avances mamografías

Más rápidas, más seguras y menos dolorosas: así son las nuevas mamografías

“El aparato es diferente y no me ha dolido tanto”. Esto comenta Julia (nombre ficticio) de su última revisión: fue diagnosticada de cáncer de mama hace una década y se somete a una mamografía anual. A la tensión de la incertidumbre se le sumaba el dolor que el aparato le provocaba al comprimir la mama. Pero cambió de centro, el aparato era distinto y se llevó una agradable sorpresa.

No es la única. “En mi hospital cambiamos el mamógrafo hace cinco años y empezamos a notar que las mujeres que venían a hacerse su revisión no se quejaban tanto: venían asustadas y quedaban sorprendidas“, comenta Myriam Montes, radióloga del madrileño Hospital Clínico San Carlos.

Ella misma subió un vídeo a su Instagram mostrando las ventajas de la nueva máquina. La antigua ya había cumplido más de 15 años de servicio pero en su momento también supuso una revolución: “Fue de las primeras digitales que llegaron a España”, explica a EL ESPAÑOL.

En estas últimas dos décadas, la tecnología para realizar las mamografías ha avanzado enormemente. Tanto, que según Montes, portavoz de la Sociedad Española de Radiología Médica, las guías europeas de cribado del cáncer de mama, que se basan en “ensayos clínicos que se hicieron hace 20 años”, han quedado algo obsoletas.

En la actualidad, el cribado del cáncer de mama está recomendado para todas las mujeres entre 50 y 70 años. Cada 24 meses, se realizan la prueba, colocando la mama en una plancha que la aplasta para tomar imágenes radiológicas de la misma. Más allá de la colocación, la prueba dura solo unos segundos, pero para muchas mujeres parecían eternos.

Los nuevos aparatos, que comenzaron a llegar a nuestro país justo antes de la pandemia, son capaces de conseguir mejores imágenes, de forma más rápida y con menos presión en la mama. Además, el nivel de radiación es menor.

Aunque el nivel de radiación para lograr una imagen mamográfica es mínimo y no entraña, por sí solo, ningún riesgo, siempre es recomendable reducirlo en la medida de lo posible. Al irradiar menos la mama, Montes ve una oportunidad para ampliar la edad de cribado de forma segura, sobre todo en mujeres jóvenes, que “son más susceptibles a la radiación porque las células se replican más rápido en los tejidos jóvenes”, lo que aumentaría –teóricamente– la probabilidad de aparición de mutaciones causadas por la radiación.

De hecho, la Comisión Europea recomienda bajar la edad de cribado a los 45 años (en EEUU es a partir de los 40) y así se hace en varias comunidades españolas, si bien el panorama es muy heterogéneo e incluso puede diferir entre provincias.

De igual forma, el número y tipo de aparatos de mamografía no es nada uniforme, lo que condiciona su uso, pero la radióloga apunta al gran cambio que ha habido en los últimos años con la renovación de los equipos tecnológicos en la sanidad pública. Gran parte de los hospitales cuentan ya con mamógrafos avanzados y ya no necesitan externalizar este servicio a otras clínicas, tanto públicas como privadas, de forma que “los mismos radiólogos que hemos visto la mamografía vamos a citar a la mujer para la biopsia y en el mismo hospital se puede realizar el tratamiento y el seguimiento”.

Las controversias de las mamografías

El oncólogo César Rodríguez apunta que la realización de mejores cribados permite detectar y tratar antes los tumores. “Esto se traduce, en líneas generales, en tratamientos menos agresivos y una mayor posibilidad de curación”.

Además, con el aumento de la esperanza de vida, se está planteando la posibilidad de ampliar la edad de cribado por arriba, hasta los 75 años. Por debajo de los 45, sin embargo, “no está demostrado que sea una técnica rentable: el número de mamografías necesarias para detectar un solo tumor sería muy elevado, su impacto es pequeño”. Solo se vigilan aquellas mujeres con más riesgo que la población general: las que tienen antecedentes familiares o predisposición genética, por ejemplo.

Por encima de los 70 se realiza en las que han pasado ya por un cáncer de mama, que acuden a revisiones de forma periódica (generalmente, una vez al año en lugar de los dos del cribado general).

Con todo, Rodríguez, que trabaja en el Hospital Universitario de Salamanca y es vicepresidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, reconoce que, pese a mejorar en los diagnósticos precoces, “sigue habiendo controversia sobre el impacto del cribado en la población”. Aunque algunos estudios muestran reducción de la mortalidad por cáncer de mama, en este punto no hay una conclusión definitiva.

Mientras tanto, el avance de los equipos hace más agradable pasar por este proceso de forma periódica. Aunque la mayoría de mujeres en el rango de edad recomendado acude a hacerse la mamografía, la ‘amabilidad’ de los nuevos aparatos puede contribuir a eliminar reticencias.

Myriam Montes apunta que el boca-oreja contribuye a ello, “las mujeres están muy informadas”, y aunque la pandemia supuso un parón, se ha regresado a la normalidad. “Existe la típica frase de ‘si esto fuera para un hombre ya se habría avanzado‘. La realidad es que se ha avanzado muchísimo y ahora los mamógrafos tienen que comprimir menos para obtener una imagen diagnóstica de calidad altísima, mucho más nítida. Nos podemos adelantar a un diagnóstico de cáncer de mama años antes de que aparezcan síntomas”.

cursa de la dona Burriana

VII Cursa de la Dona en Burriana

  • La Cursa de la Dona 2023 en Borriana alcanza más de 1.200 participantes en su séptima edición
  • La “marea rosa” ha conseguido recaudar un total de 7000 euros que se destinarán un año más a la investigación para la lucha contra el cáncer de mama

La séptima edición de la Cursa de la Dona de Borriana celebrada hoy ha vuelto a superar todas las previsiones en cuanto a participación, ya que más de 1.200 personas se han dado cita a media mañana en la Piscina Municipal de la ciudad para tomar parte de un evento en el que ha vuelto a destacar el carácter solidario, y que han convertido la jornada en un modelo de sororidad, de unión y de reivindicación justa.

