi todas las comunidades. La C. Valenciana llevará su adaptación a las Corts «presumiblemente el mes que viene» aunque, según los expertos, su entrada en vigor no conllevará cambios ya que los dos calendarios en marcha para los valencianos ya recogen la prevención de las 14 enfermedades infecciosas del calendario común nacional.

Contra las pseudociencias

Por otra parte, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, que participó en la reunión del consejo interterritorial, aplaudió que el ministerio vaya a realizar un plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias, tal como se venía reclamando desde la C. Valenciana.

En este sentido, Barceló recordó que la Administración valenciana lleva «tiempo combatiendo las pseudoterapias» y ya se habían «paralizado actos relacionados con pseudociencias o charlas que podían suponer un peligro para la salud de las personas».

Barceló recordó que también se elabora una normativa autonómica sobre publicidad sanitaria para regular la publicidad que se hace de estos productos o servicios, con el fin de evitar así la publicidad engañosa, y que se ha enviado una instrucción «expresa» a todos los centros públicos sanitarios para que no se autorice la publicidad, promoción, presencia o desarrollo de actividades que no estén reconocidas como asistenciales.

Por otra parte, entre los 26 puntos abordados en el consejo, se aprobó el plan que sienta las bases para introducir las terapias avanzadas de inmunoterapia en la bolsa sanitaria. «Hay que seguir trabajando en los próximos meses en su desarrollo e implantación, así como en los mecanismos para su financiación para poder aplicar los tratamientos con este tipo de fármacos, los CAR-T», recordó Barceló ya que el principal problema de su implementación es su precio, unos 450.000 euros por paciente.

Los medicamentos CAR-T (Chimerich Antigen Receptor – de terapias de células T) son terapias innovadoras que modifican genéticamente las propias células del sistema inmune del paciente para tratar patologías muy concretas como la leucemia linfoblástica aguda de células B refractaria en recaída post-trasplante y el linfoma B difuso de célula grande en recaída o refractario.

 

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Personas con cáncer de mama aprenden a prevenir la aparición del linfedema

Profesionales de la Unidad de Rehabilitación del Hospital Infanta Elena han vuelto a impulsar la Escuela de Linfedema con la organización de varias sesiones formativas destinadas a los pacientes de la zona de adscripción del centro hospitalario que han sido operados de cáncer de mama o que han recibido terapia oncológica por este motivo. El objetivo no es otro que enseñarles una serie de técnicas y recomendaciones que les ayuden a prevenir la aparición de esta molesta y dolorosa complicación.

Las sesiones, que se han ido celebrando durante las últimas semanas en el Área de Rehabilitación del centro hospitalario, se realizan de forma grupal y son ofrecidas por fisioterapeutas especializados, que enseñan a las personas afectadas, fundamentalmente mujeres, aquellos ejercicios y prácticas que son decisivos para prevenir la aparición del linfedema, así como les informan acerca de los beneficios de adoptar determinados hábitos de vida relacionados con la alimentación, el control del peso y otras cuestiones que forman parte de la vida diaria, pero que puede convertirse en un factor de riesgo.

Conocer dichos factores de riesgo resulta muy importante para su prevención, así como aprender a gestionar los autocuidados como una forma segura de prevención, evitando la limitación articular del hombro del lado de la mama intervenida, la adherencia de la cicatriz de la intervención y la aparición de seromas, entre otras cuestiones fundamentales que aprende la paciente como parte de su terapia.

El linfedema es un tipo de edema producido por una alteración linfática, que se caracteriza por el acúmulo de linfa (líquido transparente rico en proteínas) dando lugar a un aumento de tamaño o hinchazón de la región corporal afectada. En los pacientes con cáncer de mama, éste puede estar provocado por la propia intervención quirúrgica o por tratamientos posteriores, como la radioterapia.

El objetivo de estas sesiones, que se van convocando de forma periódica, es el de reforzar las medidas que ya se encuentran en funcionamiento por parte de la Unidad de Rehabilitación del Hospital Infanta Elena en la lucha contra el linfedema. De esta manera, todas las personas que han sido sometidas a una intervención por cáncer de mama o que han recibido radioterapia o quimioterapia son citadas por el especialista para su revisión durante los dos años siguientes a la exposición, con el fin de determinar si se ha producido la aparición del linfedema. En estos casos, los pacientes reciben un tratamiento específico de fisioterapia adecuado y personalizado para cada paciente recomendado y supervisado por el rehabilitador.

