Incliva participa en la campaña ‘Haz historia con tu historia’

El Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de València, participa en la campaña ‘Haz historia con tu historia’, lanzada por el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama, que se difunde coincidiendo con el Día de la Madre, en la que pacientes que fueron madres mientras padecían cáncer de mama explican su experiencia y destacan la importancia tanto del equipo médico para superar este proceso como de la investigación para que otras mujeres con esta enfermedad puedan conseguir ser madres.

El objetivo de la campaña es avanzar en el conocimiento de la relación entre cáncer de mama y embarazo, contando con la colaboración de las propias pacientes, y ayudar a las mujeres con esta enfermedad que deseen ser madres, proporcionándoles el mejor asesoramiento y el tratamiento más adecuado.

A través de ‘Haz historia con tu historia’ se anima a las mujeres que han tenido un cáncer de mama durante el embarazo o hasta un año después del mismo y lo hayan superado; a las que hayan realizado una preservación de su fertilidad previamente al tratamiento oncológico; y a quienes, habiendo tenido un cáncer de mama, han sido madres o lo deseen, a que participen con su historia clínica en el proyecto ‘Cáncer de mama y el Deseo de ser Madre’, que lleva a cabo GEICAM en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Red de Cáncer (CIBERONC) y el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC).

De este modo, GEICAM pretende conocer mejor las necesidades clínicas de estas mujeres, el éxito y la seguridad de las técnicas de preservación de fertilidad, las estrategias de tratamiento durante el embarazo y la forma en la que esta situación puede afectar al desarrollo del feto y al nacimiento y la salud del bebé.

En las mujeres que durante el embarazo o el año posterior al mismo son diagnosticadas de cáncer de mama se está estudiando la relación entre los cambios fisiológicos que se producen en la gestación y en la lactancia con el desarrollo del tumor, con el objetivo de prever esta situación y diseñar estrategias encaminadas a lograr embarazos seguros, explica el Dr. Juan de la Haba, director de la Unidad de Mama e Investigación Clínica del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y miembro de GEICAM. “Por otro lado, cada vez son más las mujeres que, tras haber tenido un cáncer de mama, desean ser madres y, en algunos casos, son necesarias medidas encaminadas a favorecer la gestación, pero necesitamos saber si realmente son seguras para todas las pacientes”, explica. En su opinión, es necesario confirmar si existe una relación de causalidad entre el embarazo y la aparición de un cáncer de mama, que hay que definir bien para evitar el desarrollo del tumor durante la gestación y, además, poder aconsejar mejor a las pacientes que ya han tenido cáncer de mama y preguntan sobre los riesgos de ser madres.

“No disponemos de datos oficiales sobre este tipo de pacientes ni existe un registro nacional, por lo que GEICAM se propuso desarrollar un estudio que permitiera tener una foto de la realidad del cáncer de mama y el embarazo”, señala la Dra. Begoña Bermejo, otra de las coordinadoras del proyecto, del Grupo de Investigación de Biología en Cáncer de Mama de INCLIVA, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico de València y miembro de la junta directiva de GEICAM. “La campaña ‘Haz historia con tu historia’ pretende, por tanto, que mujeres que hayan padecido un cáncer de mama gestacional contacten con los centros participantes en el estudio para facilitar información clínica y que podamos analizar datos moleculares del tumor y de sangre, con el fin de determinar alguna característica biológica o genética que diferencie los cánceres de mama que suceden durante el embarazo con respecto al resto de tumores de mama o saber si genéticamente estas mujeres tienen un riesgo superior de desarrollar este tumor durante el embarazo”, añade la doctora Bermejo.

AVANCES EN ESTRATEGIAS TERAPÉUTICAS PARA FACILITAR LA MATERNIDAD

Con el retraso de la edad del primer embarazo, ha aumentado el número de casos de mujeres que, cuando reciben el diagnóstico de cáncer de mama, aún no han cumplido su deseo de ser madres, y además, con el tratamiento con quimioterapia pueden ver disminuida su capacidad para serlo. “La preservación de óvulos, la utilización de fármacos para mantener en reposo el ovario, o la criopreservación de tejido ovárico son algunas de las que han demostrado ser más eficaces”, destaca el doctor De la Haba.

Desde hace unos años, estas estrategias han cobrado mayor importancia y, desde las unidades de fertilidad, se han ido estableciendo programas mediante los que se remiten a estas mujeres para que se les puedan aplicar técnicas de preservación de la fertilidad. “Esto ha evolucionado mucho y casi todos los centros tienen un sitio de referencia a donde derivar a estas mujeres, de manera precoz y coordinada”, añade la Dra. Bermejo.

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Siete de cada diez mujeres con cáncer de mama no necesitarán quimioterapia

Un estudio internacional, denominado RxPONDER, permitirá que un importante porcentaje de pacientes con cáncer de mama puedan prescindir de la quimioterapia, evitando los efectos adversos de este tratamiento. En este estudio participa el l Instituto de Investigación Sanitaria Incliva del Hospital Clínico de Valencia.