Gracias a la participación en la “marea rosa” de Borriana, con esta carrera solidaria coordinada por la Fundación Le Cadó se ha conseguido recaudar un total de 7.000 euros que se destinarán íntegramente, un año más, a proyectos de investigación para la lucha contra el cáncer de mama de repercusión nacional.

La cursa es un encuentro popular de 5 km de “solidaridad” a través del vial del Port hasta la zona marítima y vuelta hasta Borriana, en cuya organización colabora activamente el Servei Municipal d’Esports (SME) de Borriana, que ha organizado una vez más unas actividades físicas previas a la salida y al finalizar la prueba no competitiva.

Una jornada de sororidad, de estar unidas y de reivindicar causas justas alrededor, además de un día de reivindicación como es el Día Internacional de la Acción por la Salud de las Mujeres.

Antes de la salida de la cursa, representantes de la corporación municipal y de la Fundación Le Cadó han entregado dos cheques de los 7.000 euros recaudados al director de la Cátedra Actividad Física y Oncología de la Fundació José Soriano Ramos de la UJI, Eladio Collado y al representante del GEICAM para seguir financiando el proyecto de la CAFO-UJI e iniciar el proyecto EMBARCAM, Fundación Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama.

Además, durante los momentos antes al inicio de la cursa, se ha agradecido a todos los departamentos municipales implicados, a las entidades y empresas colaboradoras su compromiso social, así como el respaldo para seguir haciendo crecer cada año una Cursa de les Dones no competitiva que ya en su séptimo año ha aumentado la participación pasando de 400 el primer año a las más de un millar en esta edición.

La presidenta de la Fundación Le Cadó, Elvira Monferrer, ha mostrado su satisfacción por la “masiva participación” y ha destacado la “extraordinaria implicación de la sociedad burrianense”, que ha demostrado una vez más ser “generosa y solidaria con esta iniciativa” en la que colaboran de forma “muy proactiva”.

Las personas participantes que han completado la marcha hasta llegar a la línea de meta situada junto a la Piscina Municipal han podido disfrutar de los alimentos y refrigerios, y del reparto de los diferentes productos ofrecidos por las marcas colaboradoras en el evento.

Así, con las emblemáticas camisetas de color de rosa diseñadas por el burrianense Vicent Guerola, y la alegría de las más de mil mujeres y muchos hombres que se han dado cita en la Cursa de la Dona, se ha cerrado una nueva y multitudinaria edición que, muestra la fuerza y las ganas de las mujeres de nuestra ciudad por ser protagonistas de eventos sociales, como en este caso que une deporte y solidaridad.

tratamiento endocrino

Científicos de Granada demuestran el importante papel de la terapia endocrina en el tratamiento del cáncer de mama

El grupo de investigación de Oncología Traslacional e Integrativa del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.GRANADA), liderado por Isabel Blancas López-Barajas y Sergio Granados, ha colaborado en la realización de un ensayo clínico internacional que ha demostrado que la terapia endocrina, combinada con un fármaco, utilizado en el cáncer de mama llamado Abemaciclib, supone un tratamiento de mayor seguridad y mejores resultados percibidos por las pacientes en el tratamiento del cáncer de mama de alto riesgo en sus etapas iniciales.

El cáncer de mama de alto riesgo con receptores de estrógenos positivos y Her-2 negativo, puede venir definido por distintos factores como estadios de presentación más avanzados, índices de proliferación celular más altos o altos grados de diferenciación celular.

Este estudio internacional llamado MonarchE en el que participan investigadores del ibs.GRANADA, el Hospital Universitario Clínico San Cecilio y la Universidad de Granada, es un ensayo clínico en fase 3 en el que han participado casi seis mil pacientes de diferentes países. En este estudio se ha realizado un seguimiento de 27 meses comparando pacientes con terapia hormonal con y sin Abemaciclib, con el objetivo de observar los efectos adversos de ambas líneas de tratamiento.

Este estudio internacional llamado MonarchE en el que participan investigadores del ibs.GRANADA, el Hospital Universitario Clínico San Cecilio y la Universidad de Granada, es un ensayo clínico en fase 3 en el que han participado casi seis mil pacientes de diferentes países. En este estudio se ha realizado un seguimiento de 27 meses comparando pacientes con terapia hormonal con y sin Abemaciclib, con el objetivo de observar los efectos adversos de ambas líneas de tratamiento.

Este estudio internacional llamado MonarchE en el que participan investigadores del ibs.GRANADA, el Hospital Universitario Clínico San Cecilio y la Universidad de Granada, es un ensayo clínico en fase 3 en el que han participado casi seis mil pacientes de diferentes países. En este estudio se ha realizado un seguimiento de 27 meses comparando pacientes con terapia hormonal con y sin Abemaciclib, con el objetivo de observar los efectos adversos de ambas líneas de tratamiento.

Este estudio internacional llamado MonarchE en el que participan investigadores del ibs.GRANADA, el Hospital Universitario Clínico San Cecilio y la Universidad de Granada, es un ensayo clínico en fase 3 en el que han participado casi seis mil pacientes de diferentes países. En este estudio se ha realizado un seguimiento de 27 meses comparando pacientes con terapia hormonal con y sin Abemaciclib, con el objetivo de observar los efectos adversos de ambas líneas de tratamiento.

En estudios previos ya se demostró en pacientes con cáncer de mama de alto riesgo con receptores de estrógenos positivos y Her-2 negativo, una mejora clínicamente significativa en la supervivencia libre de enfermedad invasiva con el tratamiento combinado de Abemaciclib con terapia hormonal, pero no se reportaba exhaustivamente la valoración de los tratamientos y de los resultados por cada participante en el estudio.