Esta Escuela de Linfedema se convierte entonces en un elemento de refuerzo de esta línea de atención precoz y prevención, que busca formar y proporcionar los conocimientos suficientes a las mujeres y los hombres afectados para que puedan actuar antes de que se produzca, evitando la aparición de este efecto secundario del proceso oncológico.

Con esta intención, durante el curso de las sesiones se les informa, entre otras cuestiones, acerca de los necesarios cuidados que deben mantener con su piel de forma habitual, del uso de determinadas prendas de ropa, de las normas de alimentación más adecuada y se les enseñan también, de forma eminentemente práctica, aquellos ejercicios y automasajes que, realizados de forma continuada, ayudan a prevenir el linfedema.

Las sesiones, que se han reiniciado en las últimas semanas, se irán repitiendo a lo largo de los próximos meses con el fin de formar a todas las personas residentes en la zona de adscripción del centro hospitalario que han pasado recientemente por un proceso oncológico de mama, con el objetivo último de mejorar su calidad de vida y reducir el impacto de esta enfermedad en la población.

 

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Principales problemas a los que se enfrenta un superviviente al cáncer

El cáncer no sólo afecta a los aspectos médicos sino que genera también toda una serie de conflictos psicológicos, sociales, laborales, familiares y emocionales en la vida de los pacientes que deben abordarse durante y también tras superar la enfermedad. Y es que, aunque los tratamientos hayan finalizado, quedan las revisiones, el miedo a la recaída, los efectos secundarios de los tratamientos, la complicada vuelta al trabajo, los desajustes emocionales…

El Informe sobre las necesidades de los supervivientes de cáncer elaborado por el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac) pone sobre relieve la realidad que sufren los pacientes. Para 6 de cada 10 encuestados (64%) la pérdida de energía y el cansancio resultó el mayor de los problemas. Otra de las dificultades se detectó en el área de la sexualidad afectando al 40% de los participantes, mientras que alrededor de 3 de cada 10 encuestados presentaron problemas para orinar, pérdida de memoria y concentración y dificultades para caminar o desplazarse. 6 de cada 10 declararon no haber recibido ningún tipo de asistencia para resolver estas situaciones.

El estudio también revela que para 6 de cada 10 participantes, el miedo a la recaída es el mayor problema a nivel emocional después de haber finalizado los tratamientos, mientras que más de la mitad de los encuestados (53%) declararon padecer angustia, ansiedad y preocupación.

Un 33% de los encuestados mencionó además preocupaciones relativas a los cambios en el aspecto físico. Entre otros problemas están las relaciones sexuales, el 33% han tenido dificultades en las relaciones sexuales y alrededor del 20% ha declarado problemas de pareja o ruptura de la relación durante o después de los tratamientos.

Para más de la mitad de los afectados es necesario recibir formación en técnicas de relajación y control de las emociones, implementar una alimentación saludable e incorporar una actividad física a la rutina cotidiana, así como entrar en contacto con personas que han vivido la misma experiencia. Para 3 de cada 10 encuestados también es importante recibir formación para comunicar mejor con los profesionales sanitarios y aprender estrategias que puedan aliviar al cuidador principal.

Informe supervivientes de cáncer - Gepac

MIEDOS

Para la elaboración del estudio de Gepac se realizaron también grupos de discusión en los que se abordó inserción laboral y los miedos que sufren los supervivientes al cáncer. Los asistentes compartieron las vivencias relativas al miedo y a las dudas propias de la fase posterior de los tratamientos y consideraron fundamental un seguimiento psicológico. Además opinaron que se debería tener garantizada la continuidad del tratamiento psicológico una vez que se ha iniciado.

El grupo de afectados ha intercambiado experiencias relativas al modo en el que los cambios en la imagen corporal pueden afectarles, como en el caso de la cirugía en el cáncer de mama y el impacto que estos cambios pueden generar en las relaciones de pareja.

“Lo que me da mucho miedo… Tengo dudas de poder seguir con el tratamiento psicológico que estoy haciendo ahora, a través de un servicio del propio hospital”, asegura uno de los participantes y otra añade:“En el caso del cáncer de mama a las mujeres las mutilan y entonces se rompen muchos matrimonios y se separan”.

