investigación cáncer de mama

España se sitúa a la cabeza de la investigación contra el cáncer, con 2.200 ensayos en curso

El cáncer es la segunda causa de muerte en España. En torno a 700 personas reciben, cada día, el mazazo de que tienen algún tipo de tumor. Y la enfermedad provoca unas 300 muertes diarias. Pero, afortunadamente, la mortalidad ha experimentado un fuerte descenso debido a las campañas de diagnóstico precoz y a los importantes avances terapéuticos, donde España puede apuntarse un tanto. Es uno de los países líderes con más ensayos contra esta enfermedad tan impactante y prevalente, y el segundo, solo por detrás de EEUU, elegido por las farmacéuticas para promover dichos estudios, según los datos de Farmaindustria.

El Registro Español de Estudios Clínicos (RECC), que coordina la Agencia de Medicamentos, indica que ya son más de 2.200 los ensayos clínicos que prueban nuevos medicamentos contra el cáncer (en concreto 2.278; la mayoría en fase de inicio, reclutamiento o análisis de datos, y 900 ya finalizados). Además, la oncología es el área con más estudios, muy por delante del sistema nervioso o las patologías inmunitarias, que son los siguientes campos con más experimentos.

“Cada vez hay más investigación y con estudios más complejos“, destaca Javier Cortés, director del International Breast Cancer Center (IBCC). “La investigación contra el cáncer ha despuntado en los últimos 10 años porque es una enfermedad muy prevalente, es la verdadera pandemia”, corrobora Aleix Prat, jefe de Oncología del Hospital Clínic y directivo de la Asociación española de investigación contra el cáncer (Aseica). Prat asegura que España es un país “referente” en la búsqueda de nuevas terapias porque “la cultura favorece la participación de los pacientes y de los hospitales y no hay muchas trabas burocráticas”.

Las facilidades se deben a que España fue el primer país de la UE en adoptar la nueva normativa sobre ensayos, en 2015, lo que ha supuesto la “simplificación y armonización de los procedimientos; la reducción de los tiempos; un incremento de los ensayos en las fases tempranas, que son los que requieren de un mayor nivel de complejidad, y un mayor compromiso con la investigación en enfermedades raras y en pediatría”, según destaca Farmaindustria.

PARTE DE LA CURACIÓN

Y la participación de los pacientes es clave. Al igual que en España la mayoría de la población ha acudido a vacunarse contra el covid, convencida de que la ciencia era la respuesta a la pandemia, también es mayoritario el número de enfermos que dicen ‘sí’ a participar en los ensayos. Todo ello unido al impulso de los investigadores: el resultado es que los estudios clínicos, sobre todo en los hospitales más grandes, forman parte de la estrategia terapéutica y se ofrecen en las mismas unidades oncológicas, no en servicios especiales.

Hay cinco estrategias terapéuticas frente al cáncer, además de la tradicional cirugía. En primer lugar están la quimioterapia y la radioterapia, los tratamientos más conocidos y extendidos. Pero también se ha abierto paso la inmunoterapia, la hormonoterapia o los tratamientos dirigidos. “Y todo ello es ya tratamiento convencional [dado que muchas de las terapias están ya aprobadas e incorporadas a la cartera de servicios] o investigación”, según explica el director del IBCC (en el Centro Médico Teknon).

Hay ensayos dirigidos a curar o alargar la vida de los pacientes, pero también a reducir los duros efectos secundarios de la quimio y la radioterapia, como por ejemplo, la caída del cabello. La mayoría están destinados a pacientes en fases más avanzadas de la enfermedad, porque es donde existe una necesidad mayor, cuando el resto de terapias están fracasando, pero también hay investigación en los tumores primarios.

LA MEJOR ALTERNATIVA

En este contexto, los pacientes no deberían sentirse “como conejillos de indias”, remarca el doctor Cortés, porque en ocasiones, la participación en un ensayo es la “mejor alternativa terapéutica”; teniendo en cuenta que algunos fármacos experimentales están dando muy buenos resultados. Además, España tarda más de un año en incorporar a la cartera de servicios las terapias que tienen éxito y son autorizadas por la UE. Un retraso provoca que, en ocasiones, la única forma de acceder a los tratamientos más punteros sea formando parte de una investigación.

La participación para el paciente, en la mayoría de los casos, es gratuita. Los laboratorios se hacen cargo de pagar los medicamentos, las pruebas, las consultas o los desplazamientos. Por ello, el director del IBCC -experto número 1 del mundo en cáncer de mama HER2+- es un firme convencido de que hay que ofrecer a los pacientes el ensayo que más se ajuste a su enfermedad y sus características, aunque el estudio no esté disponible en el hospital donde están siendo atendidos.

LOS FALLOS

La colaboración entre hospitales y la derivación de pacientes es cada vez más frecuente, pero el doctor Cortés reconoce que aún “falta muchísimo” y sigue habiendo “filias y fobias entre investigadores y entre centros, una barrera a romper”. El doctor Prat corrobora que “derivar a pacientes” a otros hospitales “no es fácil”, sobre todo a otras autonomías. Y que aunque hay pacientes que consiguen formar parte de ensayos en otras comunidades o centros, no todos pueden porque se requieren muchos desplazamientos, a veces incompatibles con la enfermedad o la vida familiar o laboral.

No hay datos oficiales de cuántos ensayos fallan. En las primeras fases de la investigación, solo suelen pasar el filtro tres de cada diez, según la experiencia del jefe de Oncología del Clínic. Pero esto no suele suponer un empeoramiento para los pacientes que participan, dado que primero las terapias se prueban en laboratorio, en animales, y que ya apenas hay ensayos donde los participantes reciban solo placebo. Lo más habitual es que sean tratados con las terapias estándar y, además, con las experimentales.

“Hay estudios que no cumplen las expectativas, sobre todo en fases I, pero que sean en detrimento del paciente es poco probable”, corrobora Javier Cortés.