Según ha informado Incliva, se trata del subgrupo de mujeres posmenopáusicas con receptores hormonales positivos (RH+) y HER2 negativo. Este grupo tienen entre 1 y 3 ganglios axilares afectados y con un resultado Recurrence Score igual o inferior a 25. Además, actualmente  son tratadas con quimioterapia más hormonoterapia, que podrán ser tratadas con igual eficacia y pronóstico solo con hormonoterapia.

Este ensayo clínico internacional, promovido por el grupo cooperativo estadounidense SWOG Cancer Research Network, cuenta con el apoyo del National Cancer Institute (NCI) de EEUU. Asimismo, cuenta con participación del Grupo Geicam de Investigación en Cáncer de Mama que ha contribuido al mismo con la inclusión de 792 mujeres a través de 21 hospitales españoles. Esto supone casi el 20% del total de pacientes participantes en el ensayo.

Así, el Hospital Clínico Universitario de Valencia, el Hospital Provincial de Castellón y la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO) aportan aproximadamente dos de cada 10 de las pacientes incluidas en el ensayo en España.

En el ensayo realizado en el Hospital Clínico de València se incluyeron 66 pacientes. De ellas, el 73 % eran pacientes menopáusicas, y más del 50 % de ellas recibió exclusivamente tratamiento hormonal. Begoña Bermejo, del Grupo de Investigación de Biología en Cáncer de Mama de Incliva, ha subrayado que “Esto hace que tengamos un grupo significativo de pacientes que se beneficiaron de participar en este ensayo clínico evitando el uso de tratamiento de quimioterapia”.

Asimismo, ha añadido que: “Gracias a todas las pacientes que participaron en este estudio, vamos a poder cambiar nuestra práctica clínica. Por ello, es importante resaltar la importancia de la investigación y la participación y el papel fundamental de las pacientes en los ensayos clínicos”.

Del ensayo también se desprende que el pronóstico en todos los grupos es excelente, a pesar de tener ganglios afectos, pues la supervivencia libre de enfermedad, es decir, las pacientes que no tuvieron recurrencia del tumor durante 5 años, superaba el 90%. La investigadora ha destacado que “supone un paso significativo hacia lo que llamamos medicina de precisión, ya que, utilizando una herramienta de análisis genómico del tumor, podemos seleccionar la mejor estrategia terapéutica para la paciente”.

Sin embargo, las mujeres premenopáusicas incluidas en el estudio sí obtenían un beneficio con la quimioterapia sumada al tratamiento hormonal, con una mejora de la tasa de supervivencia libre de enfermedad a los 5 años de un 5%. En estas pacientes esta tasa alcanzaba el 94,2 % con quimioterapia más hormonoterapia, frente al 89 % en las que solo recibieron hormonoterapia.

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El microambiente óseo reduce la metástasis del cáncer de mama

de Texas, en Estados Unidos, han arrojado una nueva luz sobre la cuestión sin respuesta de por qué el cáncer de mama con receptores de estrógeno positivos (RE+) a veces vuelve a crecer en el hueso y se extiende a otros tejidos a pesar de las eficaces terapias endocrinas dirigidas al RE.

El equipo ha descubierto que el microambiente óseo que rodea a las células de cáncer de mama ER+ reduce la expresión de ER en estas células, lo que conduce a la resistencia a la terapia endocrina dirigida a ER. Además, el microambiente óseo desencadenó una reprogramación de las células cancerosas que fomentó su capacidad de metástasis o propagación a otros tejidos.

“La metástasis a otros órganos es la principal causa de las muertes relacionadas con el cáncer, y mi laboratorio ha estado interesado en este fenómeno durante muchos años”, ha explicado Xiang H.-F. Zhang, autor del estudio y profesor de biología molecular y celular en Baylor, quien además ha explicado que “el cáncer de mama hace metástasis principalmente en el hueso sin embargo sigue siendo un misterio por qué, en más de dos tercios de los casos, las metástasis no se limitan al hueso, sino que se producen posteriormente en otros órganos y acaban causando la muerte”.

En estos dos trabajos, publicados en la revista Developmental Cell, Zhang y su equipo han aplicado una serie de modelos y técnicas que habían desarrollado previamente para investigar las interacciones entre el cáncer y el hueso a una resolución unicelular para ver qué les ocurre a las células de cáncer de mama ER+ cuando hacen metástasis en el hueso.

Querían averiguar qué podía contribuir a su resistencia al tratamiento endocrino y potenciar la metástasis a otros órganos.
“Sorprendentemente, descubrimos que cuando las células de cáncer de mama ER+ se localizan en el hueso, reducen su expresión de ER, lo que las hace menos susceptibles a las terapias endocrinas dirigidas al ER”, ha resaltado Igor Bado, coautor y becario postdoctoral en el laboratorio de Zhang. “Determinamos que las células osteogénicas, las que fabrican hueso nuevo, promovieron este cambio en las células cancerosas tanto por la liberación de factores como por la interacción física directa con las células”, ha agregado Bado.

