Creadora y gestora de My Coco

My Coco, una prótesis mamaria, ligera y transpirable

My Coco es una prótesis externa para mujeres mastectomizadas que no pueden o no quieren reconstruirse o bien prefieren esperar. Su impulsora, Sara Gascón, hija de una paciente con cáncer de mama, ha recibido el apoyo de Itainnova en el proceso de diseño. Es una forma de dar respuesta a un momento psicológico en que es importante poder volver a ponerse el sujetador que te sienta bien, un top deportivo para ir a yoga o un bikini para disfrutar de la playa.

UN PRISMA DISTINTO

En 2019, a la madre de Sara Gascón le detectaron un cáncer de mama. La noticia le hizo empezar a ver esta enfermedad desde un prisma distinto al que estaba acostumbrada. “Sentí que no podía quedarme de brazos cruzados –recuerda– porque, al indagar en datos y buscar información, me quedé impactada: cada vez gente más joven es diagnosticada con cáncer de mama y la tendencia es que el retraso en el diagnóstico hace que los estadios sean avanzados”.

Cuatro años después, My Coco, ha sido su aportación. Una prótesis externa de pecho distinta a las tradicionales y que se adapta al estilo de vida de las usuarias. Esta es ligera y transpirable. En el camino por llevar a cabo este proyecto, Gascón ha estado acompañada por Itainnova.

La creadora se dio cuenta: “el mercado del cáncer, del cáncer de mama en particular, está completamente desactualizado”. El único conocimiento que hay de esta enfermedad es la marea rosa en octubre. “La desinformación es más que evidente”, subraya Gascón.

Es así como decidió actuar. Lo que más le llamó la atención fueron las prótesis post-mastectomía y el proceso de compra. “Primero, por ser un producto extremadamente caro. Segundo, porque su funcionalidad para una chica joven que tiene una vida dinámica es bastante compleja, ya que suelen pesar y no son transpirables”, señala. Por último, “tener que comprar en una tienda oncológica o una ortopedia en un proceso de cáncer puede resultar muy duro y poco discreto”. Así que decidió diseñar una prótesis “con un diseño ergonómico que permita a las mujeres mastectomizadas sentirse seguras y seguir con su ritmo de vida habitual”.

COMPOSICIÓN Y DISEÑO DE LA PRÓTESIS MAMARIA

La prótesis, que está confeccionada con silicona de grado médico (el mismo material que las copas menstruales), se introduce en el interior de los sujetadores y bañadores para conseguir un resultado simétrico que reduzca el impacto emocional inicial del proceso.

Porque, My Coco es una prótesis, explica Gascón, “que surge con la visión de que las mujeres que son mastectomizadas por un cáncer de mama puedan decidir si quieren o no reconstruirse”. Para ella, se trata de un producto que actúa sobre todo a nivel psicológico. “Se da por hecho que una mujer debería reconstruirse nada más ser mastectomizada porque la sociedad dirige la mirada a que tener dos pechos es ‘lo normal’”, expone.

EQUILIBRIO ESTÉTICO Y FUNCIONALIDAD

Desde Itainnova, Lidia Gómez ha sido la gestora del proyecto y diseñadora de esta prótesis externa. Durante el proceso de diseño, “utilizamos distintas herramientas tecnológicas como el escaneado 3D, la realidad aumentada o la impresión 3D”, indica. Uno de los principales desafíos fue encontrar el equilibrio adecuado entre diseño estético y funcional. “No se trataba únicamente de diseñar una prótesis que fuese estéticamente agradable, sino que además resultara económica y cubriese necesidades prácticas como la comodidad, la transpirabilidad o la durabilidad”, precisa Gómez. Esto condicionó la elección de materiales y métodos de fabricación.

Como proyecto del programa Innoidea, que impulsa el Instituto Tecnológico de Aragón, está financiado al 100% dentro de la actuación ‘Innovación tecnológica y digitalización en las empresas’.

OBJETIVOS 

Su enfoque, como empresa, es dotar de información y poder de decisión a las mujeres con cáncer de mama. “Muchas veces, una reconstrucción inmediata puede producir rechazo y ser muy dolorosa, además de tener que pasar por un proceso quirúrgico que se alarga en el tiempo. Es muy importante valorar la salud mental de la paciente, empoderarla y que pueda tener información de lo que puede ocurrir en cada una de las fases de su intervención”. Es la razón por la que ha nacido My Coco, “para que las mujeres mastectomizadas puedan elegir, dentro de un proceso de cáncer que prácticamente llega de sorpresa, si quieren o no reconstruirse y cuándo”, poniendo a su alcance un producto sencillo, práctico y completamente seguro.

MERCADO 

My Coco todavía no ha llegado al mercado. Una vez testada la viabilidad del proyecto: “hemos confirmado la necesidad de dotar al mercado de un producto innovador y que impacte en las vidas de mujeres cada vez más jóvenes con cáncer de mama”, señala Gascón. Los siguientes pasos serán la búsqueda de financiación “o que una empresa con responsabilidad social corporativa alta pueda llevar adelante el proyecto”.