Además, este análisis ha contribuido a establecer con más precisión la seguridad del uso de Abemaciclib adyuvante a partir de los datos proporcionados por casi seis mil pacientes de ensayo, que recibieron al menos una dosis del tratamiento en estudio. Para ello, se analizó la incidencia de efectos adversos, su manejo clínico y el desenlace de los mismos, así como la calidad de vida percibida por las pacientes, teniendo en cuenta los síntomas experimentados y otras variables como el peso que tuvieron en su vida estos efectos adversos.

Una de las conclusiones más relevantes de este estudio, donde han participado investigadores del ibs.GRANADA, es que en pacientes con cáncer de mama de alto riesgo en su etapa inicial, con receptores de estrógenos positivos y Her-2 negativo, el tratamiento adyuvante combinando abemaciclib y terapia hormonal tiene un perfil de seguridad aceptable y buena tolerancia. Los resultados obtenidos muestran que combinar abemaciclib con la terapia endocrina, a pesar de que puede producir un aumento en la incidencia de efectos adversos, no implica que las pacientes sufran más complicaciones clínicas.

Todo esto, además, está apoyado por los resultados donde se evaluaba la percepción subjetiva del paciente que se manifiesta en todos los grupos de edad. A pesar de que los efectos adversos de este tratamiento, fueron mayores en el grupo que recibió el abemaciclib, se trató generalmente de problemas que solo se detectaron en las analíticas sanguíneas y que carecían de significancia clínica (como la elevación de las transaminasas o la neutropenia), que se pudieron revertir y gestionar utilizando medicación, reduciendo la dosis de abemaciclib o deteniendo temporalmente la administración del tratamiento.

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anticonceptivos hormonales

Estudio indica que los anticonceptivos hormonales aumentarían el riesgo de cáncer de mama

Todos los anticonceptivos hormonales conllevan un riesgo ligeramente mayor de cáncer de mama, incluidos los que contienen solo progestágeno, cada vez más utilizados, según un estudio publicado este martes 21 de marzo.

Los investigadores que llevaron a cabo el estudio enfatizaron que el mayor riesgo de cáncer de mama debe sopesarse frente a los beneficios de los anticonceptivos hormonales, incluida la protección que brindan contra otras formas de cáncer femenino.

El aumento del riesgo de cáncer de mama ya era bien conocido para los métodos anticonceptivos que combinan progestágeno y estrógeno. Pero aunque el uso de anticonceptivos que contienen sólo progestágeno ha ido en aumento desde hace más de una década, hasta ahora pocas investigaciones se centraron en su efecto específico en el riesgo de cáncer de mama.

El nuevo estudio, publicado en la revista PLOS Medicine, encontró que el riesgo de que una mujer desarrollara cáncer de mama era aproximadamente el mismo para los anticonceptivos hormonales que tenían estrógeno y progestágeno que para los que solo tenían progestágeno.

De acuerdo con esta investigación, las mujeres que usan anticonceptivos hormonales tienen un riesgo aumentado de alrededor del 20 % al 30 % de desarrollar cáncer de mama, independientemente del modo en que los usan (píldora, DIU, implante o inyección), o la fórmula utilizada (estrógeno-progestágeno o progestágeno solo). Los hallazgos son similares a los publicados anteriormente, incluso en un vasto estudio de 1996.

Teniendo en cuenta que la probabilidad de cáncer de mama aumenta con la edad, los autores del estudio calcularon cuánto exceso de riesgo absoluto está asociado a los anticonceptivos hormonales. Para las mujeres que tomaron anticonceptivos hormonales durante un período de cinco años entre los 16 y los 20 años, representó ocho casos de cáncer de mama por cada 100.000. Entre 35 y 39 años fue de 265 casos cada 100.000, dijeron.

Riesgo transitorio

“Nadie quiere escuchar que algo que está tomando aumentará su riesgo de cáncer de mama”, dijo Gillian Reeves, profesora de la Universidad de Oxford y coautora del estudio. Pero “de lo que estamos hablando aquí es de un aumento muy pequeño en el riesgo absoluto”, subrayó durante una rueda de prensa.

Y agregó: “Estos aumentos en el riesgo de cáncer de mama, por supuesto, deben verse en el contexto de lo que sabemos sobre los muchos beneficios de tomar anticonceptivos hormonales”.

“No solo en términos de control de la natalidad, sino también porque sabemos que los anticonceptivos orales en realidad brindan una protección sustancial y a largo plazo contra otros cánceres femeninos, como el cáncer de ovario y el cáncer de endometrio”, dijo.

El estudio también confirmó, como otros, que el riesgo de cáncer de mama disminuye en los años posteriores a que una mujer deja de usar anticonceptivos hormonales.

Stephen Duffy, profesor de la Universidad Queen Mary de Londres que no participó en el estudio, describió los hallazgos como “tranquilizadores porque el efecto es modesto”.

El estudio involucró datos de casi 10.000 mujeres menores de 50 años que desarrollaron cáncer de mama entre 1996 y 2017 en el Reino Unido, donde el uso de anticonceptivos que sólo contienen progestágeno está tan extendido como el uso del método combinado.

Los anticonceptivos solo de progestágeno se recomiendan para mujeres en período de lactancia, que pueden tener riesgo de problemas cardiovasculares o fumadoras mayores de 35 años.

Entre los “múltiples factores” que explican el aumento de su uso, puede ser que “las mujeres ahora toman anticonceptivos más tarde” en sus vidas, y por lo tanto presentan más de estas condiciones de forma natural, señaló Reeves.