APOYO EMOCIONAL

Según Gepac, en el período de recuperación se generan muchas dudas que, en ocasiones, el médico no sabe o no puede responder. Se mencionan situaciones de confusión después de los tratamientos, de temor a lo desconocido y miedos de los propios pacientes y familiares ante la falta de apoyo que existe a la hora de cubrir las necesidades que se presentan en esta etapa.

“Te sientes desvalido una vez que traspasas las puertas del hospital”, afirma uno de las personas que participó en los grupos de discusión. “Mientras realizas el tratamiento estas cuidada y protegida. Y cuando se acaba el tratamiento te preguntas ¿Y ahora qué pasa?”, confiesa otra de las participantes.

Los líderes de organizaciones de pacientes comentan que los pacientes se sienten vulnerables en la vuelta a la rutina y tienen mucha inseguridad relacionada con la menor frecuentación del hospital y la disminución del contacto con los profesionales sanitarios.

Plan de seguimiento oncológico

La inestabilidad emocional y la soledad que pueden sentir pone en evidencia la necesidad de lograr una rehabilitación completa que tenga en cuenta la recuperación de todas las secuelas y que requiere por lo tanto de una mejor coordinación entre los profesionales sanitarios y los distintos niveles asistenciales. Aseguraron que la atención del psicooncólogo es insuficiente en el ámbito hospitalario y que son, en ocasiones, las organizaciones de pacientes las que ofrecen el servicio cuando no se encuentra disponible en los centros asistenciales. Han considerado además que sería conveniente una mayor formación a los profesionales sanitarios.

Entre los puntos de interés han creído conveniente la mención de que en ciertos casos, y dependiendo del tipo de cáncer, los tratamientos son crónicos, por lo que resultaría necesario un plan de intervención individualizada que incluya aspectos sociales, psicológicos y no sólo clínicos.

“Hay que considerar que en muchos casos el tratamiento no termina y hay muchas enfermedades donde se sigue durante años. A nivel médico se sigue un protocolo de seguimiento que persigue detectar una recaída o una toxicidad, pero que podemos tabular y medir. Además hay problemas sociales, bajas laborales prolongadas, incapacidades a veces permanentes, pues hay mucho camino por andar”, explica uno de los pacientes participante en el estudio de Gepac.

Los pacientes demandan la implementación de un Plan de Seguimiento estandarizado para las personas que finalizan un tratamiento oncológico, dirigido a cubrir las necesidades que presentan los supervivientes de cáncer. Una iniciativa que podría hacer más llevadera la vuelta a la rutina después de pasar por esta enfermedad.

 

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Descubren una encima clave en la proliferación, la invasión y la formación de metástasis de cáncer de mama

En este trabajo, publicado en la revista Cancer Research, los científicos han llevado a cabo un análisis genómico para encontrar nuevos reguladores de la proteína Snail1, un interruptor clave en la invasión tumoral, según la agencia SINC.