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cáncer de mama

Un nuevo método permite diagnosticar cáncer de mama con una gota de sangre

Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y Plataforma en Nanomedicina (IBIMA Plataforma BIONAND) han desarrollado una nueva metodología para la detección temprana del cáncer de mama a través de una sola muestra de sangre.

Este nuevo método no invasivo consiste en el análisis del ADN mediante secuenciación masiva, lo que permite la detección de presencia del ADN liberado por las células tumorales a la sangre.

El proyecto ha sido liderado por el investigador Iñaki Comino-Méndez y coordinado por Emilio Alba, jefe de servicio de la Unidad de Gestión Clínica Oncología Intercentros de los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria.

Iñaki Comino-Méndez explica que empleando esta nueva tecnología se han analizado muestras de sangre, de forma previa a cualquier intervención médica, de 75 pacientes que presentaron mamografías con indicios de padecer cáncer de mama.

Los resultados ponen de manifiesto que “el hecho de presentar una mutación tumoral detectable en sangre significa que esa mujer tiene un 86 % de probabilidad de tener un tumor de mama”, según Comino-Méndez.

La información de una biopsia

Este tipo de metodología para el diagnóstico tiene múltiples ventajas, como, por ejemplo, permitir la obtención de una mayor información acerca del cáncer que mediante una biopsia convencional de una sola parte del tumor de la mama.

El investigador destaca que “se trata de una herramienta muy potente para la detección de tumores en individuos asintomáticos y clave en la elección de la terapia más adecuada a cada paciente”.

Además, añade, “será muy importante para los pacientes gracias a su capacidad de detección precoz de la enfermedad y su consecuente tratamiento temprano”.

El cáncer de mama es el más frecuente en mujeres en todo el mundo. Las mamografías permiten llevar a cabo programas de detección precoz, y solamente cuando se detectan imágenes anómalas se realiza la biopsia de mama.

Este nuevo método de diagnóstico, denominado biopsia líquida, supone una alternativa a los métodos actuales, de menor riesgo y más eficaz para las pacientes, destacan los responsables del proyecto, que son miembros del Centro de Investigación Biomédica en Red en Cáncer (CIBERONC), perteneciente al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

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gemelas digitales cáncer de mama

Las ‘gemelas digitales’ de mujeres con cáncer permitirán hacer una asignación “mucho más exacta” de los tratamientos

El cáncer de mama es el más común en las mujeres en España, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), que calcula que en 2022 se diagnosticó a 34.750 mujeres, casi 1.400 más que en 2021. Cuando se trata de tumores, “no hay dos pacientes iguales”, dice Miguel Ángel Quintela, jefe de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Mama del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). El investigador es uno de los líderes de un proyecto para desarrollar gemelas digitales de pacientes con estas patologías en fase avanzada (con metástasis) para averiguar qué trayectoria seguirá cada persona una vez diagnosticada y qué terapia es la más adecuada para cada caso.

La diferencia entre las pacientes no se debe solo a que cada tumor es único; también hay que tener en cuenta las circunstancias y particularidades de cada persona, que pueden afectar al tratamiento, explica Quintela. También influyen factores como los hábitos de vida y la alimentación, que pueden afectar al ritmo de crecimiento del tumor y hacer el sistema inmune “más activo o más perezoso”, incluso las emociones, amplía el científico.

Para el experto, este proyecto supone un nuevo paso en la medicina de precisión porque hasta ahora no se había recabado toda esa información para investigar la enfermedad. “Hemos visto que con la genómica solo somos capaces de explicar un porcentaje de esta variabilidad”, afirma, y asegura que únicamente con las muestras de sangre y la historia clínica no se captura “el universo del paciente”, que es uno de los objetivos de esta investigación.

El primer paso de este nuevo proyecto ha consistido en un ensayo con nueve mujeres que se ha realizado en el Hospital de Fuenlabrada durante un año, según detalla el investigador. Ahora, la idea es aplicar el estudio reclutando en los próximos meses a 300 mujeres con cáncer de mama en estado avanzado. Desde el primer día, y en los próximos tres años, las mujeres llevarán pulseras que registrarán el pulso y el oxígeno en sangre las 24 horas, las horas de sueño y su calidad, y la actividad física que realicen. También instalarán en sus teléfonos móviles una aplicación que, además de capturar todos estos datos, utilizará el GPS para saber cómo y cuánto se mueven fuera de casa, y enviará una encuesta mensual a cada paciente sobre su calidad de vida, el estado de ánimo o el tipo de dieta que está siguiendo.

“Si tenemos objetivados estos datos en escalas, podremos ver realmente qué papel tiene cada uno de estos factores en que una paciente responda o no”, razona Sònia Pernas, responsable de la Unidad de Cáncer de Mama del Instituto Catalán de Oncología (ICO), que colabora en la investigación. Además, esta herramienta permite que las mujeres registren todas las veces que quieran la emoción que sienten en cada momento y monitoriza parte de sus movimientos en redes sociales.

Quintela sostiene que capturar la actividad de la paciente en su tiempo libre puede permitirles saber cómo es y cómo está para poder anticipar la trayectoria que seguirá. “Son esferas a las que nunca habíamos accedido como médicos, y sabemos que importa, pero no era factible monitorizarlas”, expone.

Los equipos implicados en el proyecto aspiran a que cada paciente reciba su alternativa terapéutica. Una vez que dispongan de toda la información, los expertos desarrollarán, a través de la inteligencia artificial, esas copias digitales de las pacientes, tantas como sean necesarias, y en cada una cambiarán una variable para poder analizar cuál ofrece los mejores resultados. El investigador del CNIO afirma que este proyecto puede mejorar de una manera “auténticamente personalizada” la trayectoria de enfermedad: “Vamos a poder hacer una asignación personalizada mucho más exacta, más real que lo que hacemos ahora”.

Sònia Pernas, del ICO, argumenta que el estudio se realiza en mujeres con estas dolencias en una fase avanzada porque de esta forma se obtienen los resultados más rápido, aunque la oncóloga no descarta que en un futuro se pueda aplicar también a personas con otros tipos de tumores menos frecuentes. Disponen de tres años para desarrollar la investigación y “en tumores tempranos, [los resultados] tardarían años o décadas y no es realista hacerlo, al menos de momento”, amplía Quintela.