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Un revolucionario chip de cáncer de mama permite probar medicamentos de inmunoterapia

Existen muchos mecanismos mediante los cuales el cuerpo responde a los invasores extraños. Uno de ellos involucra a las células T del sistema inmunológico, que tienen varias proteínas diferentes en su superficie llamadas “proteínas de punto de control”. Estas proteínas de puntos de control se unen a proteínas en la superficie de otras células y pueden dar como resultado la estimulación o la supresión de la actividad de las células T. Normalmente, las proteínas de la superficie de las células extrañas o invasoras producirán una estimulación de la actividad de las células T contra estas células, mientras que la supresión de las células T es un mecanismo incorporado para evitar que el sistema inmunológico ataque las propias células normales del cuerpo.

Sin embargo, las células tumorales a veces pueden burlar al sistema inmunológico al mostrar proteínas de superficie que se unen a las proteínas del punto de control de las células T para provocar la supresión de la actividad de las células T. En algunos casos, la interacción de estas proteínas de la superficie del tumor con las células T incluso hace que las células T se rompan. En los últimos años, los científicos han estado intentando desarrollar fármacos “inhibidores de puntos de control” que contrarresten estas interacciones supresoras de puntos de control para reactivar la respuesta inmunitaria del cuerpo a las células tumorales. Uno de estos medicamentos está aprobado por la FDA de EE. UU. Para tratar el melanoma metastásico; otros están disponibles o en desarrollo para tratar otras neoplasias malignas.

A pesar de estos avances, sigue siendo difícil determinar qué pacientes con cáncer son candidatos probables para este tipo de terapia y qué fármacos tienen el mayor potencial. El desarrollo de un método para abordar estos desafíos sería fundamental para determinar los medicamentos más seguros y efectivos para los pacientes con cáncer y, al mismo tiempo, ahorrar tiempo y dinero en el proceso. Para que un método de este tipo sea práctico para uso clínico, debería poder lograr pruebas rápidas de un gran número de fármacos de inmunoterapia potenciales contra células tumorales vivas para obtener datos precisos y fácilmente analizables.

Un equipo colaborativo del Instituto Terasaki de Innovación Biomédica (TIBI) ha diseñado y probado con éxito un sistema de este tipo. Comenzaron cultivando agregados esféricos de células de cáncer de mama en un chip transparente, impreso en 3D y fabricado a medida con micropocillos cónicos. Estos micropocillos fueron diseñados para un óptimo crecimiento y estabilidad de las esferas celulares. Las pruebas realizadas en las esferas celulares de los micropocillos confirmaron la viabilidad de las células y su producción de proteínas de superficie que desactivan las células T.

“Las características de nuestro chip basado en micropocillos son la clave para nuestro desarrollo exitoso de un modelo de tejido inmunoactivo“, dijo Wujin Sun, Ph.D., del equipo del Instituto Terasaki. “La transparencia del chip permite la observación microscópica directa. Y su diseño permite realizar pruebas de gran volumen, lo que se presta bien a la detección rápida de fármacos inmunoterapéuticos”.

FUNCIONAMIENTO

Para probar la eficacia de los fármacos inhibidores de puntos de control en la activación de la respuesta antitumoral de las células T, el equipo consideró a continuación cómo se comporta normalmente una célula T durante la activación. Cuando una célula T es estimulada para atacar a los invasores celulares, secreta proteínas llamadas citocinas, que movilizan otras células inmunes al sitio de la invasión y estimulan a las células para que se multipliquen y destruyan a los invasores. Por lo tanto, la medición de estas citocinas puede indicar el nivel de activación de una célula T.

Luego, el equipo creó un sistema automatizado eficiente para medir los niveles de citocinas utilizando su chip de micropocillos cargado de cáncer de mama. Los experimentos con este sistema se realizaron utilizando fármacos proteicos anti-punto de control; Los resultados mostraron que tras la incubación de las células de cáncer de mama con las células T, la producción de citocinas se incrementó mediante el uso de los fármacos, lo que demuestra su eficacia en la activación de las células T.

Otra forma en que el equipo usó su chip de cáncer de mama fue para evaluar el efecto de las células de cáncer de mama sobre las células T estimuladas. Las células T se marcaron con fluorescencia y se agregaron a las células de cáncer de mama en los micropocillos; La transparencia del chip permitió la observación directa de su interacción celular mediante microscopía fluorescente. Estas células de cáncer de mama normalmente causan la ruptura de las células T, pero los experimentos realizados con medicamentos inhibidores de puntos de control mostraron que los medicamentos aumentaron la viabilidad de las células T en los cultivos, demostrando visualmente cómo pueden contrarrestar los efectos de la ruptura de las células T mediante la interacción de las células tumorales.