@Heraldo

Foto: Guillermo Mestre

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Lactancia materna - Cáncer de mama

Una investigación abre la puerta a la detección precoz del cáncer de mama a través de la leche materna

Hace un tiempo, una mujer con cáncer de mama entregó a su doctora, la oncóloga Cristina Saura, unas muestras de leche materna que había congelado 18 meses antes del diagnóstico. El tumor se le detectó cuando estaba embarazada de su tercer vástago y la mujer temía haber transmitido la dolencia a través de la leche materna a su segunda hija, a la que amamantó hasta poco antes de enfermar. Saura y su equipo sabían que el tumor no se transmite a través de la lactancia, pero a partir de la inquietud de esa paciente, se les “encendió una bombilla”, explica la oncóloga: quizás en esa muestra de leche había ya señales del cáncer que ayudasen a la investigación.

Y algo encontraron: en ese alimento congelado muchos meses antes del diagnóstico de cáncer, ya había ADN tumoral que delataba la presencia de un cáncer en el organismo. En un estudio posterior con una quincena de pacientes y publicado en la revista Cancer Discovery, Saura y su equipo del Vall d’Hebron Institut d’Oncologia (VHIO) de Barcelona constataron la presencia de fragmentos del ADN del tumor en la leche materna. La investigación abre la puerta a emplear el análisis de este fluido como una herramienta para diagnosticar el cáncer de mama de forma temprana en el posparto.

La técnica de la biopsia líquida ha sacudido la investigación contra el cáncer. Este abordaje diagnóstico consiste en buscar en los fluidos del organismo, especialmente en la sangre, señales o huellas de un tumor antes de que dé la cara, como los trozos de ADN que liberan las células cancerosas al torrente sanguíneo. De esta forma, con un tipo de análisis de sangre (mucho menos invasivo que una biopsia tradicional) se puede detectar la presencia de tumores aún invisibles. Ya se ha probado la biopsia líquida de sangre para cáncer de colon o mama, pero también la de líquido cefalorraquídeo en tumores cerebrales, la de orina en neoplasias de vejiga o la de saliva en cáncer oral. La leche materna es el nuevo fluido corporal en contacto próximo con un tumor que muestra ahora su potencial en el diagnóstico precoz de la enfermedad en una etapa especialmente compleja, como es el posparto.

cáncer de mama metastásico

Las nuevas terapias en cáncer de mama HER2 positivo demuestran su eficacia en pacientes con metástasis cerebrales

Se estima que cada año se detectan más de 35.000 nuevos casos de cáncer de mama en España, de los cuales entre un 5 y un 6% presentan metástasis en el momento del diagnóstico.  Además, aproximadamente un 30% de las mujeres diagnosticadas en un estadio temprano experimentarán una recurrencia del tumor con metástasis a distancia incluso años después de haber finalizado su tratamiento, especialmente en subgrupos de mayor agresividad biológica como es el cáncer de mama HER2-positivo.

Un 30% de las mujeres diagnosticadas en un estadio temprano experimentarán una recurrencia del tumor, especialmente en el caso del cáncer de mama HER2-positivo

Estos datos ponen de relevancia la necesidad de contar con opciones terapéuticas capaces de reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer de mama HER2-positivo. Además, el acceso a la innovación por parte los pacientes a través de un mayor arsenal terapéutico hace necesario proveer a los profesionales clínicos de foros de discusión y de formación actualizada en el abordaje de pacientes con esta patología.

La llegada de nuevas terapias en el cáncer de mama metastásico HER2 positivo como tucatinib en combinación con trastuzumab y capecitabina, que ha recibido recientemente la autorización de comercialización por parte del Ministerio de Sanidad, conlleva un cambio de paradigma en el abordaje de los pacientes, en la secuencia de tratamiento y en la eficacia clínica demostrada en el total de la población, incluyendo pacientes con y sin metástasis cerebrales.

Aprovechando la celebración del encuentro RAGMA 23 organizado por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), la compañía biotecnológica Seagen ha reunido a expertos oncólogos para debatir sobre las últimas novedades en torno al abordaje terapéutico en cáncer de mama metastásico HER2 positivo.

La importancia de la innovación 

El acceso a la innovación es esencial para mejorar la calidad de vida de los pacientes, sobre todo en patologías como el cáncer de mama metastásico HER2 positivo, que cuenta con grandes necesidades médicas no cubiertas.

En este sentido, el Dr. Juan de la Haba-Rodríguez, director de la Unidad de Mama e Investigación Clínica del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y ponente del encuentro, destacó que: “En las últimas dos décadas se han producido avances importantes que han permitido a las pacientes vivir más y con mejor calidad de vida. Estos avances se han producido gracias a un mejor conocimiento de la enfermedad y al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas innovadoras que han demostrado su utilidad tanto en ensayos clínicos como en la práctica clínica. Por tanto, la innovación entendida como la aplicación en la práctica clínica de aquello que ha demostrado eficacia en los ensayos clínicos es crítica si queremos avanzar y obtener mejores resultados”. 