Los tumores avanzados son la asignatura pendiente de la investigación, cuenta Ruth Rodríguez, investigadora Ramón y Cajal en la Universidad de Barcelona, que no está involucrada en el proyecto liderado por el CNIO. “Todavía los tenemos que entender, para poder atacarlos específicamente”, asegura. La científica, que también trabaja en el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, considera que, si este proyecto funciona, puede suponer “un cambio muy importante en el conocimiento que tenemos de la enfermedad y en cómo tratamos a las afectadas”.

En el proyecto, además del CNIO, también trabajan dos universidades y nueve hospitales españoles. El reclutamiento de voluntarias ya ha empezado en el Hospital de Fuenlabrada y en el Hospital de La Princesa, ambos de la Comunidad de Madrid. En los ocho restantes comenzará de forma sucesiva en las próximas semanas, cuenta Quintela, que calcula que en marzo estarán todos funcionando a pleno rendimiento. Por ahora, los resultados del proyecto piloto han sido muy positivos: “Las muestras están en buen estado y las pacientes han sido muy colaborativas”, concluye.

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ejercicio físico cáncer de mama

Programa ReCO en cáncer de mama: ejercicio físico y socialización, más allá del tratamiento curativo

El programa multidisciplinar de rehabilitación cardio-oncológica del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, pionero en España, incorpora el ejercicio físico a la práctica clínica diaria del cuidado de pacientes con cáncer de mama. Los resultados ya se han contrastado.

A María Jesús la vida se le puso al revés cuando le diagnosticaron cáncer de mama. “Yo vivía en una película; me sacaron y me pusieron en otra. Dejé de ser yo”, afirma.

Lo “traumático” del diagnóstico, la baja laboral, la pérdida de ingresos, el aumento de gastos, el regreso a casa de sus padres… A sus 47 años, todo a su alrededor se desmoronó. “A mí se me paró todo”.

Lo cuenta sobre una bicicleta estática reclinada en una sala de rehabilitación del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela (CHUS). A su lado, Marta, Adriana, Sabina, Inés y Miriam hacen ejercicio sobre cintas de correr, bicicletas y otro tipo de máquinas de cardio. Todas con el mismo diagnóstico, en pleno tratamiento de quimioterapia y con una complicidad que ayuda a que ese “se me paró todo” de María Jesús se pronuncie en pasado.

Todo ha vuelto a ponerse en movimiento desde que entró en el programa ‘ReCO’ de rehabilitación cardio-oncológica del CHUS, el primero con estas características que se pone en marcha en un hospital público en España.

Dos tardes a la semana, acuden a esta sala de rehabilitación y Juan Manuel Henríquez Jurado, Juanma, fisioterapeuta del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela, dirige durante una hora un programa de ejercicio físico supervisado e individualizado, cuyos resultados se dejan ver ya desde la primera sesión. Entrenan movilidad, equilibrio, fuerza y capacidad cardiorrespiratoria; mejoran la condición fisica y la supervivencia; atenúan los efectos secundarios del tratamiento y, en general, hace que se sientan mejor a nivel global.

María Jesús lleva un mes. Ha vuelto a hacer ejercicio después de la extracción quirúrgica de los ganglios linfáticos axilares. Ha logrado recuperar la movilidad del brazo, se está empezando a poner en forma y la reconstituye. “Cuesta venir un poco, pero, una vez que lo haces, te sientes de maravilla; sales como nueva”. Y no solo a nivel físico. “Socializas y ves que la gente tiene una vida normal y que no se para todo”. Gracias al grupo, se ha dado cuenta de que la vida se le había detenido por las “limitaciones mentales” que se había autoimpuesto. Le está “ayudando a intentar hacer vida lo más normal posible”.

Durante una hora cada lunes y miércoles, se olvidan del exterior, bromean, se ríen, se consuelan y reciben un chute de energía que les sirve de terapia física y emocional. Y confirman por qué la atención integral y multidisciplinar en el tratamiento del cáncer es una reivindicación recurrente de la Asociación Española contra el Cáncer.

Bibiana Villamayor Blanco, médico adjunto del Servicio de Rehabilitación del CHUS desde 2008 y miembro de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca de este hospital desde su inicio en 2015, destaca que el programa multidisciplinar es fruto de la colaboración de tres servicios: oncología, cardiología y rehabilitación. Todos son imprescindibles para que el engranaje funcione y asegura que es posible gracias a que “se junta mucha gente con muchas ganas”. La implicación de todo el equipo es absoluta.

En 2018 fue cuando comenzó todo. Lo hizo como un proyecto de investigación clínica y, analizados los resultados, se decidió poner en marcha un programa piloto en septiembre de 2021. En noviembre, recibió un premio de la Axencia Galega de Coñecemento en Saúde (ACIS) y en menos de año y medio ha atendido a 150 pacientes con cáncer de mama.La más joven tenía 28 años; la mayor, 71; y la doctora Villamayor asegura que “en todas ellas se objetiva una mejoría en su calidad física y en su calidad de vida”.

ITINERARIO

Participan en el programa todas las pacientes del área sanitaria de Santiago a las que su oncólogo recomienda ciertos tratamientos quimioterápicos que producen cardiotoxicidad. Automáticamente, el servicio de oncología deriva a la pacientes a cardiología y, de ahí, a rehabilitación. Y en cuanto empieza con el tratamiento, se pone ya en manos de Juanma, que incorpora la evidencia científica de los beneficios del ejercicio físico a la práctica clínica diaria del cuidado del paciente con cáncer.

Confirma todas sus ventajas. “Aumentamos la calidad de vida por una mejora de la capacidad funcional; que sean capaces de enfrentarse a la vida diaria de una mejor manera. Reducimos la fatiga asociada al tratamiento cardio-oncológico. Luchamos contra el avance tumoral. Y quizás lo más importante se produce a nivel psicológico, le damos un soporte social”.