El chip de cáncer de mama también se utilizó para la observación directa de cómo las células T se infiltraron en las esferas celulares del cáncer de mama; este tipo de infiltración es una medida de la actividad antitumoral y la viabilidad de una célula T. Después de marcar cada grupo de células con tintes separados y mezclarlos en los micropocillos del chip, la infiltración de células T se pudo visualizar directamente usando microscopía de fluorescencia de alta resolución. Los experimentos realizados con fármacos inhibidores de puntos de control indicaron que había un mayor número de células T y una penetración más profunda en las células del cáncer de mama en presencia de los fármacos.

En resumen, los investigadores de TIBI pudieron diseñar métodos robustos y eficientes para caracterizar la interacción entre las células tumorales e inmunes y para formas rápidas, de gran volumen y clínicamente relevantes para detectar fármacos inmunoterapéuticos contra células tumorales. El chip de micropocillos y su aparato relacionado también se pueden usar para incluir otros tipos de células tumorales y células de pacientes individuales para optimizar la respuesta del paciente y para cribar y desarrollar fármacos anticáncer adicionales.

“Traer formas de optimizar las decisiones clínicas y la medicina personalizada para los pacientes es un objetivo principal en nuestro instituto”, dijo Ali Khademhosseini, Ph.D., director y director ejecutivo del Instituto Terasaki. “Este trabajo es un paso significativo hacia el logro de ese objetivo en el ámbito de la inmunoterapia contra el cáncer”.

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Prometedor nuevo agente contra el cáncer de mama más agresivo

En un estudio clínico mundial de fase 3 se ha comprobado que un conjugado farmacológico de anticuerpos (CFA) único, que administra una dosis elevada de un fármaco anticancerígeno a las células tumorales a través de un anticuerpo dirigido, casi duplica el tiempo de supervivencia de las pacientes con cáncer de mama triple negativo metastásico refractario.

El estudio Ascent del fármaco sacituzumab govitecan (SG), para el que el Hospital General de Massachusetts (MGH), en Estados Unidos, fue un centro de investigación clínica principal después de servir como centro principal para el ensayo pivotal de fase 1/2, informó de resultados superiores en comparación con la quimioterapia de agente único, el estándar para tratar el cáncer de mama triple negativo metastásico, según publican en el ‘New England Journal of Medicine’.

“Se observaron resultados favorables con la SG frente a la quimioterapia en cuanto a la supervivencia sin progresión (el tiempo que se evitó que el cáncer se extendiera); la cantidad de tiempo transcurrido entre el inicio del tratamiento y la progresión del cáncer; y la supervivencia global, es decir, el tiempo que transcurre antes de la muerte por cualquier causa –afirma el investigador principal global, Aditya Bardia, MPH, médico adjunto del Departamento de Oncología Médica del Mass General Cancer Center–. Estos resultados estadísticamente significativos dan a los pacientes con esta devastadora enfermedad un nuevo motivo de esperanza. Tenemos que aprovechar este progreso y acelerar el desarrollo de conjugados de anticuerpos y terapias combinadas para pacientes con cáncer de mama”.

Cáncer agresivo y de mal pronóstico

El cáncer de mama metastásico triple negativo es el más agresivo y de mal pronóstico. La quimioterapia sigue siendo la única opción de tratamiento estándar, pero se asocia a bajas tasas de respuesta y a una corta supervivencia sin progresión. El SG, desarrollado y fabricado por Immunomedics, una filial de Gilead Sciences, recibió la aprobación acelerada de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos en abril de 2020 sobre la base de ensayos clínicos de fase 1/2 favorables, y la aprobación completa depende de los resultados confirmatorios de la fase 3.

Ascent es un estudio global para evaluar la seguridad y eficacia del conjugado de anticuerpos en comparación con la quimioterapia en 529 pacientes con cáncer de mama triple negativo metastásico cuyo cáncer había recaído o era resistente a al menos otras dos formas de terapia. Los investigadores descubrieron que la mediana de la supervivencia libre de progresión con el agente CFA era de 5,6 meses en comparación con 1,7 meses con la quimioterapia, y que la mediana de la supervivencia global era de 12,1 meses con el agente CFA en comparación con 6,7 meses con la quimioterapia. El estudio también descubrió que la tasa de respuesta -es decir, la reducción del tamaño de los focos tumorales metastásicos- fue del 35% tras la administración del CFA, en comparación con el 5% con la quimioterapia.

Los CFA son moléculas complejas que combinan la capacidad de orientación de los anticuerpos monoclonales con la fuerza de eliminación del cáncer de los fármacos citotóxicos. En el caso del sacituzumab govitecan, el anticuerpo monoclonal busca el antígeno (o proteína) conocido como Trop-2 que se sobreexpresa en la superficie de las células tumorales, y libera el fármaco anticanceroso SN-38 en una dosis altamente concentrada que destruye las células cancerosas al tiempo que preserva las normales. Los ADC se han establecido como una opción de tratamiento para el cáncer de mama HER2-positivo.

