Pilar Manchón, radióloga especialista en el diagnóstico por imagen en patología mamaria subraya la importancia de la autoexploración
Cada año, más de 35.000 mujeres son diagnosticadas de cáncer de mama, una enfermedad de alta incidencia. Se trata del tumor femenino más frecuente en todo el mundo y supone el 30 % del total de los casos oncológicos registrados en mujeres. Es así como los expertos piden una mayor concienciación y cribado frente al cáncer de mama.
La mamografía es la principal herramienta para la realización de cribados. Esta tecnología ha ido mejorando su desarrollo año tras año, pasando de mamografía analógica a digital. Posteriormente a tomosíntesis o mamografía con contraste. Es así como se ha logrado un descenso del 30 % en la mortalidad por cáncer de mama.
Existe un conjunto de mujeres cuyo tejido mamario presenta una baja proporción de grasa, lo que limita la penetración de los rayos X y afecta la precisión de las imágenes. En estas situaciones, es posible que un tumor con densidad similar a la de la glándula mamaria pase desapercibido. Por ende, se hace necesario complementar la mamografía con métodos adicionales de diagnóstico por imagen, especialmente la ecografía mamaria.
De hecho, desde organizaciones como la Sociedad Europea de Radiología (ESR) se está recomendando incluso hacer resonancias mamarias en aquellas pacientes con densidad extrema, que nos encontramos aproximadamente en el 8 % de las mamografías y que pueden arrojarnos un falso negativo si sólo realizamos una prueba. Es más, parece claro que esta característica concreta multiplica algunos de los factores de riesgo que pueden desembocar en un cáncer de mama.
Autoexploración y conciencia:
Con lo cual, es importante concienciar también en que todas nosotras sepamos qué tipo de densidad tienen nuestras mamas para tomar las medidas de prevención necesarias. En concreto, los radiólogos hemos dividido la densidad mamaria en cuatro tipologías:
- La A es la más grasa
- La B es de una densidad dispersa
- La C es una mama heterogéneamente densa
- La D es extremadamente densa
En estos dos últimos casos la mamografía no es suficiente, así que estas personas deben ser muy estrictas con sus controles y no saltarse ninguna ronda de cribado.
Por otra parte, se debe estar alerta ante los signos físicos tempranos, como la aparición de bultos, hundimiento del pezón, ganglio en la axila etc. Tanto hombres como mujeres deberían realizarse autoexploraciones mamarias. Todo ello es motivo de consulta médica que debe de empezar por un proceso de diagnóstico lo antes posible para descartarlo. En caso de ser positivo, tomar las medidas terapéuticas para mejorar el pronóstico y bienestar de cada paciente.
Pilar Manchón, radióloga
Esa concienciación, debe llegar a una buena parte de la población, destaca la radióloga. Tanto a los hombres como a las mujeres mayores de 70 años y menores de 40 o 50 que, por su edad, no tienen acceso a programas de screening.
No obstante, no hay que dejar de lado a los gestores, a los que deben transmitir las recomendaciones de las sociedades científicas que piden que, todos los programas de cribado se acerquen a los 40 años máximo. Además, que estos incluyan mamografías con pruebas adicionales para las mujeres de mama densa.
Siempre poniendo el foco en la salud y bienestar de las pacientes, que se van a ver beneficiados de una detección temprana. Es así como Manchón manifiesta la importancia de una mayor concienciación entre la población y temprano cribado frente al cáncer de mama.
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