Me han diagnosticado cáncer de mama tres veces y esto es lo que quiero que todas las mujeres sepan sobre el tumor

El cáncer de mama es el tumor más diagnosticado cada año en España entre las mujeres y puede comenzar con un bulto en la axila.

El cáncer de mama es el tumor maligno más común entre las mujeres en España, representando aproximadamente el 30% de los cánceres femeninos. En 2023, se diagnosticaron alrededor de 35.312 nuevos casos en el país. Aunque la tasa de supervivencia a cinco años ha mejorado significativamente, situándose en un 85,5%, esta enfermedad sigue siendo la principal causa de mortalidad por cáncer en mujeres españolas, con 6.754 fallecimientos registrados en 2023.

De hecho, tal y como ocurre con otros tipos de cáncer, la incidencia del cáncer de mama ha mostrado un incremento en los últimos años, lo que subraya la importancia de la detección precoz y la investigación continua para mejorar los resultados y la calidad de vida de las pacientes. De ahí la importancia de prestar atención al mínimo síntoma, para poder así contar con un diagnóstico temprano y aumentar la tasa de supervivencia.

Sobre la importancia de esto trata de divulgar Cat Stone, doctora y especialista en cirugía cosmética con base en Auckland, que encontró un pequeño bulto cerca de su axila en 2017. En ese momento, las pruebas determinaron que era un crecimiento benigno de tejido mamario, lo que le trajo un alivio temporal.

Sin embargo, en septiembre de 2019, todo cambió. El bulto, que hasta entonces había sido blando y esponjoso, adoptó una textura más firme, parecida al dorso de un nudillo. Cat, enfrascada en las demandas de su trabajo y su rutina diaria, decidió posponer cualquier examen médico hasta que la situación se volvió insostenible. Lo que parecía una simple irregularidad sería el inicio de una batalla larga y desafiante contra el cáncer, transformando su vida para siempre.

Retrasos muy caros

Como doctora, Stone sabía perfectamente la importancia de un diagnóstico temprano, pero su profesión, irónicamente, la llevó a priorizar otras responsabilidades. Solo en enero de 2020 decidió hacerse una mamografía, motivada por el recuerdo de su amiga Helena, quien falleció a los 37 años debido al cáncer de mama. Esta no mostró nada anormal, pero una ecografía adicional reveló algo que cambiaría el curso de su vida.

Con su experiencia médica, pudo leer las imágenes antes de recibir el diagnóstico oficial, confirmando que su peor temor se había materializado. Fue diagnosticada con un cáncer de mama hormonal de grado dos, una noticia devastadora que planteó no solo una amenaza para su vida, sino también un impacto emocional profundo.

Al recibir el diagnóstico, tuvo dos miedos principales, tal y como le explica al Daily Mail, el temor a morir y la posibilidad de perder un pecho, algo que afectaba profundamente su percepción de feminidad y atractivo. Como especialista en cosmética, entendía mejor que nadie cómo la sociedad asocia el valor de una mujer con su apariencia física, particularmente con su pecho.

Esto amplificó la carga emocional del diagnóstico, añadiendo un nivel de angustia que iba más allá del impacto físico de la enfermedad. Sin embargo, decidió enfrentar el desafío con determinación, embarcándose en un agresivo plan de tratamiento que incluyó una tumorectomía, radioterapia y el uso de tamoxifeno, un medicamento hormonal que bloquea los receptores de estrógeno en el cuerpo.

Efectos secundarios

El tratamiento hormonal, aunque crucial para prevenir la progresión del cáncer, tuvo efectos secundarios devastadores en su vida. Experimentó fatiga debilitante, confusión mental y una falta de energía que la dejó postrada durante meses. Después de tres meses de tamoxifeno, tuvo que abandonar el medicamento debido a la severidad de los síntomas, enfrentándose a la difícil decisión de equilibrar su salud física con su bienestar emocional. Ya en octubre de 2021, apenas un año después de terminar su tratamiento inicial, descubrió un nuevo bulto en el mismo pecho.