Es un reto asistencial de primera magnitud que realizan en grupos de seis a ocho personas, tres grupos distintos cada tarde, y que ya ha demostrado que minimiza los efectos secundarios de la quimioterapia, mejora la capacidad funcional de los pacientes y evita el deterioro de la función cardíaca.

“Están con un grupo de personas en su misma situación y eso aporta mucho más de lo que esperábamos en el estado de ánimo”, explica la doctora Villamayor. No solo “consigue que la quimio tenga menos complicaciones”, sino que supone un tratamiento integral y, para esta especialista rehabilitadora, “es clave que no tenga que ser solo un tratamiento curativo”, sino abarcar disciplinas como el apoyo psicológico y nutricional.

A Marta ya solo le quedan dos sesiones y estos tres meses han sido “una renovación”. Cuando llegó, llevaba tiempo sin hacer deporte y acababa de empezar la quimioterapia, así que las sesiones la dejaban “agotada”, pero siempre con ganas de volver. “Lo que aporta es el grupo social. Estar aquí compartiendo todas”, cuenta esta mujer de 47 años. “Ves que lo que te pasa a ti no es una cosa nueva; que estamos todas más o menos igual. Bromeamos, nos reímos…”.

Y se entienden las unas a las otras, “porque tu familia no sabe muy bien lo que te pasa o cómo te encuentras, pero vienes aquí y estamos del mismo palo”. Se siente muy apoyada y le ha servido para enterarse de que “es normal que te duela el estómago, que te salgan marcas en los dedos o granos en la cara” y muchos otros detalles que “solo sabe otra persona que pasó por eso”. Y cuando llegan de bajón, se entienden las unas a las otras.

Un mes lleva Miriam y ya ha podido confirmar esta ayuda mutua. “Más o menos todas estamos en la misma situación y esto es lo que más te anima a venir”. Añade que también es “un incentivo” para “ese día que te encuentras medio mal” y el compromiso de participar en el programa “te ayuda a levantarte” y a “ver que no estás sola en esto”.

Así, “aunque en tu casa, tu gente te apoye, es una forma de encontrarte con tus mismos síntomas, tus mismas inquietudes, dudas…” A diferencia de María Jesús, a ella la vida no se le paró con el diagnóstico. Le dio un susto, pero “me ha cambiado para mejor, me ha hecho parar”, dice. Con un niño de dos años, al que apenas veía, y una vida “muy estresante en la que no tenía un minuto casi para ir al aseo”, ahora se ha detenido y se ha dicho a sí misma: “Lo primero soy yo”.

Ahora se nota “más fuerte, con más ganas de vivir, de hacer más cosas”, aunque hay días que la el tratamiento para la enfermedad no se lo permite. Y reconoce que “para mí fue un cambio positivo; parece mentira lo que te estoy diciendo, pero es cierto”.

El programa incorpora actividades complementarias. Sesiones de “píldoras educativas” en las que especialistas en psicología clínica, nutrición, fisioterapia, cardiología, oncología o rehabilitación les dan formación con una vocación práctica. Un grupo de psicoterapia con un especialista en psicología clínica. Y, una vez que termina la rehabilitación, un grupo de marcha nórdica.

Pilar es una paciente de 63 años que se encuentra en esta fase de marcha nórdica. Tras terminar en octubre el programa de rehabilitación, comenzó con estas sesiones. Lo mejor para ella: “Que comentamos los problemas unas con otras; eso parece que no, pero siempre es un apoyo”.

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diagnóstico precoz cáncer de mama

El diagnóstico precoz, fundamental frente al cáncer de mama

El diagnóstico precoz ha sido uno de los grandes avances para conseguir una mayor curación en nuestros pacientes. En el caso del cáncer de mama, que sufrirá una de cada ocho españolas a lo largo de su vida, el screening de cáncer de mama, a través de la mamografía, ha conseguido diagnosticar esta enfermedad en sus etapas más iniciales, consiguiendo con ello una mayor tasa de curaciones. Y es que no lo olvidemos: las mamografías salvan vidas.

A día de hoy, el cáncer de mama es el tumor más frecuente en la mujer, tanto en España como en el mundo, y a su vez es la cuarta causa de muerte por cáncer. Se trata de una enfermedad causada por mutaciones a nivel celular que alteran el control de la proliferación y muerte de las mismas. En España, se diagnostican unos 30.000 casos al año. Además, el 30% de los cánceres que se diagnostican en la mujer a lo largo de un año corresponden a cánceres de mama.

La prevalencia (casos totales) se está incrementando debido al aumento de incidencia y a la mejora del tratamiento, siendo actualmente el 36% de todos los cánceres. La mayoría de los casos se diagnostican entre los 35 y los 80 años, con un máximo entre los 45 y los 65. La mayor parte de los casos ocurre en mujeres de más de 50 años (alrededor del 70%), aunque hay un incremento de los casos en pacientes jóvenes. En el caso de los hombres es raro y supone en torno al 1% de los casos.

No obstante, hay que insistir en que gracias a los avances en el diagnóstico precoz, a las nuevas terapias individualizadas en los distintos tipos de cáncer de mama y a los continuos avances, la supervivencia de las pacientes ha ido aumentando progresivamente. De hecho, en la última década, la supervivencia a los 5 años de las pacientes con cáncer de mama ha pasado de un 75% a casi un 87%.

A su vez, el futuro en el tratamiento del cáncer de mama es muy prometedor, ya que con  los avances que están surgiendo en los últimos años se está consiguiendo que las pacientes vivan más y mejor, cada vez se individualice más el tratamiento, consiguiendo con ello que la enfermedad no progrese y que las pacientes tengan una buena calidad de vida. De hecho, estoy convencido de que en un futuro no muy lejano el cáncer de mama avanzado se convertirá en una enfermedad crónica, como puede ser la hipertensión arterial o la diabetes.