“Creemos que los conjugados de anticuerpos y fármacos son especialmente prometedores como componentes de nuevos tratamientos combinados eficaces –afirma Bardia– El objetivo es no sólo mejorar los resultados de las pacientes, sino también establecer los CFA como terapia de primera línea o incluso antes, de modo que estos potentes agentes puedan desempeñar un papel en la prevención de la propagación del cáncer de mama triple negativo”.

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El Hospital Clínico San Carlos pone en marcha una consulta de enfermería de micropigmentación mamaria

El Hospital Clínico San Carlos ha puesto en marcha una consulta específica de enfermería para la realización de la micropigmentación mamaria de areola y pezón en pacientes mastectomizadas, lo que supone la finalización de su proceso oncológico, que incluye una reconstrucción mamaria, y que reciben, de esta manera, una atención integral que les beneficia también psicológicamente al mejorar su imagen corporal y autoestima. En este centro hospitalario se intervienen alrededor de 300 mujeres al año de cáncer de mama o con riesgo elevado de padecerlo, a quienes se ofrecen los procedimientos más avanzados de cirugía reconstructiva: desde la conservación de la mama en el caso de tumores extensos gracias a las técnicas de oncoplastia, hasta la reconstrucción con tejidos propios de la paciente mediante técnicas de microcirugía y la conservación del complejo areola–pezón.

Con la entrada en funcionamiento de la consulta de micropigmentación mamaria, un número considerable de pacientes del Hospital Clínico San Carlos se verán beneficiadas, “ya que se estima que aproximadamente el 65% de las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama acaba siendo sometido a una mastectomía parcial o a la extirpación total de la glándula mamaria”, añade Laura González, enfermera de la citada consulta.

Con esta nueva consulta, que colabora con la unidad de Patología de Mama y está integrada en el Servicio de Cirugía Plástica, “nuestras pacientes se benefician psicológicamente del final de un largo proceso de tratamientos médicos e intervenciones quirúrgicas que concluye con esta micropigmentación, posterior a la reconstrucción mamaria”, afirma la enfermera del Hospital Clínico San Carlos, Rosa Cabras.

La micropigmentación es una técnica muy similar a un tatuaje, “que se diferencia principalmente en el tipo de pigmento, la localización y la duración, además de ser menos invasiva en la piel. Se desarrolla bajo anestesia local tópica y con una duración variable, que oscila entre una hora y hora y media aproximadamente”, explica la enfermera de la consulta de micropigmentación mamaria, Jennifer Núñez.

Enfermeras con formación específica en micropigmentación

Esta consulta de micropigmentación mamaria del Clínico está integrada por enfermeras con formación específica en la micropigmentación, cuya supervisora es Sandra Rodrigo Heredia, y se estructura en cuatro visitas: en la primera se realiza a la paciente una valoración enfermera completa explicándole las fases del proceso. Posteriormente se lleva a cabo una prueba de alergia con los pigmentos que se emplearán sobre su piel durante la micropigmentación citándole para una segunda visita, si la prueba resultara negativa, al objeto de llevar a cabo la sesión de micropigmentación.

Pasado un mes de la micropigmentación se programa la tercera visita para revisar el resultado y puesta en común de las primeras impresiones, mientras que la cuarta y última tiene lugar a los dos años de iniciado el proceso con el objetivo de valorar el estado de la pigmentación sobre el cuerpo de la paciente.

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Un estudio permite tratar uno de los cánceres de mama más frecuentes sin quimioterapia

Un estudio en el que participaron 63 pacientes del Centro Oncológico de Galicia en La Coruña cambia la práctica clínica en pacientes con el cáncer de mama más frecuente para evitar la quimioterapia y poder ser tratadas únicamente con hormonoterapia con igual eficacia. En concreto, el ensayo clínico señala que las pacientes postmenopáusicas con receptores hormonales positivos (RH+) y HER2 negativo (luminal), el subtipo de cáncer de mama más frecuente –que tienen entre uno y tres ganglios axilares afectados– y que actualmente es combatido con quimioterapia más hormonoterapia, podrán prescindir de la quimioterapia y ser tratadas con igual eficacia y pronóstico solo con hormonoterapia.

En un comunicado, el grupo de investigación Geicam explica que el estudio RxPONDER se trata de un ensayo clínico internacional promovido por el grupo cooperativo estadounidense SWOG Cancer Research Network, con el apoyo del National Cancer Institute (NCI) de EEUU. Además, entre otros, cuenta con participación del Grupo Geicam de Investigación en Cáncer de Mama, que ha contribuido al mismo con la inclusión de 792 mujeres, lo que supone casi el 20% del total de participantes en el ensayo, a través de 21 hospitales españoles pertenecientes al Grupo. De las participantes, 63 son pacientes del Centro Oncológico de Galicia en La Coruña.