En cuanto a la llegada de nuevas terapias como la triple combinación de tucatinib con trastuzumab y capecitabina, así como el cambio de paradigma en el abordaje, el Dr. Miguel Martin, director de Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón, y presidente de Geicam, señaló que: “Supone la llegada de un tratamiento nuevo, sin resistencia cruzada con los ya disponibles, muy activo tanto en metástasis cerebrales como no cerebrales y que aumenta la supervivencia de los pacientes. Además, añadió que: “Estas características permitirán incorporarlo a la secuencia terapéutica de las mujeres con cáncer de mama HER2-positivo metastásico, aportando a estas mujeres el aumento de supervivencia y la mejoría de la calidad de vida”.

Eficacia clínica en pacientes con metástasis

Otra de las principales características que aporta esta nueva terapia es la eficacia en pacientes con metástasis cerebrales. Y es que el ensayo clínico HER2CLIMB, incluyó un 48% de pacientes con este tipo de metástasis (activas y estables con o sin tratamiento previo), casi la mitad de los 612 participantes en el estudio. Estos datos representan una gran evidencia en este tipo de pacientes, que en práctica clínica real representan aproximadamente el 50% en el contexto metastásico.

En cuanto al valor que aporta contar con nuevas opciones terapéuticas en pacientes con metástasis, el doctor de la Haba-Rodríguez comentó que: “Supone disponer de nuevas oportunidades de tratamiento que mejoren los resultados que tenemos actualmente ya sea porque prolongamos la vida, o bien porque tiene un perfil de toxicidad mejor, en definitiva, es una oportunidad para mejorar la calidad de vida de las pacientes con cáncer de mama metastásico”.

Finalmente, ambos expertos destacaron la importancia de contar con un punto de encuentro para compartir experiencias en torno al cáncer de mama metastásico.

En palabras del Dr. Martín: “Dados los continuos avances que afortunadamente acontecen en cáncer de mama, son imprescindibles este tipo de reuniones de actualización para que los médicos españoles puedan tratar a sus pacientes de acuerdo con los conocimientos más recientemente adquiridos”.

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mujeres jóvenes cáncer de mama

Hallan mutaciones de cáncer de mama resistente al tratamiento en mujeres jóvenes que no afectan a las mayores

Un estudio dirigido por investigadores de Sanford Burnham Prebys, en Estados Unidos, ha descubierto que, en mujeres jóvenes, ciertas mutaciones genéticas están asociadas con el cáncer de mama resistente al tratamiento, pero no en mujeres mayores. Los hallazgos, publicados en la revista ‘Science Advances’, podrían ayudar a mejorar la medicina de precisión y sugerir una nueva forma de clasificar el cáncer de mama.

“Está bien establecido que, a medida que envejecemos, tenemos más probabilidades de desarrollar cáncer. Pero estamos descubriendo que esto puede no ser cierto para todos los cánceres, dependiendo de la composición genética de una persona –explica el autor principal Svasti Haricharan, profesor asistente en Sanford Burnham Prebys–. Puede haber mecanismos completamente distintos que impulsen el cáncer en personas jóvenes y mayores, lo que exige ajustar nuestra visión del envejecimiento y el cáncer”.

La investigación se centró principalmente en el cáncer de mama ER+/HER2-, que es una de las formas más comunes de la enfermedad. Suele tratarse con terapias hormonales, pero en algunas pacientes estos tratamientos no funcionan. Alrededor del 20% de los tumores se resisten al tratamiento desde el principio, y hasta el 40% desarrollan resistencia con el tiempo.

“Comprender cómo se desarrollan ciertas formas de cáncer de mama de una manera que hace que acaben resistiendo a la terapia puede ayudarnos a clasificar mejor la enfermedad. También puede ayudar a los médicos a ajustar los planes de tratamiento para las pacientes que probablemente experimentarán resistencia a los tratamientos estándar –afirma Haricharan–. Para científicos como yo, puede ayudar a orientar la investigación para desarrollar nuevas terapias que superen estos obstáculos”.

El estudio incluyó un amplio análisis de una gran base de datos de pacientes con cáncer de mama. Reveló que en pacientes con cáncer de mama ER+/HER2-, ciertas mutaciones genéticas tenían una fuerte correlación con la respuesta al tratamiento, y los efectos dependían de la edad. Algunas mutaciones genéticas sólo estaban relacionadas con el cáncer de mama resistente al tratamiento en mujeres jóvenes.

“Fue un hallazgo extraño, tanto que al principio casi no nos lo creímos –reconoce Haricharan–, pero los mismos patrones surgieron una y otra vez en una base de datos tras otra”.

Las mutaciones que identificaron los investigadores estaban en genes implicados en la replicación celular, el proceso por el que las células crecen y se dividen. Estos genes se encargan de reparar los errores cuando se producen, un proceso que se estropea en prácticamente todos los cánceres.