Tipos de cáncer de mama y cómo afecta a la paciente

Existen diferentes tipos de cáncer de mama y cada uno de ellos tiene un tratamiento individualizado. Podríamos agruparlos en tres grandes grupos:

  1. Receptores hormonales positivos y HER 2 negativo (Subtipo luminal)
  2. Receptores hormonales positivos, o negativos pero presentan la proteína HER 2 positiva (Subtipo HER 2)
  3. Receptores hormonales y la proteína HER 2 negativo (Subtipo triple negativo)

Sobre cómo afecta este cáncer a nivel físico, social y emocional, desde el local al avanzado, o metastásico, cuando se trata de la enfermedad local, es decir, si el tumor se encuentra en la mama y/o en la zona de la axila, lo que más preocupa a las pacientes es entender hasta qué punto les va a afectar la enfermedad, su pronóstico, y sobre todo si se van a curar.

Otros de los miedos que surgen son las dudas acerca del tratamiento y más concretamente en dos aspectos del mismo: si van a necesitar tratamiento de quimioterapia con los efectos secundarios que ello conlleva, y si van a poder conservar la mama. Desde el primer momento se le intenta trasladar a la paciente seguridad y tranquilidad, que las decisiones se toman desde un equipo multidisciplinar, y que se le va a proponer el tratamiento más efectivo y menos agresivo posible. Cuando se trata de la enfermedad metastásica a la paciente lo que más le importa es vivir el máximo tiempo posible, y con la mayor calidad de vida posible.

Con todo ello, la tecnología juega un papel muy importante en su detección temprana y, con los avances tecnológicos tenemos mamógrafos más sensibles con los que diagnosticamos el tumor en etapas más tempranas, así como aparatos de radioterapia que consiguen tratar en menor tiempo y con menos efectos secundarios; o bien técnicas, como el ganglio centinela, que permiten evitar en un gran número de pacientes el vaciamiento de su axila, disminuyendo así la incidencia de linfedema.

Otra práctica habitual en hospitales como el nuestro es el estudio del transcriptoma, que facilita información personalizada sobre aspectos relevantes para el tratamiento de los tumores como, por ejemplo, resistencia o sensibilidad a quimioterápicos u otro tipo de fármacos antitumorales, lo que nos permite diseñar estrategias terapéuticas específicas con diferentes grados de beneficio clínico para el paciente en hasta en el 70% de los casos estudiados. En el caso de los tumores mamarios, contribuye a disminuir significativamente la futilidad terapéutica y mejora la contribución del tratamiento al aumento de tiempo y calidad de vida de estas pacientes.

Los tres pilares más importantes en el tratamiento del cáncer de mama son la cirugía, la radioterapia y la oncología médica. Es muy importante estudiar cada caso de forma individualizada y darle un tratamiento a la carta. Estas decisiones se toman siempre dentro de los comités multidisciplinares, formados por especialistas que participan en cada uno de los aspectos relacionados con el cáncer, desde cirujanos, radioterapeutas, patólogos, radiólogos, nutricionistas, enfermeros, psicólogos y fisioterapeutas.

Factores de riesgo

A pesar de todo ello, debemos tener claro que en nuestro día a día podemos prevenir el cáncer de mama intentando evitar las causas que lo producen o actuando sobre ellas, en definitiva, intentando modificar los factores de riesgo. Eso sí, tener varios factores de riesgo no significa que se vaya a padecer una enfermedad; y no tenerlos tampoco significa que no se vaya a padecer. Concretamente, existen dos tipos de factores de riesgo:

  • Modificables: Está en nuestra mano actuar sobre ellos, como por ejemplo: perder peso, realizar ejercicio físico, evitar el sedentarismo, tener una dieta sana y equilibrada, y evitar el consumo de alcohol y de tabaco.
  • No modificables: No podemos actuar, como en el caso de aquellas mujeres que presentan alguna alteración genética que pueda tener mayor relación en padecer un cáncer de mama, como por ejemplo las mutaciones en los genes BRCA 1/BRCA2.

Así, las recomendaciones para una mujer sana de cara a reducir el impacto del cáncer de mama en su vida serían las siguientes: mantenerse en su peso ideal, no engordar; hacer ejercicio físico aeróbico frecuente; no beber alcohol y en su defecto cantidades muy moderadas; y a partir de los 45 años hacerse una mamografía anual.

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cribado de cáncer de mama

El Sergas incorporará a 200.000 gallegas al cribado de cáncer de mama

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, intervino esta mañana en el Parlamento para informar sobre la campaña de vacunación contra el covid y la gripe, y las políticas de prevención impulsadas desde su departamento. En su comparecencia, anunció también que el Sergas reforzará los cribados contra el cáncer incluyendo los de pulmón y próstata. Se suman así a los de mama, colon y cérvix o cuello de útero, el último en incorporarse al sistema público.

La Xunta pondrá en marcha el Plan Inspira Saúde, una estrategia integral contra el consumo de tabaco, que incorpora la detección precoz del cáncer de pulmón con algoritmos y herramientas de inteligencia artificial que localiza a personas con mayor riesgo de padecerlo. A lo largo de este año, se avanzará también en nuevos programas piloto de prevención contra el cáncer de próstata. Galicia participará en este caso en un proyecto europeo para la estratificación del riesgo de padecer estos tumores.

Comesaña recordó que, en el último pleno del 2022, el Parlamento aprobó una proposición no de ley para instar a la Xunta a elaborar un plan gallego de prevención del cáncer de pulmón «no que se empreguen métodos innovadores de detección para facer deste programa unha iniciativa pioneira a nivel estatal». La propuesta del Partido Popular había salido adelante con los votos a favor de PP y PSdeG y la abstención del BNG.

Comesaña aludió a la nueva recomendación europea que sustituye a la del 2003 y que «fixa obxectivos ambiciosos que Galicia está en predisposición de abordar», recordando que la Xunta incrementó en un 70 % la partida de cribados en los Presupostos de este año. También apuntó hacia avances en los cribados de enfermedades congénitas del metabolismo que se detectan a través del Programa de cribaje neonatal de forma que se incorporarán tres nuevas patologías, la atrofia medular espinal, la inmunodeficiencia combinada grave y la hiperplasia suprarrenal congénita. El conselleiro insistió en la importancia de este tipo de pruebas de detección precoz dado su alto impacto en la salud de los gallegos.