Un equipo de investigadores del Programa de Cáncer del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), liderado por Víctor M. Díaz y Antonio García de Herreros, ha identificado una enzima clave en el desarrollo del cáncer llamada USP27X.
En este trabajo, publicado en la revista Cancer Research, los científicos han llevado a cabo un análisis genómico para encontrar nuevos reguladores de la proteína Snail1, un interruptor clave en la invasión tumoral. Los expertos han descubierto la enzima USP27X que incrementa la estabilidad de Snail1 y permite a la célula tumoral iniciar el proceso denominado de transición epitelio-mesénquima (o EMT, por sus siglas en inglés). Este mecanismo confiere a las células tumorales la capacidad de invadir los tejidos vecinos y formar metástasis; además incrementa la resistencia a fármacos.
Hace unos años, los investigadores determinaron cómo las células normales epiteliales mantenían bajos los niveles de Snail1 debido a su continua degradación en el proteasoma, un complejo enzimático que actúa como un ‘cementerio de proteínas’ dentro de la célula.
Los expertos han descubierto cómo la enzima USP27X incrementa la estabilidad de Snail1, un interruptor clave en la invasión tumoral La degradación de Snail1 viene ordenada por la incorporación de una marca molecular llamada ubiquitina. Gracias a la enzima USP27X, las células tumorales evitan la degradación de Snail1 eliminando las ubiquitinas.
Cuando Snail1 pierde esta marca de destrucción, no puede degradarse y se acumula en la célula. Las células tumorales utilizan la USP27X para aumentar la cantidad de Snail1, lo que permite comenzar un programa celular que hace que puedan invadir mejor y formar más metástasis.
Si inhibimos USP27X podremos regular los niveles de Snail1, y, por lo tanto, controlar sus efectos negativos en la proliferación, la invasión y la metástasis”, afirma Díaz, director de la investigación e investigador de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). “USP27X es una enzima, así que podremos diseñar inhibidores que en el futuro permitirían restaurar los niveles de Snail1 y bloquear la EMT”, añade.
Combatir la quimioresistencia
Experimentos hechos en ratones con células tumorales que emiten luz (como las indicadas en la fotografía en rojo) muestran como estas forman metástasis en el pulmón (marcadas con círculos en la figura). En cambio, si eliminamos la USP27X se bloquea completamente la aparición de metástasis.
Otro aspecto relevante tiene que ver con la resistencia a drogas asociada a la expresión de Snail1 y USP27X. Las células de cáncer de mama se vuelven resistentes al tratamiento con cisplatino, un fármaco a menudo utilizado para combatir este tipo de cáncer.
“Cuando inhibimos la USP27X somos capaces de revertir la resistencia al tratamiento con cisplatino y nuevamente hacer que las células tumorales sean sensibles”, afirma Guillem Lambies, primer autor del artículo.
“Estos resultados abren la puerta a generar fármacos que al inhibir la USP27X puedan combatir la quimioresistencia”.
El mismo grupo, en colaboración con Joaquín Arribas del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), ha analizado la expresión de Snail1 y USP27X en tumores derivados de pacientes con cáncer de mama. Han encontrado una correlación positiva entre las dos proteínas, sobre todo en aquellos tumores más agresivos, denominados triples negativos.
Estos tumores de mama triple negativos son especialmente resistentes a la quimioAerapia y tienen un peor pronóstico. Los investigadores creen que nuevos fármacos diseñados para inhibir la actividad de USP27X pueden tener un futuro prometedor sobre estos tipos de tumores. El grupo de Díaz y Garcia de Herreros están actualmente trabajando para encontrar moléculas inhibidoras de la USP27X que puedan revertir los efectos negativos de Snail1.
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Cáncer de mama triple negativo, un ‘cajón de sastre’ cada vez menos desastre

“Hemos logrado reducir este cajón de sastre a una serie de subtipos bien definidos por el estado de seis marcadores concretos”, apunta el director de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Mama del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), unidad que acaba de recibir 200.000 euros de la Fundación CRIS Contra el Cáncer para continuar con esta línea de investigación.

El grupo de investigación liderado por Quintela publicó recientemente un estudio en la revista Nature Communications en el que describía el primer ‘atlas’ de proteínas para pronosticar el cáncer de mama más agresivo y delimitar la respuesta a fármacos.

En concreto, lograron identificar seis quinasas -un tipo de proteína- cuyo estado funcional -si están activadas o no- predice la evolución del cáncer, unas proteínas que se sabe se pueden inhibir farmacológicamente y contra tres de ellas ya hay fármacos en uso.

La búsqueda de las quinasas se hizo en muestras de tumores de 34 pacientes y los resultados se validaron con 170 paciente.

Experimentos en ratones

Así, se constató que en aquellas pacientes en que ninguna de estas quinasas estaban activas habían tenido un 95% de probabilidad de curarse, o al menos, de no haber recaído doce años después del tratamiento; basta con que solo una de las seis quinasas estuviera activa para que el riesgo de recaída se multiplicara por diez.

Además, se hicieron experimentos en modelos de ratón y celulares y se probaron en concreto la actividad antitumoral de 15 combinaciones de dos medicamentos, logrando un efecto superior al de la suma de los efectos terapéuticos de cada fármaco por separado en el 99,3% de los casos, según el trabajo publicado en agosto.

Ahora el reto es comprobar esto en ensayos clínicos, indica Quintela a los medios tras recibir la donación de la Fundación Cris.

“Gracias a este apoyo, con cierta celeridad podremos traducir estos avances de laboratorio a la clínica; con esta información ya se pueden empezar a hacer ensayos clínicos un poco racionales”.

Para ello, su grupo ya está en conversaciones con farmacéuticas y Quintela cree que en dos o tres años ya podría haber respuesta sobre la eficacia de alguna de las combinaciones de fármacos propuestas.

 

Si todo sale bien, luego tendría que llegar a los hospitales y usarse, pero para eso todavía hay que esperar: “en la actualidad no hay ninguna paciente que se pueda beneficiar aún de este trabajo”.