Este hallazgo coincidió con calambres pélvicos dolorosos que la llevaron a realizarse un ultrasonido, revelando la presencia de fibromas y una masa anormal cerca de su ovario. La noticia fue un golpe devastador, ya que significaba que su batalla contra el cáncer estaba lejos de terminar.

Los médicos decidieron priorizar el tratamiento del cáncer de mama, lo que implicaba postergar la cirugía para tratar las anomalías pélvicas. En 2022, este tipo de enfermedad le golpeó de una manera diferente cuando perdió a su padre debido a un cáncer de médula ósea.

Este evento, combinado con sus propios problemas de salud, la llevó a intentar nuevamente el tamoxifeno, esperando que esta vez su cuerpo lo tolerara mejor. Sin embargo, los efectos secundarios fueron aún más severos, incluyendo pensamientos suicidas y un estado constante de desesperanza.

Ella, que siempre se había considerado una persona optimista y llena de energía, se encontró atrapada en una espiral de emociones negativas que no podía controlar. De este periodo y como consejo, destacó la importancia del apoyo emocional y la salud mental a la par que el tratamiento, recordando que la lucha contra esta enfermedad no es solo física, sino también psicológica.

Ya en 2023, un ultrasonido reveló que la masa en su ovario había crecido considerablemente, obligando a Stone a someterse a una histerectomía. Aunque esperaba que esta cirugía marcara el final de su viaje, en 2024 comenzó a experimentar una rápida pérdida de peso y detectó un nuevo bulto en su otro pecho. Esta vez, las pruebas revelaron la presencia de múltiples cánceres invasivos, lo que requirió otra mastectomía.

La situación parecía interminable, pero se mantuvo firme, enfrentando cada nuevo desafío y tratamiento. Antes de su diagnóstico, Stone era una trabajadora incansable, con jornadas que superaban las 80 horas semanales. El cáncer la obligó a reevaluar sus prioridades, enseñándole la importancia de cuidarse a sí misma tanto física como emocionalmente.

FUENTE: ELESPAÑOL

Resultados anormales en análisis de sangre prenatal podrían indicar cánceres maternos ocultos

Los investigadores han descubierto cánceres no diagnosticados previamente en el 48,6 % de las embarazadas que recibieron resultados anormales en la prueba prenatal de ADN libre de células (ADNlc), que se utiliza normalmente para detectar trastornos cromosómicos en el feto. Los tipos de cáncer encontrados incluyeron cáncer colorrectal, de mama, de pulmón y de páncreas, así como linfoma, colangiocarcinoma y carcinoma renal. La prueba de detección de ADNlc analiza fragmentos de ADN placentario que circulan en el torrente sanguíneo materno para identificar un cromosoma adicional o determinar el sexo del bebé. Además de detectar ADN fetal, la prueba de ADNlc también identifica ADN liberado de los glóbulos rojos de la madre y, en ocasiones, puede revelar ADN anormal que puede indicar un cáncer no diagnosticado en una embarazada asintomática. Este estudio fue publicado en el New England Journal of Medicine.

El estudio IDENTIFY, que está en marcha en los Institutos Nacionales de Salud (NIH, Bethesda, MD, EUA), está investigando las implicaciones de los resultados anormales de las pruebas de ADNlc que pueden sugerir la presencia de cáncer. Para el análisis actual, los investigadores examinaron a 107 participantes del estudio IDENTIFY para detectar cáncer mediante imágenes por resonancia magnética (RMN) de cuerpo entero, pruebas de diagnóstico médico estándar y secuenciación de ADNlc. De estas participantes, 52 fueron diagnosticadas con cáncer. Los investigadores descubrieron que la RMN de cuerpo entero era el método más eficaz para detectar el cáncer en este grupo.

Los métodos de diagnóstico tradicionales, como la revisión de la historia clínica, la evaluación de los síntomas y la realización de exámenes físicos, resultaron ser limitados para detectar el cáncer o determinar su ubicación. Se encontró que otros resultados anormales de ADNlc estaban relacionados con fibromas (tumores benignos del útero), discrepancias entre los cromosomas placentarios y fetales y hematopoyesis clonal en la madre (un precursor de los cánceres de la sangre). Los investigadores enfatizaron la necesidad de realizar más estudios para confirmar los patrones de secuenciación de ADNlc identificados en este estudio, que podrían ayudar a detectar el cáncer en mujeres embarazadas sin síntomas clínicos obvios.