En cuanto al programa de detección precoz del cáncer de mama, por ejemplo, se detectaron ya 11.000 casos, lo que equivale a uno al día. Además, siete de cada diez se localizaron en fase precoz. También ofreció datos sobre el de colon, implantado en el 2013 en Ferrol hasta, en seis años, alcanzar el 100 % de invitaciones en el 2019, cinco años antes que el plazo fijado por el Ministerio de Sanidad. Los hospitales gallegos reciben 318 muestras diarias y ejecutan 18,5 colonoscopias de cribado al día, detectándose 1.790 tumores invasivos, la mayoría en estados precoces. El tercer gran programa poblacional de cribado es el de cérvix, que este año llegará a todas las áreas sanitarias -seis años antes del objetivo marcado por el Gobierno central-. Participaron más de 14.000 mujeres de entre 35 y 69 años.

El conselleiro también anunció esta mañana que se ampliará la vacunación contra el herpes zóster a partir de junio, que podrán recibir quienes cumplan 65 y 80 años. Además, se mejorará la administración de la vacuna contra la meningitis en adultos para que cubra hasta 20 serotipos diferentes.

Torrado: «Teñen decidido que o problema sanitario non vai con vostedes»

A pesar de los anuncios de Comesaña, los dos grupos de la oposición llevan varias semanas exigiendo al conselleiro explicaciones sobre el «colapso» de la atención primaria en Galicia y el déficit de profesionales médicos en los puntos de atención continuada (PAC). El portavoz de sanidad del Grupo Socialista, Julio Torrado, le acusó de «deixar abandonada á cidadanía porque teñen decidido que o problema sanitario non vai con vostedes», en medio de la situación «máis crítica» que recuerda en la atención primaria gallega.

El diputado lamentó que Comesaña compareciese para presentar «refritos de plans xa anunciados e incumpridos», y advirtió que el programa de protección y promoción de la salud pública pasó de contar con 75 millones de euros en el 2019 a apenas 15 este año. Además, reprochó a su departamento que renunciase a convocar el 40 % de las plazas mir en Medicina Preventiva e Saúde Pública disponibles.

La portavoz del ramo en el BNG, Montserrat Prado, relacionó el «deterioro» de la sanidad pública gallega con la «precarización» de un Gobierno del PP «falto de receitas». «Xente con cancro e metástase indo a Urxencias ata cinco veces porque non atopan atención, isto é un titular en La Voz de Galicia. Os oncólogos advirten de cancros en continuo aumento», recriminó Prado.

«Xa está ben de negar o que está a ocorrer coa Sanidade. Hai moitísimos galegos e galegas que chegan tarde aos diagnósticos, diagnostícanlle tarde as patoloxías, e iso non o poden tapar», continuó la diputada del Bloque.

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actividad física cáncer de mama

Un mayor nivel de actividad física reduce el riesgo de cáncer de mama invasivo en un 41%

Acabar con el ritmo de vida sedentario e incrementar la actividad física es un simple gesto con el que se podría reducir el riesgo de cáncer de mama, según un estudio internacional sobre casi 140.000 mujeres.

El trabajo, publicado en el British Journal of Sports Medicine, incluye datos de 130.957 mujeres, 76.505 de las cuales tenían cáncer de mama. El equipo de investigadores de Australia, Reino Unido y Estados Unidos ha utilizado el análisis genético para evaluar la existencia o no de una relación causal entre los niveles generales de actividad y el riesgo de dicha enfermedad.

Investigaciones previas ya habían apuntado a que incumplir las pautas de ejercicio recomendadas suponen efectos nocivos sobre la salud, incluyendo un mayor riesgo de cáncer.

Así lo señala un estudio de 2020 en la revista JAMA Oncology, que analizó durante 5 años a 8.000 participantes a través de dispositivos de rastreo. Incluso después de tener en cuenta factores como la edad, el sexo y el estado de la enfermedad, los participantes más sedentarios mostraron un riesgo de cáncer un 82% mayor que sus homólogos más activos.

Otro estudio analizó recientemente la incidencia del cáncer y los hábitos de actividad física de casi 600.000 estadounidenses. Las conclusiones apuntaban a que en torno al  3% de los cánceres más comunes están fuertemente relacionados con la inactividad, entre ellos el de mama.

Sin embargo, existía la duda de si realmente el riesgo depende del ejercicio o se debe a otros factores, matiza la profesora Brigid Lynch del Cancer Council Victoria, autora principal del estudio que acaba de publicarse. ?Por ejemplo, las mujeres que tienden a ser más activas físicamente también podrían tener estilos de vida más saludables de otras maneras?.

En palabras de la investigadora, el nuevo estudio “sugiere que ciertamente es un efecto causal: la actividad física reduce el riesgo de desarrollar cáncer de mama”.

11 factores de riesgo del cáncer de mama que debes conocer

Es el tipo de tumor más diagnosticado a nivel mundial y uno de los más frecuentemente en España, donde se estima que 34.750 pacientes recibirán un diagnóstico de cáncer de mama en 2022.

¿Vimos una reducción del riesgo en todos los tipos de cáncer de mama?

Para obtener estos resultados, el equipo de investigadores utilizó una técnica conocida como aleatorización mendeliana para establecer la causalidad. Utilizaron variantes genéticas como representantes de rasgos particulares, en este caso, la actividad física y el tiempo que pasan sentados. Los datos se extrajeron del Biobanco de Reino Unido, así como de otros 76 estudios realizados como parte del Consorcio de la Asociación de Cáncer de Mama.

La investigación concluye que un mayor nivel de actividad física, o de movimiento general, se vincula con una reducción del 41% en el riesgo de cáncer de mama invasivo. En mujeres premenopáusicas y perimenopáusicas, la actividad física vigorosa al menos 3 días a la semana se asocia con un 38% menos de riesgo de cáncer de mama en comparación con no hacer ninguna actividad vigorosa.