“La desregulación del ciclo celular se produce tan pronto en el desarrollo del cáncer que no solemos tener en cuenta si las mutaciones individuales que causan la desregulación del ciclo celular pueden afectar a la respuesta final del cáncer al tratamiento o a su capacidad de propagación”, señala Haricharan.

Al relacionar el tipo específico de desregulación del ciclo celular que desencadena el cáncer con el desenlace de la enfermedad muchos años después del diagnóstico, el equipo de investigación propone un paradigma totalmente nuevo para pensar y estudiar todos los tipos de cáncer.

“Se trata de un cambio radical en nuestra forma de ver el cáncer, que podría tener implicaciones mucho más allá del cáncer de mama”, añade Haricharan.

Para empezar a probar esta idea, los investigadores analizaron el efecto de las mutaciones del ciclo celular en los resultados de pacientes con otros tipos de cáncer. En un giro final, observaron que en muchos tipos de cáncer, el modo de desregulación del ciclo celular es significativo para el cáncer en mujeres, pero no tanto para el cáncer en hombres. Esto sugiere que la influencia de la desregulación del ciclo celular podría depender tanto del sexo como de la edad.

“Estos resultados ponen de relieve la importancia de estudiar el cáncer en el contexto de la historia vital del paciente –prosigue–. Con demasiada frecuencia, la investigación del cáncer se centra estrechamente en las células de una placa de Petri, olvidando todo el complejo sistema huésped en el que estas células se transforman y crecen”.

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avances mamografías

Más rápidas, más seguras y menos dolorosas: así son las nuevas mamografías

“El aparato es diferente y no me ha dolido tanto”. Esto comenta Julia (nombre ficticio) de su última revisión: fue diagnosticada de cáncer de mama hace una década y se somete a una mamografía anual. A la tensión de la incertidumbre se le sumaba el dolor que el aparato le provocaba al comprimir la mama. Pero cambió de centro, el aparato era distinto y se llevó una agradable sorpresa.

No es la única. “En mi hospital cambiamos el mamógrafo hace cinco años y empezamos a notar que las mujeres que venían a hacerse su revisión no se quejaban tanto: venían asustadas y quedaban sorprendidas“, comenta Myriam Montes, radióloga del madrileño Hospital Clínico San Carlos.

Ella misma subió un vídeo a su Instagram mostrando las ventajas de la nueva máquina. La antigua ya había cumplido más de 15 años de servicio pero en su momento también supuso una revolución: “Fue de las primeras digitales que llegaron a España”, explica a EL ESPAÑOL.

En estas últimas dos décadas, la tecnología para realizar las mamografías ha avanzado enormemente. Tanto, que según Montes, portavoz de la Sociedad Española de Radiología Médica, las guías europeas de cribado del cáncer de mama, que se basan en “ensayos clínicos que se hicieron hace 20 años”, han quedado algo obsoletas.

En la actualidad, el cribado del cáncer de mama está recomendado para todas las mujeres entre 50 y 70 años. Cada 24 meses, se realizan la prueba, colocando la mama en una plancha que la aplasta para tomar imágenes radiológicas de la misma. Más allá de la colocación, la prueba dura solo unos segundos, pero para muchas mujeres parecían eternos.

Los nuevos aparatos, que comenzaron a llegar a nuestro país justo antes de la pandemia, son capaces de conseguir mejores imágenes, de forma más rápida y con menos presión en la mama. Además, el nivel de radiación es menor.

Aunque el nivel de radiación para lograr una imagen mamográfica es mínimo y no entraña, por sí solo, ningún riesgo, siempre es recomendable reducirlo en la medida de lo posible. Al irradiar menos la mama, Montes ve una oportunidad para ampliar la edad de cribado de forma segura, sobre todo en mujeres jóvenes, que “son más susceptibles a la radiación porque las células se replican más rápido en los tejidos jóvenes”, lo que aumentaría –teóricamente– la probabilidad de aparición de mutaciones causadas por la radiación.

De hecho, la Comisión Europea recomienda bajar la edad de cribado a los 45 años (en EEUU es a partir de los 40) y así se hace en varias comunidades españolas, si bien el panorama es muy heterogéneo e incluso puede diferir entre provincias.

De igual forma, el número y tipo de aparatos de mamografía no es nada uniforme, lo que condiciona su uso, pero la radióloga apunta al gran cambio que ha habido en los últimos años con la renovación de los equipos tecnológicos en la sanidad pública. Gran parte de los hospitales cuentan ya con mamógrafos avanzados y ya no necesitan externalizar este servicio a otras clínicas, tanto públicas como privadas, de forma que “los mismos radiólogos que hemos visto la mamografía vamos a citar a la mujer para la biopsia y en el mismo hospital se puede realizar el tratamiento y el seguimiento”.