Más de 5.000 mujeres

El estudio ha sido realizado en 5.083 mujeres con el citado tipo de cáncer de mama, que supone un tercio de todas las afectadas con este tipo de cáncer (alrededor de 8.000 anuales en toda España). El tratamiento estándar, que se utiliza desde hace tres décadas, es quimioterapia (antraciclinas y taxanos) seguida de tratamiento hormonal, administrado entre 5 y 10 años.

Con todo, el ensayo se basa en el test genómico Oncotype DX, un herramienta predictiva y pronóstica de la compañía Exact Sciences (distribuida en España en exclusividad por Palex Medical) que cuantifica la expresión de 21 genes en el tejido tumoral de las pacientes para ofrecer tanto un índice de probabilidad de beneficio o no de la quimioterapia como de recaída del cáncer, el resultado Recurrence Score.

El investigador principal del estudio en España, el doctor Emilio Alba, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Regional y Virgen de la Victoria de Málaga y miembro del Comité Científico de Grupo GEICAM ha detallado que se realizó el test Oncotype DX a las 5.083 pacientes participantes en el estudio, de las que un 67% eran postmenopáusicas y el resto premenopáusicas.

«Las que tenían un resultado Recurrence Score igual o inferior a 25, es decir, bajo (puede oscilar entre cero y 100), se aleatorizaron a tratamiento estándar con quimioterapia más hormonoterapia o a tratamiento solo hormonal, y se las siguió durante 5 años», explica el investigador principal. Por su parte, el doctro Manuel Ramos Vázquez, jefe del servicio de Oncología Médica del Centro Oncológico de Galicia, destaca que estos resultados ayudan a seleccionar a las mujeres que no tienen que recibir tratamiento de quimioterapia y pueden ser tratadas únicamente con hormonoterapia.

Permite seleccionar pacientes

El doctor Ramos señala, además, la importancia de este estudio que cambiará el tratamiento estándar en un grupo muy significativo de pacientes. «Se trata de una herramienta que nos ayuda a seleccionar pacientes que pueden o no beneficiarse de tratamiento de quimioterapia», incide. Además, entre las principales ventajas para las pacientes, apunta que «no tener que recibir tratamiento de quimioterapia supone evitar todos los efectos secundarios de la misma, como la caída de pelo, las náuseas y o la disminución de las defensas». «También permite no tener que acudir tantos días al hospital y no tener que hacer la cantidad de análisis que exige el control de realizar quimioterapia», explica.

Sin embargo, las mujeres premenopáusicas incluidas en el estudio sí obtenían un beneficio con la quimioterapia sumada al tratamiento hormonal, con una mejora de la tasa de supervivencia libre de enfermedad a los 5 años de un 5%. En estas pacientes, esta tasa alcanzaba el 94,2% con quimioterapia más hormonoterapia, frente al 89% en las que solo recibieron hormonoterapia.

Del ensayo también se desprende que el pronóstico en todos los grupos de pacientes es excelente, a pesar de tener ganglios afectados. «La supervivencia libre de enfermedad, es decir, las pacientes que no tuvieron recurrencia del tumor durante 5 años, superaba el 90por ciento», señala el doctor Alba.

El paso adelante más importante en 25 años

«Los resultados suponen el cambio de práctica clínica en cáncer de mama con ganglios positivos más importante de los últimos 25 años, desde la incorporación de los taxanos al tratamiento», concluye este experto, que subraya que prescindir de la quimioterapia es importante porque se evitan sus efectos secundarios, que tienen un impacto negativo en la salud actual y futura de las pacientes, así como en su calidad de vida.

Se trata del primer gran ensayo aleatorizado para determinar si este tipo de pacientes con entre uno y tres ganglios afectados se benefician de la quimioterapia. El test Oncotype DX ya había demostrado en un estudio previo, el TAILORx, que la hormonoterapia sola no resulta inferior a la hormonoterapia más quimioterapia en pacientes con ganglios negativos y resultados Recurrence Score entre 0 y 25. Con todo, es la primera vez que se estudia si también pueden evitar la quimioterapia las pacientes con entre uno y tres ganglios positivos, las que presentan un mayor riesgo inicial de recaída.

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Un nuevo modelo predice el riesgo de sufrir cáncer de mama a 20 años vista

El Hospital del Mar y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona han desarrollado un modelo para prever el riesgo de sufrir cáncer de mama hasta a 20 años vista. Hasta ahora solo se podía predecir como máximo a dos, cinco o diez años el riesgo de padecer esta enfermedad. Este modelo hace un seguimiento de la edad de las mujeres, los antecedentes familiares, lesiones previas benignas en la mama y sospechas de pruebas anteriores.

El plan de prevención tiene una capacidad de discriminación del 64% y estudian analizar otras variables, como la densidad de la mama, para incrementar la detección. Actualmente, las pruebas se hacen cada dos años a mujeres de entre 50 y 69 años. Javier Louro del Grupo de Investigación en Epidemiología de la IMIM apunta: “Se trata a todas las mujeres igual, pero hay características de mayor riesgo y se deben tener en cuenta”.