?Por cada 100 minutos ocasionales de tiempo sedentario al día, observamos un aumento del 20% en el riesgo de cáncer de mama en general, y una duplicación del riesgo de cáncer de mama triple negativo [que es más agresivo y difícil de tratar]?, señala Lynch.

Entre las causas, se cree que la actividad física disminuye la cantidad de hormonas de estrógeno y andrógeno que circulan en el torrente sanguíneo, lo que podría afectar al riesgo. Una reducción de la inflamación también podría ser un factor clave.

Mantener un peso saludable y reducir el consumo de alcohol son otros cambios de estilo de vida que pueden ayudar a minimizar la incidencia del cáncer de mama.

cáncer de mama

Disponible en España Enhertu, un fármaco que retrasa la expansión del cáncer de mama

Este mes de diciembre, la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos (CIPM) aprobó el precio y la financiación del fármaco trastuzumabderuxtecán -T-DXd, registrado por los fabricantes DaiichiSankyo y AstraZeneca bajo el nombre de enhertu para el tratamiento del cáncer de mama mestastásico HER2 positivo.

En España, esto supone que unas 1.200 pacientes podrán beneficiarse de la financiación del fármaco, que en ensayos clínicos ha demostrado el potencial de ralentizar la expansión de este tipo de cáncer de mama especialmente difícil de tratar.

Tres compuestos en uno

El enhertu, según informa el portal Breastcancer.org, se considera una combinación anticuerpo-fármaco para terapia dirigida (tratamientos contra el cáncer que actúan sobre genes y proteínas específicos que intervienen en el crecimiento y la supervivencia de las células cancerosas) que consta de tres compuestos distintos.

El primero es el fam-trastuzumab, un anticuerpo monoclonal contra la proteína HER2; el segundo, el DXd, es un fármaco de quimioterapia que actúa como inhibidor de la topoisomerasa, lo que interfiere en la capacidad de reprodución de las células. Por último, estos dos compuestos están unidos por otro que actúa como enlace entre ellos.

Este enfoque funciona debido a que el cáncer de mama metastásico HER2 positivo produce excesivas proteínas HER2 (de ahí el nombre), que estimula el crecimiento y la multiplicación de las células cancerígenas. Esta característica se da en cerca de un 25% de todos los casos de cáncer de mama.

Atacar las células del cáncer

Por su lado, el inhibidor de la topoisomerasa tipo I no es una terapia dirigida, con lo que puede dañar tanto células sanas como cancerígenas. Aquí es donde entra en juego el DXd, el enlace entre el inhibidor de la topoisomerasa tipo I con el fam-trastuzumab.

Y es que, al unir estos compuestos, debido a que el fam-trastuzumab es una terapia dirigida, se logra que el inhibidor de la topoisomerasa actúe principalmente sobre las células cancerígenas y no sobre las demás.

Para que una paciente pueda optar a este fármaco, el cáncer tiene que considerarse inoperable o metastásico, ser positivo en HER2 y la paciente haber sido tratada previamente con algún tratamiento que se dirija a la proteína HER2.

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Avanzan las opciones para el tratamiento del cáncer de mama sensible a las hormonas

Avanzan las opciones para el tratamiento del cáncer de mama sensible a las hormonas

El 45º Simposio de cáncer de mama que se está celebrando estos días en San Antonio (EEUU) trae novedades interesantes sobre el avance de la investigación.

Uno de los trabajos, liderado desde el Instituto de Oncología del Vall d’Hebron de Barcelona (VHIO), muestra buenos resultados en un ensayo en fase II con camizestrant (desarrollado por AstraZeneca) en pacientes posmenopáusica con cáncer de mama con receptor de estrógeno (ER) positivo y HER2 negativo cuyos tumores estén en un estado avanzando con recurrencia o progresión de la enfermedad.

Según sus datos, presentados en el simposio y aún no publicados en una revista científica, el fármaco mejora en estas pacientes la supervivencia libre de progresión de la enfermedad en comparación con la terapia estándar con fulvestrant, un antagonista de los receptores de estrógeno.

“Actualmente, estas pacientes se tratan con tratamientos hormonales que inhiben el receptor de estrógenos, que es como el motor de este tipo de cáncer de mama”, explica Mafalda Oliveira, investigadora del grupo de cáncer de mama del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), oncóloga médica del Hospital Universitari Vall d’Hebron y líder de la investigación.

“En muchos casos, la enfermedad se vuelve resistente a estos tratamientos, por lo que está en marcha una gran actividad de investigación para encontrar nuevos fármacos endocrinos contra el receptor de estrógenos que sean más efectivos y más cómodos de administrar, que tengan menos efectos secundarios y proporcionen una mejor calidad de vida a las pacientes”.

El ensayo SERENA-2, continúa, “es el primero que demuestra que distintas dosis de un fármaco oral de nueva generación contra el cáncer de mama, camizestrant, es superior al estándar en este momento de tratamiento (fulvestrant) en pacientes con cáncer de mama receptor hormonal positivo, HER2 negativo que han desarrollado ya metástasis”, subraya.

La dosis de 75 mg reduce en un 42% el riesgo de progresión o de muerte en estas pacientes (un 33% en el caso de la dosis de 150 mg) y la mediana de supervivencia libre de progresión fue de 7.2 meses, en comparación con los 3,7 del grupo con la terapia estándar, muestran los datos presentados en EEUU, que ha destacado el trabajo como uno de los más relevantes del encuentro.

Entre las mujeres que presentaban una mutación ESR1, la que generalmente confiere la citada resistencia a los tratamientos endocrinos, camizestrant mostró una reducción del 67% en el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte con una dosis de 75 mg y una reducción del 45 % con 150 mg en comparación con los que recibieron fulvestrant.