FUENTE: LABMEDICA

 

Los alimentos que no faltan en las cocinas españolas y “nutren” a las células cancerosas

Por ahora, sólo lo han comprobado en roedores.

Un reciente estudio impulsado por científicos de la Universidad de Washington en St. Louis (WashU) en Estados Unidos y publicado en la revista Nature ha concluido que el consumo de fructosa está relacionado con el crecimiento de tumores en modelos animales de melanoma, cáncer de mama y cáncer de cuello uterino. Ahora bien, no es una relación directa.

La investigación precisa que es por el proceso que sigue la fructosa en el hígado, que la convierte en nutrientes utilizables para las células cancerosas. Señala, además, que este hallazgo podría servir para abrir vías nuevas en lo que a cuidado y tratamiento de distintos tipos de cáncer se refiere.

“La idea de que se puede combatir el cáncer con la dieta es fascinante”, destacan Gary Patti, el profesor Michael y Tana Powell de Química en Artes y Ciencias y profesor de genética y medicina en la Facultad de Medicina, todos en WashU, en unas declaraciones que ha difundido Europa Press. “Cuando pensamos en los tumores, solemos centrarnos en los componentes dietéticos que consumen directamente. Si ingerimos algo, imaginamos que el tumor lo absorbe”, detalla Patti.

El primer autor del estudio, Ronald Fowle-Grider, ha precisado que “los seres humanos somos complejos”. En este sentido, ha indicado que aquello que se ingiere puede ser consumido por el tejido sano, pero que más tarde sea “convertido en otra cosa que los tumores utilizan”.

“Nuestra expectativa inicial era que las células tumorales metabolizaran la fructosa igual que la glucosa, utilizando directamente sus átomos para construir nuevos componentes celulares como el ADN“, ha continuado explicando, antes de concluir que se sorprendieron al comprobar que “la fructosa apenas se metabolizara en los tipos de tumores que analizamos”.

Y el consumo de fructosa, según los investigadores, ha aumentado considerablemente en los últimos 50 años. El motivo se encuentra en el uso generalizado del jarabe de maíz, con un alto contenido de esta sustancia como edulcorante en bebidas y alimentos ultraprocesados, como los snacks.

Un estudio con ratones

La investigación comenzó alimentando con una dieta rica en fructosa a animales con tumores. Fueron midiendo la velocidad a la que crecían estos y pudieron detectar que esa fructosa promovía un aumento de los tumores, pero que no afectaba al peso corporal ni a los niveles de glucosa.

El siguiente paso fue repetir esta prueba, pero esta vez suministrando la fructosa a células cancerosas aisladas en una placa. A diferencia de lo que había ocurrido en la primera fase, las células no respondieron. Así que volvieron a observar a los animales. Mediante la metabolómica, identificaron niveles elevados de una variedad de especies de lípidos, incluidas las lisofosfatidilcolinas (LPC)

“Curiosamente, las células cancerosas no pudieron utilizar fácilmente la fructosa como nutriente porque no expresan la maquinaria bioquímica adecuada. Las células hepáticas sí la expresan. Esto les permite convertir la fructosa en LPC, que pueden secretar para alimentar a los tumores”, ha precisado Patti.

Sus hallazgos, continúa, plantean la posibilidad de que no sólo se limiten a terapias dirigidas a las células enfermas. “En cambio, podemos pensar en dirigirnos al metabolismo de las células sanas para tratar el cáncer. Esto ha funcionado con ratones en nuestro estudio, pero nos gustaría aprovechar nuestras observaciones e intentar mejorar la vida de los pacientes”, ha concluido.

FUENTE: HUFFPOST

La viguesa que repara la autoestima coloreando la piel

María Santamaría, que lleva 27 años ejerciendo la profesión de dermocolorista, ha ayudado a muchas mujeres con cáncer de mama al devolverles la areola.