En el futuro, añade, el objetivo es que el análisis de estas proteínas pueda hacerse en los centros hospitalarios como se hace ahora el análisis del perfil genético de cualquier tumor.

Terapias candidatas

Ahora lo que tenemos es “una caja negra” que se ha logrado segmentar y “tenemos terapias candidatas para cada uno de estos subtipos”, apunta Quintela, quien recuerda que la quimioterapia convencional es hoy por hoy la única terapia para el triple negativo.

En la actualidad, de todos los cánceres de mama, el 15 % son triple negativo -entre 3.000 y 4.000 casos en España al año- y el 40 % de las mujeres que lo padecen recaen, por eso la investigación es el único camino para dar esperanzas , subraya la directora de CRIS, Marta Cardona, quien hace un llamamiento a la sociedad para que apoye la investigación.

En este sentido, Quintela cree que en España falta mecenazgo y esta cultura se tiene que extender más entre la sociedad -que cada vez está más animada-, pero también tiene que ser fácil administrativamente.

Además de la Fundación Cris, la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Mama que dirige Quintela recibe financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, del Instituto de Salud Carlos III a través del FIS, de la Comunidad de Madrid y de Bayer.

 

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SOLTI presenta datos de un programa para asignar pacientes a ensayos según su perfil molecular

El grupo académico de investigación en cáncer de mama SOLTI ha presentado los resultados del estudio Agata en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), que se celebró recientemente en la ciudad alemana de Munich, y que buscan determinar la efectividad del programa para asignar pacientes a ensayos clínicos con agentes anti-diana de acuerdo con el perfil molecular de su tumor.

En concreto, el objetivo del estudio Agata fue analizar la factibilidad de implementar un programa de detección molecular en España para pacientes con cáncer de mama localmente avanzado o metastásico. La finalidad es, por un lado, facilitar el acceso a ensayos clínicos con terapias dirigidas y, por otro, mejorar el conocimiento de la biología del cáncer de mama.

El programa de cribado molecular Agata, impulsado por el grupo de investigación SOLTI, incorporó 260 pacientes con cáncer de mama metastásico en España. En total, participaron 10 hospitales públicos y privados de todo el país que forman parte de la red de centros de SOLTI, cuatro de Cataluña, dos de Madrid, dos de Valencia, uno de Palma de Mallorca y otro de Sevilla.

La presidenta de SOLTI y coordinadora de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y también de la Unidad de Cáncer de Mama del Centro Integral Oncológico Clara Campal HM CIOCC, la doctora Eva Ciruelos, destacó que “Agata es el primer programa de screening molecular a nivel nacional y multicéntrico que recoge y secuencia muestras de tumor de pacientes con cáncer de mama metastásico para emitir recomendaciones de tratamiento con terapias dirigidas en el contexto de ensayos clínicos”.

Principales resultados

Del total de 260 pacientes con cáncer de mama metastásico incluidos en el estudio, se detectó al menos una mutación accionable en el 63 por ciento de ellos. “El objetivo principal del estudio era comprobar cuántos pacientes podían ser asignados a un ensayo clínico en base a su perfil molecular. Conseguimos emitir 116 recomendaciones de tratamiento dirigido, de las cuales 13 se concretaron en la inclusión en un ensayo clínico, lo que representa que un 11 por ciento de las pacientes con mutación identificada recibieron terapia dirigida”, explicó la jefa de la Unidad de Cáncer de Mama del Institut Catala d’Oncologia de la localidad barcelonesa de L’Hospitalet, actualmente en el estadounidense Dana-Farber Cancer Institute de Boston, la doctora Sònia Pernas.

Así, en el estudio Agata se analizaron 163 muestras de tumores primarios y 97 de metástasis, a partir de las cuales se observó que las alteraciones más comunes detectadas fueron en los genes PI3KCA (34%), TP53 (22%), AKT1 (5%), ESR1 (35) y ERBB2 (3%). Tras este análisis, cabe destacar la detección de una mayor frecuencia de mutaciones en AKT1 en las muestras metastásicas respecto de los tumores primarios.

“El equipo de Agata está realizando, en una segunda fase, el análisis de la expresión de genes, proteínas y metiloma, para obtener una visión más amplia e integrada que nos ayude a poder proporcionar una recomendación terapéutica basada en la biología completa del tumor”, añadió S0nia Pernas.

 

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