Las controversias de las mamografías

El oncólogo César Rodríguez apunta que la realización de mejores cribados permite detectar y tratar antes los tumores. “Esto se traduce, en líneas generales, en tratamientos menos agresivos y una mayor posibilidad de curación”.

Además, con el aumento de la esperanza de vida, se está planteando la posibilidad de ampliar la edad de cribado por arriba, hasta los 75 años. Por debajo de los 45, sin embargo, “no está demostrado que sea una técnica rentable: el número de mamografías necesarias para detectar un solo tumor sería muy elevado, su impacto es pequeño”. Solo se vigilan aquellas mujeres con más riesgo que la población general: las que tienen antecedentes familiares o predisposición genética, por ejemplo.

Por encima de los 70 se realiza en las que han pasado ya por un cáncer de mama, que acuden a revisiones de forma periódica (generalmente, una vez al año en lugar de los dos del cribado general).

Con todo, Rodríguez, que trabaja en el Hospital Universitario de Salamanca y es vicepresidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, reconoce que, pese a mejorar en los diagnósticos precoces, “sigue habiendo controversia sobre el impacto del cribado en la población”. Aunque algunos estudios muestran reducción de la mortalidad por cáncer de mama, en este punto no hay una conclusión definitiva.

Mientras tanto, el avance de los equipos hace más agradable pasar por este proceso de forma periódica. Aunque la mayoría de mujeres en el rango de edad recomendado acude a hacerse la mamografía, la ‘amabilidad’ de los nuevos aparatos puede contribuir a eliminar reticencias.

Myriam Montes apunta que el boca-oreja contribuye a ello, “las mujeres están muy informadas”, y aunque la pandemia supuso un parón, se ha regresado a la normalidad. “Existe la típica frase de ‘si esto fuera para un hombre ya se habría avanzado‘. La realidad es que se ha avanzado muchísimo y ahora los mamógrafos tienen que comprimir menos para obtener una imagen diagnóstica de calidad altísima, mucho más nítida. Nos podemos adelantar a un diagnóstico de cáncer de mama años antes de que aparezcan síntomas”.

embarazo cáncer de mama

Un estudio determina que parar la terapia endocrina para quedarse embarazada no eleva las recaídas en cáncer de mama

En mujeres con cáncer de mama hormonosensible que desean ser madres, pausar la terapia endocrina para intentar quedarse embarazadas durante un tiempo máximo de dos años no incrementa el riesgo de recaídas a corto plazo. Así lo avalan los resultados del ensayo clínico Positive, publicado en The New England Journal of Medicine, y coordinado en España por el Grupo Solti, de investigación clínica en cáncer, y por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam).

Tras tres años y medio de seguimiento, los resultados, que ya que se avanzaron en el último congreso internacional San Antonio Breast Cancer Symposium 2022 (SABCS), muestran un riesgo de recaída en estas pacientes del 8,9%, frente a un 9,2% en pacientes que no pausaron la terapia en busca de un embarazo.

Positive es el primer estudio prospectivo diseñado para dar respuesta a mujeres que se diagnostican de cáncer de mama en edad temprana y sin haber completado su deseo de ser madres. Se estima que entre el 40% y el 60% de las pacientes a las que se diagnostica un cáncer de mama a los 40 años o antes están preocupadas por su futura fertilidad.

CÁNCER DE MAMA CADA VEZ MÁS FRECUENTE EN MUJERES JÓVENES

“Sabemos que el cáncer de mama es cada vez más frecuente en mujeres jóvenes y, por tanto, coincide con el deseo de ser madre de muchas de ellas. Por esta razón, fertilidad y embarazo resultan preocupaciones importantes tanto para las pacientes oncológicas como para los investigadores”, comprende Manuel Ruiz Borrego, co-coordinador del estudio Positive en España, miembro de la Junta Directiva de Geicam y jefe de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

Este nuevo estudio “abre la posibilidad de un embarazo seguro para aquellas pacientes con cáncer de mama que lo deseen, una vez que han realizado al menos 18 meses de terapia endocrina adyuvante”, señala Cristina Saura, coordinadora del estudio en España, miembro de la junta directiva de Solti y jefa de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Vall d’Hebron y VHIO.

Hasta ahora la recomendación era empezar a buscar el embarazo pasados un mínimo de 5 años tras haber superado el cáncer de mama, y siempre que no hubiera habido recaídas. Según la experta, los resultados de Positive “pueden cambiar las guías clínicas actuales”, pero advierte de que “el seguimiento a largo plazo de estas pacientes será fundamental para corroborar estos datos”.

El presidente de Geicam, Miguel Martín, que es además jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón, advierte de que “este estudio da tranquilidad a los médicos y pacientes que ya anteriormente se decidían a una interrupción de la terapia endocrina, después de al menos dos años, para permitir un embarazo”.