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cáncer de mama metastásico

Descubren cómo desactivar la ‘bomba de relojería’ del cáncer de mama metastásico

A pesar de que un cáncer de mama se haya curado, algunas de sus células que se han propagado a los pulmones pueden «despertar« después de años de sueño, formando tumores secundarios en su gran mayoría incurables. Ahora, un grupo de investigadores han desvelado por qué.

La investigación, que se publica en «Nature Cancer», revela el mecanismo que desencadena esta ‘bomba de relojería’ del cáncer de mama y, además, sugiere una estrategia para desactivarla.

«Este emocionante descubrimiento nos acerca un paso más a la comprensión de cómo podemos ralentizar o detener el desarrollo del cáncer de mama secundario ER+ en el pulmón. Tiene el potencial de beneficiar a miles de mujeres que viven con esta ‘bomba de relojería‘ en el futuro, asegurando que menos pacientes reciban las devastadoras noticias que la enfermedad se ha propagado», subraya Simon Vincent, director de investigación de Breast Cancer Now.

investigación cáncer de mama

España se sitúa a la cabeza de la investigación contra el cáncer, con 2.200 ensayos en curso

El cáncer es la segunda causa de muerte en España. En torno a 700 personas reciben, cada día, el mazazo de que tienen algún tipo de tumor. Y la enfermedad provoca unas 300 muertes diarias. Pero, afortunadamente, la mortalidad ha experimentado un fuerte descenso debido a las campañas de diagnóstico precoz y a los importantes avances terapéuticos, donde España puede apuntarse un tanto. Es uno de los países líderes con más ensayos contra esta enfermedad tan impactante y prevalente, y el segundo, solo por detrás de EEUU, elegido por las farmacéuticas para promover dichos estudios, según los datos de Farmaindustria.

El Registro Español de Estudios Clínicos (RECC), que coordina la Agencia de Medicamentos, indica que ya son más de 2.200 los ensayos clínicos que prueban nuevos medicamentos contra el cáncer (en concreto 2.278; la mayoría en fase de inicio, reclutamiento o análisis de datos, y 900 ya finalizados). Además, la oncología es el área con más estudios, muy por delante del sistema nervioso o las patologías inmunitarias, que son los siguientes campos con más experimentos.

“Cada vez hay más investigación y con estudios más complejos“, destaca Javier Cortés, director del International Breast Cancer Center (IBCC). “La investigación contra el cáncer ha despuntado en los últimos 10 años porque es una enfermedad muy prevalente, es la verdadera pandemia”, corrobora Aleix Prat, jefe de Oncología del Hospital Clínic y directivo de la Asociación española de investigación contra el cáncer (Aseica). Prat asegura que España es un país “referente” en la búsqueda de nuevas terapias porque “la cultura favorece la participación de los pacientes y de los hospitales y no hay muchas trabas burocráticas”.

Las facilidades se deben a que España fue el primer país de la UE en adoptar la nueva normativa sobre ensayos, en 2015, lo que ha supuesto la “simplificación y armonización de los procedimientos; la reducción de los tiempos; un incremento de los ensayos en las fases tempranas, que son los que requieren de un mayor nivel de complejidad, y un mayor compromiso con la investigación en enfermedades raras y en pediatría”, según destaca Farmaindustria.

PARTE DE LA CURACIÓN

Y la participación de los pacientes es clave. Al igual que en España la mayoría de la población ha acudido a vacunarse contra el covid, convencida de que la ciencia era la respuesta a la pandemia, también es mayoritario el número de enfermos que dicen ‘sí’ a participar en los ensayos. Todo ello unido al impulso de los investigadores: el resultado es que los estudios clínicos, sobre todo en los hospitales más grandes, forman parte de la estrategia terapéutica y se ofrecen en las mismas unidades oncológicas, no en servicios especiales.

Hay cinco estrategias terapéuticas frente al cáncer, además de la tradicional cirugía. En primer lugar están la quimioterapia y la radioterapia, los tratamientos más conocidos y extendidos. Pero también se ha abierto paso la inmunoterapia, la hormonoterapia o los tratamientos dirigidos. “Y todo ello es ya tratamiento convencional [dado que muchas de las terapias están ya aprobadas e incorporadas a la cartera de servicios] o investigación”, según explica el director del IBCC (en el Centro Médico Teknon).

Hay ensayos dirigidos a curar o alargar la vida de los pacientes, pero también a reducir los duros efectos secundarios de la quimio y la radioterapia, como por ejemplo, la caída del cabello. La mayoría están destinados a pacientes en fases más avanzadas de la enfermedad, porque es donde existe una necesidad mayor, cuando el resto de terapias están fracasando, pero también hay investigación en los tumores primarios.

LA MEJOR ALTERNATIVA

En este contexto, los pacientes no deberían sentirse “como conejillos de indias”, remarca el doctor Cortés, porque en ocasiones, la participación en un ensayo es la “mejor alternativa terapéutica”; teniendo en cuenta que algunos fármacos experimentales están dando muy buenos resultados. Además, España tarda más de un año en incorporar a la cartera de servicios las terapias que tienen éxito y son autorizadas por la UE. Un retraso provoca que, en ocasiones, la única forma de acceder a los tratamientos más punteros sea formando parte de una investigación.

La participación para el paciente, en la mayoría de los casos, es gratuita. Los laboratorios se hacen cargo de pagar los medicamentos, las pruebas, las consultas o los desplazamientos. Por ello, el director del IBCC -experto número 1 del mundo en cáncer de mama HER2+- es un firme convencido de que hay que ofrecer a los pacientes el ensayo que más se ajuste a su enfermedad y sus características, aunque el estudio no esté disponible en el hospital donde están siendo atendidos.