Así, se elabora un seguimiento personalizado para cada paciente y se adapta en función de su riesgo. Esto supone que las mujeres con más riesgo tengan mamografías o resonancias con mayor frecuencia. La doctora Marta Román, investigadora del proyecto y miembro del Servicio de Epidemiología y Evaluación del Hospital del Mar, explica: “A las mujeres con mayor riesgo se les ofrecería una resonancia magnética, que tiene mayor precisión, en lugar de una mamografía cada dos años”.

20 años de investigación

El modelo se ha publicado en la revista PLOS – ONE tras revisar datos de 122.000 mujeres, que se sometieron a mamografías de control en el Hospital del Mar y Sant Pau de Barcelona entre 1995 y 2015. El estudio revela que de todas ellas 2.058 desarrollaron posteriormente cáncer de mama. Los investigadores han analizado los datos obtenidos en estos 20 años por el programa de cribado con un seguimiento medio de 7,5 años a las mujeres.

El riesgo más alto de sufrir cáncer de mama se detecta en las mujeres con antecedentes familiares, lesiones benignas proliferativas y calcificaciones activas. Este trabajo continúa las líneas de la European Conference en Personalized Early Detection and Prevention of Breast Cancer (ENVISION) para la personalización de programas de cribado. Además, abre las puertas a modificar la frecuencia de las pruebas en función de las variables de riesgo de las pacientes y permite adaptar el tipo de prueba diagnóstica para cada caso.

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Hospital Donostia y Onkologikoa participan en un estudio para evitar la quimioterapia en casos de cáncer de mama

El Hospital Universitario de Donostia y Onkologikoa participan en el estudio internacional RxPONDER que cambia la práctica clínica en el cáncer de mama más frecuente y evitará la quimioterapia a «miles de pacientes». Las pacientes postmenopáusicas con receptores hormonales positivos (RH+) y HER2 negativo (luminal), el subtipo de cáncer de mama más frecuente, que tienen entre uno y tres ganglios axilares afectados, entre otros factores y que actualmente son tratadas con quimioterapia más hormonoterapia, podrán prescindir de la quimioterapia y ser tratadas con igual eficacia y pronóstico solo con hormonoterapia, evitando así los efectos adversos de la quimioterapia, según concluye el estudio.

El Hospital Universitario de Donostia y Onkologikoa aportan cerca del 10% de las pacientes participantes en el estudio en España dentro de este ensayo clínico internacional, promovido por el grupo cooperativo estadounidense SWOG Cancer Research Network, con el apoyo del National Cancer Institute (NCI) de EEUU.

El estudio fue realizado en 5.083 pacientes con cáncer de mama RH+ y HER2-, que supone un tercio de todas las mujeres con cáncer de mama. El tratamiento estándar, que se viene utilizando desde hace tres décadas, es quimioterapia (antraciclinas y taxanos) seguida de tratamiento hormonal, administrado entre 5 y 10 años. El ensayo se basa en el test genómico Oncotype DX, un herramienta predictiva y pronóstica de la compañía Exact Sciences que «cuantifica la expresión de 21 genes en el tejido tumoral de las pacientes para ofrecer tanto un índice de probabilidad de beneficio o no de la quimioterapia como de recaída del cáncer, el resultado Recurrence Score«, han resaltado los responsables del estudio.

«Se realizó el test Oncotype DX a las 5.083 pacientes participantes en el estudio, de las que un 67% eran postmenopáusicas y el resto premenopáusicas. Las que tenían un resultado Recurrence Score igual o inferior a 25, es decir, bajo, se aleatorizaron a tratamiento estándar con quimioterapia más hormonoterapia o a tratamiento solo hormonal, y se las siguió durante 5 años«, explica el investigador principal del estudio en España, el doctor Emilio Alba, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Regional y Virgen de la Victoria de Málaga y miembro del Comité Científico de Grupo Geicam.

«Los resultados revelan que retirar la quimioterapia a las mujeres postmenopáusicas con este tumor y entre 1 y 3 ganglios afectos no empeora el pronóstico, de modo que, en esta población de pacientes, que representan alrededor de 5.300 nuevos casos en España cada año, se puede evitar el tratamiento quimioterápico«, afirma el doctor Alba.

Cerca del 65% de las 70 pacientes incluidas en los centros guipuzcoanos (54 en el Hospital Universitario Donostia y 16 en Onkologikoa) eran postmenopáusicas, y los resultados de la investigación «están en consonancia con los del resto del estudio RxPONDER», según la doctora Isabel Álvarez, del Hospital Universitario Donostia y miembro de la Junta Directiva de Geicam.

El test genómico Oncotype DX ya se utiliza de forma rutinaria en la red Osakidetza para las pacientes con ese subtipo tumoral de cáncer de mama con ganglios negativos para establecer el tratamiento más adecuado. «Sin embargo, en pacientes con 1-3 ganglios afectados no teníamos aún la evidencia suficiente que da un estudio específico para decidir si se podía prescindir del tratamiento con quimioterapia«, argumenta esta experta.