María Santamaría lleva 27 años trabajando como dermocolorista, una profesión que ella misma define como «estética reparadora». Aunque es viguesa, ha vivido un tiempo en Suiza, país en el que se inició en este trabajo que la ha encandilado por completo.

«Me había formado como delineante, pero llegó un momento de crisis en la construcción, y animada por una amiga que montó un centro de estética, empecé a formarme y me dediqué por completo a la estética reparadora», explica. De hecho, es de las afortunadas que ha logrado hacer de su trabajo su hobby favorito, ya que tiene 64 años y su mayor deseo es seguir trabajando muchos más.

«Empecé en Suiza y desde el principio mi idea ha sido siempre ayudar a las personas a sentirse mejor consigo mismas», explica. Y es que esta dermocolorista ha conseguido a lo largo de su dilatada carrera mejorar la vida de muchas personas. Ha tenido clientes acomplejados por asimetrías, con imperfecciones en las areolas, con cáncer de mama o con una alopecia que les ha dejado sin cejas o pestañas. Su trabajo ha dado como resultado un cambio sustancial en la autoestima de todos ellos y un agradecimiento de por vida hacia María.

Rasgos naturales

El trabajo de esta dermocolorista ha estado siempre marcado por la sutileza, ya que busca enfatizar los rasgos naturales. «He llegado a rechazar trabajos con personas que querían que les hiciese un delineado marrón en el labio porque sé que con el tiempo eso no quedará bien. Si esa persona después, como no tiene labio, se pone ácido hialurónico, esa raya se extenderá. De hecho yo ya he corregido bastantes», cuenta.

María Santamaría nunca ha creado una empresa propia, dice, porque eso implicaría contratar a más personas y ella quiere ser la autora de todos sus trabajos. Es por ello que siempre se ha ido moviendo por clínicas de toda España y Suiza. En Santiago sigue activa en Dermogalicia, una clínica de dermatología, ubicada en Rúa da Senra. También sigue trabajando en el centro médico Cygom, de Vigo, ubicado en República Arxentina. Ya no lo hace en otros centros médicos que ella misma define como «carentes de ética profesional», pues María alza la voz para denunciar que muchas empresas solo piensan en lucrarse y anteponen el dinero al cliente y a la profesionalidad.

Micropigmentación

El dermocolorismo significa pigmento a través de la piel. Aunque mucha gente lo confunde con el arte de tatuar, no tiene nada que ver. María explica que la micropigmentación no es permanente, ya que se realiza a nivel epidérmico, mientras que el tatuaje va a la dermis. Además, este último cuenta con una paleta de colores mucho menor y la instrumentación usada es diferente.

La micropigmentación es un proceso que requiere de mucha práctica y también de un estudio previo de la piel del cliente. «Todos tenemos pieles y acidez diferentes. Los pigmentos, con el sol y el tipo de piel, se pueden oxidar. La propia piel lo escupe con el tiempo y es necesario hacer retoques».

A través de la micropigmentación, María mejora los labios de sus clientes, corrigiéndolos si tienen alguna asimetría o dándoles color a aquellos que presentan un tono apagado. También puebla las cejas de mujeres y hombres que se han quedado sin ellas, pero lo hace, siempre, de manera sutil. Resalta además los ojos con un eyeliner inferior y superior, siempre entre pestañas, y con una línea fina.

Areolas

Uno de los trabajos que quizás más agradecen sus clientes, en este caso mujeres, es la recreación de areolas tras haber sufrido un cáncer de mama. «Una mujer a la que le han quitado una mama o ambas se ve sin nada, solo con el implante, sin areolas ni pezón. A veces se hace un injerto de una areola, pero al quitar la piel de la ingle para hacerla, a veces queda blanca y hay que colorearla igualmente. Con esta técnica se consigue dar color y alzar el pezón. Este trabajo me causa una gran satisfacción porque veo la alegría que provoca en ellas», explica.

FUENTE: FARO DE VIGO