LOS FALLOS

La colaboración entre hospitales y la derivación de pacientes es cada vez más frecuente, pero el doctor Cortés reconoce que aún “falta muchísimo” y sigue habiendo “filias y fobias entre investigadores y entre centros, una barrera a romper”. El doctor Prat corrobora que “derivar a pacientes” a otros hospitales “no es fácil”, sobre todo a otras autonomías. Y que aunque hay pacientes que consiguen formar parte de ensayos en otras comunidades o centros, no todos pueden porque se requieren muchos desplazamientos, a veces incompatibles con la enfermedad o la vida familiar o laboral.

No hay datos oficiales de cuántos ensayos fallan. En las primeras fases de la investigación, solo suelen pasar el filtro tres de cada diez, según la experiencia del jefe de Oncología del Clínic. Pero esto no suele suponer un empeoramiento para los pacientes que participan, dado que primero las terapias se prueban en laboratorio, en animales, y que ya apenas hay ensayos donde los participantes reciban solo placebo. Lo más habitual es que sean tratados con las terapias estándar y, además, con las experimentales.

“Hay estudios que no cumplen las expectativas, sobre todo en fases I, pero que sean en detrimento del paciente es poco probable”, corrobora Javier Cortés.

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cáncer de mama

Un nuevo método permite diagnosticar cáncer de mama con una gota de sangre

Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y Plataforma en Nanomedicina (IBIMA Plataforma BIONAND) han desarrollado una nueva metodología para la detección temprana del cáncer de mama a través de una sola muestra de sangre.

Este nuevo método no invasivo consiste en el análisis del ADN mediante secuenciación masiva, lo que permite la detección de presencia del ADN liberado por las células tumorales a la sangre.

El proyecto ha sido liderado por el investigador Iñaki Comino-Méndez y coordinado por Emilio Alba, jefe de servicio de la Unidad de Gestión Clínica Oncología Intercentros de los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria.

Iñaki Comino-Méndez explica que empleando esta nueva tecnología se han analizado muestras de sangre, de forma previa a cualquier intervención médica, de 75 pacientes que presentaron mamografías con indicios de padecer cáncer de mama.

Los resultados ponen de manifiesto que “el hecho de presentar una mutación tumoral detectable en sangre significa que esa mujer tiene un 86 % de probabilidad de tener un tumor de mama”, según Comino-Méndez.

La información de una biopsia

Este tipo de metodología para el diagnóstico tiene múltiples ventajas, como, por ejemplo, permitir la obtención de una mayor información acerca del cáncer que mediante una biopsia convencional de una sola parte del tumor de la mama.

El investigador destaca que “se trata de una herramienta muy potente para la detección de tumores en individuos asintomáticos y clave en la elección de la terapia más adecuada a cada paciente”.

Además, añade, “será muy importante para los pacientes gracias a su capacidad de detección precoz de la enfermedad y su consecuente tratamiento temprano”.

El cáncer de mama es el más frecuente en mujeres en todo el mundo. Las mamografías permiten llevar a cabo programas de detección precoz, y solamente cuando se detectan imágenes anómalas se realiza la biopsia de mama.

Este nuevo método de diagnóstico, denominado biopsia líquida, supone una alternativa a los métodos actuales, de menor riesgo y más eficaz para las pacientes, destacan los responsables del proyecto, que son miembros del Centro de Investigación Biomédica en Red en Cáncer (CIBERONC), perteneciente al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

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gemelas digitales cáncer de mama

Las ‘gemelas digitales’ de mujeres con cáncer permitirán hacer una asignación “mucho más exacta” de los tratamientos

El cáncer de mama es el más común en las mujeres en España, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), que calcula que en 2022 se diagnosticó a 34.750 mujeres, casi 1.400 más que en 2021. Cuando se trata de tumores, “no hay dos pacientes iguales”, dice Miguel Ángel Quintela, jefe de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Mama del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). El investigador es uno de los líderes de un proyecto para desarrollar gemelas digitales de pacientes con estas patologías en fase avanzada (con metástasis) para averiguar qué trayectoria seguirá cada persona una vez diagnosticada y qué terapia es la más adecuada para cada caso.

La diferencia entre las pacientes no se debe solo a que cada tumor es único; también hay que tener en cuenta las circunstancias y particularidades de cada persona, que pueden afectar al tratamiento, explica Quintela. También influyen factores como los hábitos de vida y la alimentación, que pueden afectar al ritmo de crecimiento del tumor y hacer el sistema inmune “más activo o más perezoso”, incluso las emociones, amplía el científico.

Para el experto, este proyecto supone un nuevo paso en la medicina de precisión porque hasta ahora no se había recabado toda esa información para investigar la enfermedad. “Hemos visto que con la genómica solo somos capaces de explicar un porcentaje de esta variabilidad”, afirma, y asegura que únicamente con las muestras de sangre y la historia clínica no se captura “el universo del paciente”, que es uno de los objetivos de esta investigación.

El primer paso de este nuevo proyecto ha consistido en un ensayo con nueve mujeres que se ha realizado en el Hospital de Fuenlabrada durante un año, según detalla el investigador. Ahora, la idea es aplicar el estudio reclutando en los próximos meses a 300 mujeres con cáncer de mama en estado avanzado. Desde el primer día, y en los próximos tres años, las mujeres llevarán pulseras que registrarán el pulso y el oxígeno en sangre las 24 horas, las horas de sueño y su calidad, y la actividad física que realicen. También instalarán en sus teléfonos móviles una aplicación que, además de capturar todos estos datos, utilizará el GPS para saber cómo y cuánto se mueven fuera de casa, y enviará una encuesta mensual a cada paciente sobre su calidad de vida, el estado de ánimo o el tipo de dieta que está siguiendo.

“Si tenemos objetivados estos datos en escalas, podremos ver realmente qué papel tiene cada uno de estos factores en que una paciente responda o no”, razona Sònia Pernas, responsable de la Unidad de Cáncer de Mama del Instituto Catalán de Oncología (ICO), que colabora en la investigación. Además, esta herramienta permite que las mujeres registren todas las veces que quieran la emoción que sienten en cada momento y monitoriza parte de sus movimientos en redes sociales.