“Ya se sabía que el embarazo no empeoraba el pronóstico de las mujeres con cáncer de mama. También muchos oncólogos debatíamos con las pacientes la posibilidad de interrumpir transitoriamente el tratamiento endocrino para permitir un embarazo muy deseado y lo hacíamos, pero ahora hay evidencia prospectiva que apoya esa opción”, sostiene el oncólogo.

ASÍ HA SIDO LA PARTICIPACIÓN ESPAÑOLA EN EL ESTUDIO

Para examinar el impacto de la pausa de la terapia endocrina con el objetivo de buscar un embarazo, el estudio Positive incluyó a 518 mujeres de 42 años o menos, procedentes de veinte países, con cáncer de mama de receptores hormonales (RH) positivos que deseaban quedarse embarazadas.

De estas, 72 pacientes procedían de 18 hospitales españoles y fueron reclutadas a través de los grupos de investigación Solti y Geicam.Antes de pausar su tratamiento, las pacientes habían completado entre 18 y 30 meses de terapia endocrina adyuvante. Además, se instó a las participantes en el ensayo que reanudaran el tratamiento endocrino tras un intento de embarazo o un paréntesis de su tratamiento hormonal de dos años para intentarlo.

Los datos actuales surgen tras un seguimiento de 3 años y medio. No obstante, los investigadores continuaran el seguimiento de las participantes en el estudio durante 10 años.

Curiosamente los resultados muestran tasas de concepción y parto que están a la par o son superiores a las de la población en general; de 497 mujeres a las que se hizo seguimiento para ver si se habían quedado embarazadas, 317 dieron a luz al menos a un hijo y nacieron un total de 365 niños, debido a embarazos múltiples o consecutivos.

CÁNCER DE MAMA Y EMBARAZO

Positive se inscribe en una línea de investigación que busca dar respuesta a las cuestiones sobre salud reproductiva de las pacientes con cáncer de mama. Se investiga además si existe una relación de causalidad entre el embarazo y la aparición de un cáncer de mama.

Así, el estudio Embarazo y Cáncer de mama (Embarcam), liderado por Geicam, permitirá tener una foto del llamado cáncer de mama gestacional, diagnosticado durante el embarazo o el año siguiente, con el objetivo de prever esta situación y diseñar estrategias encaminadas a lograr embarazos seguros.

En esta línea se quiere determinar la utilidad de la leche materna para la detección precoz del cáncer de mama. “Con el estudio de casos concretos hemos concluido que la leche materna serviría para detectar mutaciones cancerosas de forma más precoz que a través de la sangre, por ser la concentración de ADN mucho más elevada en la leche materna”, afirma Saura.

“Para confirmar estos datos, prevemos poner en marcha MMaterna, un estudio internacional cuyo objetivo será analizar el caso de las mujeres que se embarazan siendo mayores de 40 años o siendo portadoras sanas de una mutación genética que aumente su riesgo de padecer cáncer de mama para ver si somos capaces de diagnosticar el cáncer de mama de manera más precoz en el postparto a través de la lecha materna que mediante las muestras de sangre o estudios radiológicos convencionales”, resalta.

mastectomía

El 80% de los casos de cáncer de mama se tratan sin necesidad de mastectomía

El diagnóstico precoz ha elevado al 80% los casos de cáncer de mama abordables con cirugía poco invasiva, sin necesidad de recurrir a la mastectomía. Esa es uno de los titulares que el hospital Reina Sofía dio a conocer este jueves en la segunda edición de unas jornadas organizadas para dar a conocer las novedades sobre estos tumores con motivo del Día Mundial, que se celebra el próximo 19 de octubre. La directora de la unidad de gestión clínica de Radiodiagnóstico del hospital, Marina Álvarez, destacó el interés del centro no solo por informar de los avances en diagnóstico y tratamiento sino por abrir el debate a la ciudadanía para conocer sus dudas, sus miedos y la incertidumbre que sienten en torno al cáncer de mama, el más frecuente en las mujeres, y a las pruebas que se realizan a las pacientes.

El aumento de los casos que no requieren mastectomía se debe al importante avance tecnológico en los sistemas empleados tanto en la detección como en el tratamiento de los tumores, detalló Álvarez. El trabajo multidisciplinar y coordinado de profesionales de distintas áreas también está contribuyendo a abrir cada vez más posibilidades de tratamientos más precisos y ajustados a cada paciente. «Cada vez tenemos más opciones terapéuticas a nuestro alcance y de lo que se trata es de estudiar cuál es la más adecuada a cada caso», incidió.

Entre las técnicas incorporadas en los últimos años destaca el uso de la inteligencia artificial para la detección de lesiones muy pequeñas, casi indetectables, que pueden indicar el inicio de un tumor o la incorporación de la mamografía con contraste, una prueba funcional que permite mejorar la detección de lesiones tumorales, ya que ofrece resultados más sensibles y precisos que la mamografía convencional.