Camizestrant también demostró un mejor control de la enfermedad en pacientes con metástasis pulmonares o hepáticas. “Los resultados de este estudio respaldan la continuación del desarrollo de camizestrant en el cáncer de mama con receptores hormonales positivos”, señala Oliveira, quien aclara que actualmente se están llevando a cabo dos ensayos clínicos de fase III con camizestrant. Uno de ellos evalúa su eficacia frente a un inhibidor de la aromatasa como terapia de primera línea y el otro estudia el uso del tratamiento de manera anticipada, cuando se detectan mutaciones en ESR1.

EMBARAZO Y CÁNCER DE MAMA

Otro estudio español presentado en el simposio, coordinado por el Grupo de Investigación en Cáncer de Mama de España (GEICAM) y el grupo de investigación SOLTI, arroja también buenas noticias para las mujeres con cáncer de mama receptor hormonal positivo que quieren quedarse embarazadas.

Según sus datos, las pacientes con este tipo de tumores que interrumpen temporalmente la terapia para intentar quedarse embarazadas presentan tasas de recaída de cáncer de mama a corto plazo similares a las de las mujeres que no ponen en pausa su tratamiento.

La mayoría de las pacientes incluidas en el estudio que se presenta ahora en EEUU llegaron a concebir y dar a luz a bebés sanos.

“El estudio POSITIVE se diseñó para dar respuesta a la preocupación de las mujeres que se diagnostican de cáncer de mama en edad temprana, sin haber completado su deseo de ser madres y que reciben la recomendación de realizar un tratamiento hormonal de al menos 5 años. Los primeros resultados de este estudio pionero demuestran que el embarazo sería seguro para aquellas mujeres cuyo tumor expresa receptores hormonales positivos -que es el que más puede preocupar por el aumento de estrógenos durante el embarazo- ya que tras un seguimiento medio de 41 meses, la tasa de recaídas en estas pacientes que pausaron el tratamiento para quedarse embarazadas dentro del estudio fue del 8,9%, frente a un 9,2% en pacientes de condición equivalente en cuanto a edad y tratamiento que no lo hicieron. El seguimiento a largo plazo será fundamental para corroborar estos datos”, ha señalado, en un comunicado, Cristina Saura, coordinadora del estudio POSITIVE en España, miembro de la junta directiva de SOLTI y jefa de la unidad de cáncer de mama del Hospital Vall d’Hebron y VHIO.

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El CSIC descubre una nueva diana terapéutica para el cáncer de mama

El CSIC descubre una nueva diana terapéutica para el cáncer de mama

T-DM1 es un anticuerpo modificado que se usa para tratar tumores HER2 positivos

Un estudio dirigido por un investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado la eficacia ‘in vitro’ e ‘in vivo’ de un tratamiento destinado a un tipo de cáncer de mama, conocido como HER2 positivo, resistente al fármaco T-DM1.

El trabajo, publicado en la revista ‘Cancer Letters’, ha identificado una nueva diana sobre la cual se puede actuar mediante un anticuerpo dirigido frente a dicha diana. T-DM1 es un anticuerpo modificado que se usa para tratar tumores HER2 positivos.

A pesar de su eficacia, en estadios avanzados de la enfermedad, ese fármaco puede dejar de funcionar. “Hemos empezado a estudiar otras posibilidades de tratar tumores de mama del tipo HER2 positivo cuando las células tumorales se resisten a T-DM1″, ha explicado el investigador del CSIC en el Centro de Investigación del Cáncer, Atanasio Pandiella.

Importancia de alternativas de tratamiento

Como el fármaco T-DM1 no puede ser efectivo cuando hay pérdida de HER2 en determinadas células tumorales, si no se actúa sobre ellas, el cáncer de mama sigue progresando. Por tanto, se requiere hallar otras alternativas de tratamiento para estos casos de resistencia.

El equipo de Pandiella ha seleccionado una proteína de la superficie celular llamada EGFR, la cual se encuentra presente en la membrana de las células resistentes. “Como el EGFR está en estas células, hemos desarrollado en nuestro laboratorio un anticuerpo modificado del tipo ADC (anticuerpo conjugado a fármaco) contra EGFR y analizado su efecto. Y efectivamente hemos constatado que el ADC frente a EGFR presentaba acción antitumoral”, ha expuesto el investigador.

El anticuerpo desnudo empleado para desarrollar este nuevo fármaco es comercial, sin embargo, el laboratorio ha elaborado el ADC añadiendo un fármaco citotóxico a dicho anticuerpo. “Nosotros en el laboratorio estudiamos por qué determinadas células pueden desarrollar resistencias a un tratamiento y buscamos nuevas estrategias para abordar dicha resistencia. A partir de aquí deben ser clínicos o industria farmacéutica los que prosigan con ensayos clínicos”, ha apuntado Pandiella.

Sofisticación de los anticuerpos antitumorales

Los ADC representan una sofisticación de los anticuerpos antitumorales. Para que un ADC funcione, es necesario que la célula tumoral contenga la proteína reconocida por el fármaco. Los anticuerpos conjugados a fármacos mantienen la actividad antitumoral del anticuerpo, pero además se les incluye un fármaco muy tóxico para la célula tumoral.

De esta manera, se libera el fármaco solo en las células tumorales y no afecta a las células sanas, así se reduce la toxicidad del tratamiento y aumenta su eficacia. En la actualidad existen tratamientos de cáncer de mama HER2 positivo basados en ADC, que atacan con más fuerza a la célula tumoral con HER2.

De hecho, el T-DM1, en 2013, fue aprobado por las agencias estadounidenses (FDA, el 22 de febrero) y europea (EMA, el 15 de noviembre) el fármaco T-DM1 como agente único, para el tratamiento de pacientes adultos con cáncer de mama HER2 positivo avanzado que han recibido previamente Trastuzumab y un Taxano, por separado o combinados.

Este fármaco se prescribe cuando la persona ha desarrollado una resistencia a los tratamientos convencionales de cáncer de mama. Si un fármaco deja de ser efectivo como primera alternativa para el tratamiento de cáncer, se pasa a los fármacos de segunda línea.

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