Quintela sostiene que capturar la actividad de la paciente en su tiempo libre puede permitirles saber cómo es y cómo está para poder anticipar la trayectoria que seguirá. “Son esferas a las que nunca habíamos accedido como médicos, y sabemos que importa, pero no era factible monitorizarlas”, expone.

Los equipos implicados en el proyecto aspiran a que cada paciente reciba su alternativa terapéutica. Una vez que dispongan de toda la información, los expertos desarrollarán, a través de la inteligencia artificial, esas copias digitales de las pacientes, tantas como sean necesarias, y en cada una cambiarán una variable para poder analizar cuál ofrece los mejores resultados. El investigador del CNIO afirma que este proyecto puede mejorar de una manera “auténticamente personalizada” la trayectoria de enfermedad: “Vamos a poder hacer una asignación personalizada mucho más exacta, más real que lo que hacemos ahora”.

Sònia Pernas, del ICO, argumenta que el estudio se realiza en mujeres con estas dolencias en una fase avanzada porque de esta forma se obtienen los resultados más rápido, aunque la oncóloga no descarta que en un futuro se pueda aplicar también a personas con otros tipos de tumores menos frecuentes. Disponen de tres años para desarrollar la investigación y “en tumores tempranos, [los resultados] tardarían años o décadas y no es realista hacerlo, al menos de momento”, amplía Quintela.

Los tumores avanzados son la asignatura pendiente de la investigación, cuenta Ruth Rodríguez, investigadora Ramón y Cajal en la Universidad de Barcelona, que no está involucrada en el proyecto liderado por el CNIO. “Todavía los tenemos que entender, para poder atacarlos específicamente”, asegura. La científica, que también trabaja en el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, considera que, si este proyecto funciona, puede suponer “un cambio muy importante en el conocimiento que tenemos de la enfermedad y en cómo tratamos a las afectadas”.

En el proyecto, además del CNIO, también trabajan dos universidades y nueve hospitales españoles. El reclutamiento de voluntarias ya ha empezado en el Hospital de Fuenlabrada y en el Hospital de La Princesa, ambos de la Comunidad de Madrid. En los ocho restantes comenzará de forma sucesiva en las próximas semanas, cuenta Quintela, que calcula que en marzo estarán todos funcionando a pleno rendimiento. Por ahora, los resultados del proyecto piloto han sido muy positivos: “Las muestras están en buen estado y las pacientes han sido muy colaborativas”, concluye.

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ejercicio físico cáncer de mama

Programa ReCO en cáncer de mama: ejercicio físico y socialización, más allá del tratamiento curativo

El programa multidisciplinar de rehabilitación cardio-oncológica del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, pionero en España, incorpora el ejercicio físico a la práctica clínica diaria del cuidado de pacientes con cáncer de mama. Los resultados ya se han contrastado.

A María Jesús la vida se le puso al revés cuando le diagnosticaron cáncer de mama. “Yo vivía en una película; me sacaron y me pusieron en otra. Dejé de ser yo”, afirma.

Lo “traumático” del diagnóstico, la baja laboral, la pérdida de ingresos, el aumento de gastos, el regreso a casa de sus padres… A sus 47 años, todo a su alrededor se desmoronó. “A mí se me paró todo”.

Lo cuenta sobre una bicicleta estática reclinada en una sala de rehabilitación del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela (CHUS). A su lado, Marta, Adriana, Sabina, Inés y Miriam hacen ejercicio sobre cintas de correr, bicicletas y otro tipo de máquinas de cardio. Todas con el mismo diagnóstico, en pleno tratamiento de quimioterapia y con una complicidad que ayuda a que ese “se me paró todo” de María Jesús se pronuncie en pasado.

Todo ha vuelto a ponerse en movimiento desde que entró en el programa ‘ReCO’ de rehabilitación cardio-oncológica del CHUS, el primero con estas características que se pone en marcha en un hospital público en España.

Dos tardes a la semana, acuden a esta sala de rehabilitación y Juan Manuel Henríquez Jurado, Juanma, fisioterapeuta del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela, dirige durante una hora un programa de ejercicio físico supervisado e individualizado, cuyos resultados se dejan ver ya desde la primera sesión. Entrenan movilidad, equilibrio, fuerza y capacidad cardiorrespiratoria; mejoran la condición fisica y la supervivencia; atenúan los efectos secundarios del tratamiento y, en general, hace que se sientan mejor a nivel global.

María Jesús lleva un mes. Ha vuelto a hacer ejercicio después de la extracción quirúrgica de los ganglios linfáticos axilares. Ha logrado recuperar la movilidad del brazo, se está empezando a poner en forma y la reconstituye. “Cuesta venir un poco, pero, una vez que lo haces, te sientes de maravilla; sales como nueva”. Y no solo a nivel físico. “Socializas y ves que la gente tiene una vida normal y que no se para todo”. Gracias al grupo, se ha dado cuenta de que la vida se le había detenido por las “limitaciones mentales” que se había autoimpuesto. Le está “ayudando a intentar hacer vida lo más normal posible”.

Durante una hora cada lunes y miércoles, se olvidan del exterior, bromean, se ríen, se consuelan y reciben un chute de energía que les sirve de terapia física y emocional. Y confirman por qué la atención integral y multidisciplinar en el tratamiento del cáncer es una reivindicación recurrente de la Asociación Española contra el Cáncer.

Bibiana Villamayor Blanco, médico adjunto del Servicio de Rehabilitación del CHUS desde 2008 y miembro de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca de este hospital desde su inicio en 2015, destaca que el programa multidisciplinar es fruto de la colaboración de tres servicios: oncología, cardiología y rehabilitación. Todos son imprescindibles para que el engranaje funcione y asegura que es posible gracias a que “se junta mucha gente con muchas ganas”. La implicación de todo el equipo es absoluta.