En cuanto a los tratamientos, las técnicas de ganglio centinela o el uso de semillas magnéticas son algunos de los ejemplos de los que también se habló en el encuentro, en el que participaron radiólogos, oncólogos médicos, oncólogos radioterápicos, cirujanos, médicos nucleares, anatomopatólogos y enfermeros, entre otros, participaron en las dos mesas redondas organizadas por el centro. También hubo lugar para dar a conocer el lugar de trabajo de los profesionales gracias a una serie de vídeos grabados en las diferentes unidades del hospital.

Por su parte, el oncólogo del hospital Reina Sofía Juan de la Haba recordó que el programa de diagnóstico precoz se activó en el año 1999 y desde entonces, el volumen de mujeres que acceden a las mamografías periódicas se ha ido ampliando, lo que ha mejorado el diagnóstico precoz.

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tratamiento endocrino

Científicos de Granada demuestran el importante papel de la terapia endocrina en el tratamiento del cáncer de mama

El grupo de investigación de Oncología Traslacional e Integrativa del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.GRANADA), liderado por Isabel Blancas López-Barajas y Sergio Granados, ha colaborado en la realización de un ensayo clínico internacional que ha demostrado que la terapia endocrina, combinada con un fármaco, utilizado en el cáncer de mama llamado Abemaciclib, supone un tratamiento de mayor seguridad y mejores resultados percibidos por las pacientes en el tratamiento del cáncer de mama de alto riesgo en sus etapas iniciales.

El cáncer de mama de alto riesgo con receptores de estrógenos positivos y Her-2 negativo, puede venir definido por distintos factores como estadios de presentación más avanzados, índices de proliferación celular más altos o altos grados de diferenciación celular.

Este estudio internacional llamado MonarchE en el que participan investigadores del ibs.GRANADA, el Hospital Universitario Clínico San Cecilio y la Universidad de Granada, es un ensayo clínico en fase 3 en el que han participado casi seis mil pacientes de diferentes países. En este estudio se ha realizado un seguimiento de 27 meses comparando pacientes con terapia hormonal con y sin Abemaciclib, con el objetivo de observar los efectos adversos de ambas líneas de tratamiento.

Este estudio internacional llamado MonarchE en el que participan investigadores del ibs.GRANADA, el Hospital Universitario Clínico San Cecilio y la Universidad de Granada, es un ensayo clínico en fase 3 en el que han participado casi seis mil pacientes de diferentes países. En este estudio se ha realizado un seguimiento de 27 meses comparando pacientes con terapia hormonal con y sin Abemaciclib, con el objetivo de observar los efectos adversos de ambas líneas de tratamiento.

Este estudio internacional llamado MonarchE en el que participan investigadores del ibs.GRANADA, el Hospital Universitario Clínico San Cecilio y la Universidad de Granada, es un ensayo clínico en fase 3 en el que han participado casi seis mil pacientes de diferentes países. En este estudio se ha realizado un seguimiento de 27 meses comparando pacientes con terapia hormonal con y sin Abemaciclib, con el objetivo de observar los efectos adversos de ambas líneas de tratamiento.

Este estudio internacional llamado MonarchE en el que participan investigadores del ibs.GRANADA, el Hospital Universitario Clínico San Cecilio y la Universidad de Granada, es un ensayo clínico en fase 3 en el que han participado casi seis mil pacientes de diferentes países. En este estudio se ha realizado un seguimiento de 27 meses comparando pacientes con terapia hormonal con y sin Abemaciclib, con el objetivo de observar los efectos adversos de ambas líneas de tratamiento.

En estudios previos ya se demostró en pacientes con cáncer de mama de alto riesgo con receptores de estrógenos positivos y Her-2 negativo, una mejora clínicamente significativa en la supervivencia libre de enfermedad invasiva con el tratamiento combinado de Abemaciclib con terapia hormonal, pero no se reportaba exhaustivamente la valoración de los tratamientos y de los resultados por cada participante en el estudio.

Además, este análisis ha contribuido a establecer con más precisión la seguridad del uso de Abemaciclib adyuvante a partir de los datos proporcionados por casi seis mil pacientes de ensayo, que recibieron al menos una dosis del tratamiento en estudio. Para ello, se analizó la incidencia de efectos adversos, su manejo clínico y el desenlace de los mismos, así como la calidad de vida percibida por las pacientes, teniendo en cuenta los síntomas experimentados y otras variables como el peso que tuvieron en su vida estos efectos adversos.

Una de las conclusiones más relevantes de este estudio, donde han participado investigadores del ibs.GRANADA, es que en pacientes con cáncer de mama de alto riesgo en su etapa inicial, con receptores de estrógenos positivos y Her-2 negativo, el tratamiento adyuvante combinando abemaciclib y terapia hormonal tiene un perfil de seguridad aceptable y buena tolerancia. Los resultados obtenidos muestran que combinar abemaciclib con la terapia endocrina, a pesar de que puede producir un aumento en la incidencia de efectos adversos, no implica que las pacientes sufran más complicaciones clínicas.