El RxPONDER confirma, según Álvarez, que, «en un subgrupo de pacientes postmenopáusicas que tras la cirugía presentan entre 1-3 ganglios afectados y con un resultado Recurrence Score igual o inferior a 25, no es necesario añadir quimioterapia al tratamiento hormonal complementario que se usa en este grupo de pacientes«.

La oncóloga precisa, además, que el pronóstico de las pacientes del estudio que pueden evitar la quimioterapia «es muy bueno». De hecho, los resultados del RxPONDER revelan que «la supervivencia libre de enfermedad, es decir, las pacientes que no tuvieron recurrencia del tumor durante 5 años, superaba el 90%». Sin embargo, las mujeres premenopáusicas incluidas en el estudio sí obtenían un beneficio con la quimioterapia sumada al tratamiento hormonal, con una mejora de la tasa de supervivencia libre de enfermedad a los 5 años de un 5%. En estas pacientes, esta tasa alcanzaba el 94,2% con quimioterapia más hormonoterapia, frente al 89% en las que solo recibieron hormonoterapia.

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El Miguel Servet estudia una alternativa al tratamiento para el cáncer de mama

Con 32.953 nuevos casos diagnosticados en 2020, el cáncer de mama es el tipo de tumor más diagnosticado en España en mujeres. Se trata de una enfermedad heterogénea con múltiples cuadros clínicos y subtipos tumorales diferentes. Los tumores luminales (un subtipo de tumores dependientes de receptores hormonales y con expresión negativa de la proteína HER2) son la variante más común y representan alrededor de un 70% de los casos con metástasis. Estos casos avanzados suelen tratarse con terapia endocrina (TE) tras la cirugía para reducir el riesgo de que el cáncer vuelva a aparecer, pero a menudo las pacientes dejan de responder al tratamiento tras haber mostrado un beneficio clínico inicial.

“La resistencia adquirida a la TE es uno de los desafíos principales en el tratamiento de pacientes con cáncer de mama avanzado del subtipo luminal, ya que aumenta la probabilidad de que progrese la enfermedad. Aparte de la quimioterapia tradicional, con los efectos secundarios que conlleva, existen pocos tratamientos para tratar estos casos”, explica el Dr. Antonio Antón, médico oncólogo del Hospital Miguel Servet.

Con el objetivo de encontrar una alternativa terapéutica para estos casos, el centro zaragozano participará en el estudio CAILA, impulsado por MEDSIR, compañía dedicada a la investigación oncológica independiente. El estudio – que actualmente está iniciando la fase de reclutamiento de pacientes – probará la eficacia y seguridad de una droga llamada CB-103.

La terapia endocrina o terapia con hormonas bloquea las hormonas sexuales femeninas (estrógeno y progesterona), responsables del crecimiento de las células de cáncer de mama, para retrasar o impedir el crecimiento del tumor. Sin embargo, algunas pacientes acaban desarrollando resistencia a la TE, lo que permite que el tumor pueda seguir su expansión.

Algunos estudios indican que esto sucede a causa del propio tratamiento hormonal; la TE frena la expansión del cáncer, pero al mismo tiempo acaba activando una señal molecular conocida como vía Notch que promueve la actividad de las células tumorales. Se estima que esta vía juega un papel esencial en un 40-50% de los casos de cáncer de mama dependientes de receptores hormonales. En este tipo de tumores, la inhibición de la vía Notch impide el crecimiento de las células cancerosas.

Por eso, el estudio CAILA evaluará la eficacia de CB-103, un inhibidor de Notch que ya ha demostrado una alta eficacia y tolerabilidad en diferentes estudios preclínicos, en pacientes con cáncer de mama luminal avanzado. Este fármaco también ha presentado una actividad antitumoral al combinarse con terapia hormonal en modelos de cáncer de mama resistente a TE. Además, datos preliminares de un estudio clínico de fase I/IIa en curso indican que el fármaco CB-103 es seguro y tolerable en pacientes con cáncer, lo que permite estudiar su uso en pacientes con cáncer de mama avanzado resistentes a un tratamiento previo con TE.

Ya que la vía Notch es una de las más relevantes en cuanto a la adquisición de resistencia a este tratamiento, la estrategia terapéutica propuesta en este ensayo podría ofrecer una alternativa segura y eficaz a las pacientes de cáncer de mama cuyas opciones terapéuticas no están bien definidas una vez dejan de responder al tratamiento inicial con TE, afirman desde MEDSIR. Se espera que este nuevo abordaje terapéutico alargue la supervivencia de las pacientes evitando que el cáncer progrese y manteniendo una buena calidad de vida.

En el ensayo, que tendrá una duración de 40 meses, participarán un total de 80 pacientes de 15 hospitales y centros en España, como el MD Anderson Cancer Center, el Institut Català d’Oncologia de Badalona, el Ramón y Cajal de Madrid, el Arnau Vilanova de Valencia o el Hospital Universitario de Cruces de Bilbao.

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