En 2018 fue cuando comenzó todo. Lo hizo como un proyecto de investigación clínica y, analizados los resultados, se decidió poner en marcha un programa piloto en septiembre de 2021. En noviembre, recibió un premio de la Axencia Galega de Coñecemento en Saúde (ACIS) y en menos de año y medio ha atendido a 150 pacientes con cáncer de mama.La más joven tenía 28 años; la mayor, 71; y la doctora Villamayor asegura que “en todas ellas se objetiva una mejoría en su calidad física y en su calidad de vida”.

ITINERARIO

Participan en el programa todas las pacientes del área sanitaria de Santiago a las que su oncólogo recomienda ciertos tratamientos quimioterápicos que producen cardiotoxicidad. Automáticamente, el servicio de oncología deriva a la pacientes a cardiología y, de ahí, a rehabilitación. Y en cuanto empieza con el tratamiento, se pone ya en manos de Juanma, que incorpora la evidencia científica de los beneficios del ejercicio físico a la práctica clínica diaria del cuidado del paciente con cáncer.

Confirma todas sus ventajas. “Aumentamos la calidad de vida por una mejora de la capacidad funcional; que sean capaces de enfrentarse a la vida diaria de una mejor manera. Reducimos la fatiga asociada al tratamiento cardio-oncológico. Luchamos contra el avance tumoral. Y quizás lo más importante se produce a nivel psicológico, le damos un soporte social”.

Es un reto asistencial de primera magnitud que realizan en grupos de seis a ocho personas, tres grupos distintos cada tarde, y que ya ha demostrado que minimiza los efectos secundarios de la quimioterapia, mejora la capacidad funcional de los pacientes y evita el deterioro de la función cardíaca.

“Están con un grupo de personas en su misma situación y eso aporta mucho más de lo que esperábamos en el estado de ánimo”, explica la doctora Villamayor. No solo “consigue que la quimio tenga menos complicaciones”, sino que supone un tratamiento integral y, para esta especialista rehabilitadora, “es clave que no tenga que ser solo un tratamiento curativo”, sino abarcar disciplinas como el apoyo psicológico y nutricional.

A Marta ya solo le quedan dos sesiones y estos tres meses han sido “una renovación”. Cuando llegó, llevaba tiempo sin hacer deporte y acababa de empezar la quimioterapia, así que las sesiones la dejaban “agotada”, pero siempre con ganas de volver. “Lo que aporta es el grupo social. Estar aquí compartiendo todas”, cuenta esta mujer de 47 años. “Ves que lo que te pasa a ti no es una cosa nueva; que estamos todas más o menos igual. Bromeamos, nos reímos…”.

Y se entienden las unas a las otras, “porque tu familia no sabe muy bien lo que te pasa o cómo te encuentras, pero vienes aquí y estamos del mismo palo”. Se siente muy apoyada y le ha servido para enterarse de que “es normal que te duela el estómago, que te salgan marcas en los dedos o granos en la cara” y muchos otros detalles que “solo sabe otra persona que pasó por eso”. Y cuando llegan de bajón, se entienden las unas a las otras.

Un mes lleva Miriam y ya ha podido confirmar esta ayuda mutua. “Más o menos todas estamos en la misma situación y esto es lo que más te anima a venir”. Añade que también es “un incentivo” para “ese día que te encuentras medio mal” y el compromiso de participar en el programa “te ayuda a levantarte” y a “ver que no estás sola en esto”.

Así, “aunque en tu casa, tu gente te apoye, es una forma de encontrarte con tus mismos síntomas, tus mismas inquietudes, dudas…” A diferencia de María Jesús, a ella la vida no se le paró con el diagnóstico. Le dio un susto, pero “me ha cambiado para mejor, me ha hecho parar”, dice. Con un niño de dos años, al que apenas veía, y una vida “muy estresante en la que no tenía un minuto casi para ir al aseo”, ahora se ha detenido y se ha dicho a sí misma: “Lo primero soy yo”.

Ahora se nota “más fuerte, con más ganas de vivir, de hacer más cosas”, aunque hay días que la el tratamiento para la enfermedad no se lo permite. Y reconoce que “para mí fue un cambio positivo; parece mentira lo que te estoy diciendo, pero es cierto”.

El programa incorpora actividades complementarias. Sesiones de “píldoras educativas” en las que especialistas en psicología clínica, nutrición, fisioterapia, cardiología, oncología o rehabilitación les dan formación con una vocación práctica. Un grupo de psicoterapia con un especialista en psicología clínica. Y, una vez que termina la rehabilitación, un grupo de marcha nórdica.

Pilar es una paciente de 63 años que se encuentra en esta fase de marcha nórdica. Tras terminar en octubre el programa de rehabilitación, comenzó con estas sesiones. Lo mejor para ella: “Que comentamos los problemas unas con otras; eso parece que no, pero siempre es un apoyo”.

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diagnóstico precoz cáncer de mama

El diagnóstico precoz, fundamental frente al cáncer de mama

El diagnóstico precoz ha sido uno de los grandes avances para conseguir una mayor curación en nuestros pacientes. En el caso del cáncer de mama, que sufrirá una de cada ocho españolas a lo largo de su vida, el screening de cáncer de mama, a través de la mamografía, ha conseguido diagnosticar esta enfermedad en sus etapas más iniciales, consiguiendo con ello una mayor tasa de curaciones. Y es que no lo olvidemos: las mamografías salvan vidas.

A día de hoy, el cáncer de mama es el tumor más frecuente en la mujer, tanto en España como en el mundo, y a su vez es la cuarta causa de muerte por cáncer. Se trata de una enfermedad causada por mutaciones a nivel celular que alteran el control de la proliferación y muerte de las mismas. En España, se diagnostican unos 30.000 casos al año. Además, el 30% de los cánceres que se diagnostican en la mujer a lo largo de un año corresponden a cánceres de mama.