Todo esto, además, está apoyado por los resultados donde se evaluaba la percepción subjetiva del paciente que se manifiesta en todos los grupos de edad. A pesar de que los efectos adversos de este tratamiento, fueron mayores en el grupo que recibió el abemaciclib, se trató generalmente de problemas que solo se detectaron en las analíticas sanguíneas y que carecían de significancia clínica (como la elevación de las transaminasas o la neutropenia), que se pudieron revertir y gestionar utilizando medicación, reduciendo la dosis de abemaciclib o deteniendo temporalmente la administración del tratamiento.

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anticonceptivos hormonales

Estudio indica que los anticonceptivos hormonales aumentarían el riesgo de cáncer de mama

Todos los anticonceptivos hormonales conllevan un riesgo ligeramente mayor de cáncer de mama, incluidos los que contienen solo progestágeno, cada vez más utilizados, según un estudio publicado este martes 21 de marzo.

Los investigadores que llevaron a cabo el estudio enfatizaron que el mayor riesgo de cáncer de mama debe sopesarse frente a los beneficios de los anticonceptivos hormonales, incluida la protección que brindan contra otras formas de cáncer femenino.

El aumento del riesgo de cáncer de mama ya era bien conocido para los métodos anticonceptivos que combinan progestágeno y estrógeno. Pero aunque el uso de anticonceptivos que contienen sólo progestágeno ha ido en aumento desde hace más de una década, hasta ahora pocas investigaciones se centraron en su efecto específico en el riesgo de cáncer de mama.

El nuevo estudio, publicado en la revista PLOS Medicine, encontró que el riesgo de que una mujer desarrollara cáncer de mama era aproximadamente el mismo para los anticonceptivos hormonales que tenían estrógeno y progestágeno que para los que solo tenían progestágeno.

De acuerdo con esta investigación, las mujeres que usan anticonceptivos hormonales tienen un riesgo aumentado de alrededor del 20 % al 30 % de desarrollar cáncer de mama, independientemente del modo en que los usan (píldora, DIU, implante o inyección), o la fórmula utilizada (estrógeno-progestágeno o progestágeno solo). Los hallazgos son similares a los publicados anteriormente, incluso en un vasto estudio de 1996.

Teniendo en cuenta que la probabilidad de cáncer de mama aumenta con la edad, los autores del estudio calcularon cuánto exceso de riesgo absoluto está asociado a los anticonceptivos hormonales. Para las mujeres que tomaron anticonceptivos hormonales durante un período de cinco años entre los 16 y los 20 años, representó ocho casos de cáncer de mama por cada 100.000. Entre 35 y 39 años fue de 265 casos cada 100.000, dijeron.

Riesgo transitorio

“Nadie quiere escuchar que algo que está tomando aumentará su riesgo de cáncer de mama”, dijo Gillian Reeves, profesora de la Universidad de Oxford y coautora del estudio. Pero “de lo que estamos hablando aquí es de un aumento muy pequeño en el riesgo absoluto”, subrayó durante una rueda de prensa.

Y agregó: “Estos aumentos en el riesgo de cáncer de mama, por supuesto, deben verse en el contexto de lo que sabemos sobre los muchos beneficios de tomar anticonceptivos hormonales”.

“No solo en términos de control de la natalidad, sino también porque sabemos que los anticonceptivos orales en realidad brindan una protección sustancial y a largo plazo contra otros cánceres femeninos, como el cáncer de ovario y el cáncer de endometrio”, dijo.

El estudio también confirmó, como otros, que el riesgo de cáncer de mama disminuye en los años posteriores a que una mujer deja de usar anticonceptivos hormonales.

Stephen Duffy, profesor de la Universidad Queen Mary de Londres que no participó en el estudio, describió los hallazgos como “tranquilizadores porque el efecto es modesto”.

El estudio involucró datos de casi 10.000 mujeres menores de 50 años que desarrollaron cáncer de mama entre 1996 y 2017 en el Reino Unido, donde el uso de anticonceptivos que sólo contienen progestágeno está tan extendido como el uso del método combinado.

Los anticonceptivos solo de progestágeno se recomiendan para mujeres en período de lactancia, que pueden tener riesgo de problemas cardiovasculares o fumadoras mayores de 35 años.

Entre los “múltiples factores” que explican el aumento de su uso, puede ser que “las mujeres ahora toman anticonceptivos más tarde” en sus vidas, y por lo tanto presentan más de estas condiciones de forma natural, señaló Reeves.

Vea aquí la versión  original.
cáncer de mama metastásico

Descubren cómo desactivar la ‘bomba de relojería’ del cáncer de mama metastásico

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«Este emocionante descubrimiento nos acerca un paso más a la comprensión de cómo podemos ralentizar o detener el desarrollo del cáncer de mama secundario ER+ en el pulmón. Tiene el potencial de beneficiar a miles de mujeres que viven con esta ‘bomba de relojería‘ en el futuro, asegurando que menos pacientes reciban las devastadoras noticias que la enfermedad se ha propagado», subraya Simon Vincent, director de investigación de Breast Cancer Now.