La prevalencia (casos totales) se está incrementando debido al aumento de incidencia y a la mejora del tratamiento, siendo actualmente el 36% de todos los cánceres. La mayoría de los casos se diagnostican entre los 35 y los 80 años, con un máximo entre los 45 y los 65. La mayor parte de los casos ocurre en mujeres de más de 50 años (alrededor del 70%), aunque hay un incremento de los casos en pacientes jóvenes. En el caso de los hombres es raro y supone en torno al 1% de los casos.

No obstante, hay que insistir en que gracias a los avances en el diagnóstico precoz, a las nuevas terapias individualizadas en los distintos tipos de cáncer de mama y a los continuos avances, la supervivencia de las pacientes ha ido aumentando progresivamente. De hecho, en la última década, la supervivencia a los 5 años de las pacientes con cáncer de mama ha pasado de un 75% a casi un 87%.

A su vez, el futuro en el tratamiento del cáncer de mama es muy prometedor, ya que con  los avances que están surgiendo en los últimos años se está consiguiendo que las pacientes vivan más y mejor, cada vez se individualice más el tratamiento, consiguiendo con ello que la enfermedad no progrese y que las pacientes tengan una buena calidad de vida. De hecho, estoy convencido de que en un futuro no muy lejano el cáncer de mama avanzado se convertirá en una enfermedad crónica, como puede ser la hipertensión arterial o la diabetes.

Tipos de cáncer de mama y cómo afecta a la paciente

Existen diferentes tipos de cáncer de mama y cada uno de ellos tiene un tratamiento individualizado. Podríamos agruparlos en tres grandes grupos:

  1. Receptores hormonales positivos y HER 2 negativo (Subtipo luminal)
  2. Receptores hormonales positivos, o negativos pero presentan la proteína HER 2 positiva (Subtipo HER 2)
  3. Receptores hormonales y la proteína HER 2 negativo (Subtipo triple negativo)

Sobre cómo afecta este cáncer a nivel físico, social y emocional, desde el local al avanzado, o metastásico, cuando se trata de la enfermedad local, es decir, si el tumor se encuentra en la mama y/o en la zona de la axila, lo que más preocupa a las pacientes es entender hasta qué punto les va a afectar la enfermedad, su pronóstico, y sobre todo si se van a curar.

Otros de los miedos que surgen son las dudas acerca del tratamiento y más concretamente en dos aspectos del mismo: si van a necesitar tratamiento de quimioterapia con los efectos secundarios que ello conlleva, y si van a poder conservar la mama. Desde el primer momento se le intenta trasladar a la paciente seguridad y tranquilidad, que las decisiones se toman desde un equipo multidisciplinar, y que se le va a proponer el tratamiento más efectivo y menos agresivo posible. Cuando se trata de la enfermedad metastásica a la paciente lo que más le importa es vivir el máximo tiempo posible, y con la mayor calidad de vida posible.

Con todo ello, la tecnología juega un papel muy importante en su detección temprana y, con los avances tecnológicos tenemos mamógrafos más sensibles con los que diagnosticamos el tumor en etapas más tempranas, así como aparatos de radioterapia que consiguen tratar en menor tiempo y con menos efectos secundarios; o bien técnicas, como el ganglio centinela, que permiten evitar en un gran número de pacientes el vaciamiento de su axila, disminuyendo así la incidencia de linfedema.

Otra práctica habitual en hospitales como el nuestro es el estudio del transcriptoma, que facilita información personalizada sobre aspectos relevantes para el tratamiento de los tumores como, por ejemplo, resistencia o sensibilidad a quimioterápicos u otro tipo de fármacos antitumorales, lo que nos permite diseñar estrategias terapéuticas específicas con diferentes grados de beneficio clínico para el paciente en hasta en el 70% de los casos estudiados. En el caso de los tumores mamarios, contribuye a disminuir significativamente la futilidad terapéutica y mejora la contribución del tratamiento al aumento de tiempo y calidad de vida de estas pacientes.

Los tres pilares más importantes en el tratamiento del cáncer de mama son la cirugía, la radioterapia y la oncología médica. Es muy importante estudiar cada caso de forma individualizada y darle un tratamiento a la carta. Estas decisiones se toman siempre dentro de los comités multidisciplinares, formados por especialistas que participan en cada uno de los aspectos relacionados con el cáncer, desde cirujanos, radioterapeutas, patólogos, radiólogos, nutricionistas, enfermeros, psicólogos y fisioterapeutas.

Factores de riesgo

A pesar de todo ello, debemos tener claro que en nuestro día a día podemos prevenir el cáncer de mama intentando evitar las causas que lo producen o actuando sobre ellas, en definitiva, intentando modificar los factores de riesgo. Eso sí, tener varios factores de riesgo no significa que se vaya a padecer una enfermedad; y no tenerlos tampoco significa que no se vaya a padecer. Concretamente, existen dos tipos de factores de riesgo:

  • Modificables: Está en nuestra mano actuar sobre ellos, como por ejemplo: perder peso, realizar ejercicio físico, evitar el sedentarismo, tener una dieta sana y equilibrada, y evitar el consumo de alcohol y de tabaco.
  • No modificables: No podemos actuar, como en el caso de aquellas mujeres que presentan alguna alteración genética que pueda tener mayor relación en padecer un cáncer de mama, como por ejemplo las mutaciones en los genes BRCA 1/BRCA2.

Así, las recomendaciones para una mujer sana de cara a reducir el impacto del cáncer de mama en su vida serían las siguientes: mantenerse en su peso ideal, no engordar; hacer ejercicio físico aeróbico frecuente; no beber alcohol y en su defecto cantidades muy moderadas; y a partir de los 45 años hacerse una mamografía anual.

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